¡°?Phil, te pesan los bolsillos!¡±

Phil Mickelson en estado puro. Sonrisa permanente, gafas de sol, pulgar hacia arriba y ch¨¢chara continua con los aficionados. El viejo Phil de siempre. ?O no? Un cheque con muchos ceros ha alterado esa festiva relaci¨®n del golfista estadounidense con quienes le siguen en el campo. El h¨¦roe americano es hoy para algunos un traidor que ha vendido su alma al diablo. Despu¨¦s de cuatro meses apartado del circuito americano por su apoyo a la liga saud¨ª, Mickelson se alist¨® la semana pasada ...

Phil Mickelson en estado puro. Sonrisa permanente, gafas de sol, pulgar hacia arriba y ch¨¢chara continua con los aficionados. El viejo Phil de siempre. ?O no? Un cheque con muchos ceros ha alterado esa festiva relaci¨®n del golfista estadounidense con quienes le siguen en el campo. El h¨¦roe americano es hoy para algunos un traidor que ha vendido su alma al diablo. Despu¨¦s de cuatro meses apartado del circuito americano por su apoyo a la liga saud¨ª, Mickelson se alist¨® la semana pasada en la cita inaugural de LIV Golf, en Londres, y ahora compite en el US Open, su eterno sue?o.

¡°?Phil, te pesan los bolsillos!¡±, le grita un aficionado en una de las jornadas de entrenamiento. ¡°Phil, ?tienes efectivo?¡±, pregunta otro, ¡°?p¨¢gate algo!¡±. Y alguien bromea: ¡°?Phil, te he mandado mi invitaci¨®n de boda!¡±. El campe¨®n de seis grandes encaja los golpes como un boxeador veterano. Muchas veces responde, como si mantuviera un consultorio con el seguidor. Cuando acaba la ronda, firma decenas de aut¨®grafos mientras sigue con el palique, escoltado por agentes de seguridad. Muchos le siguen adorando pese a su fuga a la Superliga, y este jueves recibi¨® muchos abrazos por su 52 cumplea?os. Para ¨¦l no habr¨ªa mejor regalo que conquistar un Abierto americano en el que ha sido seis veces segundo, el ¨²nico grande que le falta. Se superar¨ªa a s¨ª mismo como el ganador de m¨¢s edad en el Grand Slam, r¨¦cord que estableci¨® el curso pasado con su victoria a los 50 en el PGA. Aunque no ser¨¢ en esta ocasi¨®n. En la primera jornada, firm¨® ocho golpes sobre el par.

La hoguera prendi¨® en febrero cuando se filtraron unas declaraciones recogidas en una biograf¨ªa escrita por el periodista Alan Shipnuck: ¡°Son unos hijos de puta [los saud¨ªes] con los que da miedo involucrarse. Sabemos que mataron a [el periodista Jamal] Khashoggi y que tienen un historial horrible en materia de derechos humanos. All¨ª ejecutan a gente por ser gay. Sabiendo todo esto, ?por qu¨¦ iba a considerar irme con ellos? Porque esta es una oportunidad ¨²nica en la vida para remodelar el funcionamiento del PGA Tour, que es una dictadura que utiliza el divide y vencer¨¢s porque saben que los intereses de los jugadores top no son los mismos que los del resto¡±.

Desde entonces hasta este US Open no hab¨ªa vuelto a jugar en un torneo puntuable para el circuito americano, aunque ha sido expulsado de la organizaci¨®n ¡ªotros como Dustin Johnson y Sergio Garc¨ªa renunciaron antes de ser desterrados¡ª. En sus 30 a?os de profesional en el PGA Tour, Mickelson ha amasado casi 95 millones de d¨®lares solo en premios, patrocinios aparte. De un plumazo, LIV Golf ha igualado esa cantidad y el risue?o Phil ha cambiado de camiseta. El volantazo ha provocado la ira de la asociaci¨®n de familias del 11-S, que le envi¨® una carta recrimin¨¢ndole sus negocios con los saud¨ªes y aludiendo a Osama Bin Laden. Mickelson, sometido casi a un juicio en su rueda de prensa del lunes pasado, dijo que la ley¨® y mostr¨® su ¡°empat¨ªa¡±.

Luego salt¨® a la pradera y comenz¨® el espect¨¢culo. El martes y el mi¨¦rcoles comparti¨® ronda de pr¨¢cticas con Rahm, a quien apadrin¨® cuando el vasco era un prometedor amateur en la Universidad de Arizona. Su hermano Tim fue el entrenador y luego m¨¢nager del espa?ol, siempre agradecido con la familia Mickelson por su apoyo. La Superliga saud¨ª no ha roto esa amistad y, mientras, el show de Phil contin¨²a.

Clasificaci¨®n del US Open.

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