Jon Rahm sabe qui¨¦n fue Francis Ouimet
El vasco defiende un US Open que revive la incre¨ªble historia del ¡®amateur¡¯ que gan¨® en 1913 con un ¡®caddie¡¯ de 10 a?os
Por mucho que deslumbre el oro saud¨ª, el golf es historia. La de este US Open que comienza este jueves en Brookline, cerca de una ciudad de Boston que comparte pasi¨®n con la NBA, comienza a escribirse en 1913. Fue entonces cuando un joven estadounidense, Francis Ouimet, se convirti¨® en el primer golfista que ganaba el Abierto americano siendo amateur. Ten¨ªa solo 20 a?os y era un desconocido. Y tan sorprendente como su victoria en un desempate con Harry Vardon y Ted Ray fue que su caddie, Eddie Lowery, era un ni?o de 10 a?os, apenas un poco m¨¢s alto que la bolsa de palos.
En medio de la guerra que se libra entre el circuito americano y los millones de LIV Golf, el US Open reivindica el valor de haza?as como la de Ouimet y Lowery. Un romanticismo que no se puede comprar. Es ese legado del que Jon Rahm hablaba cuando record¨® a Severiano Ballesteros y a Jack Nicklaus. Es esa tradici¨®n que se respira en campos como The Country Club, sede del tercer grande de la temporada. Esta casa fue una de las cinco fundadoras en 1894 de la USGA, la Asociaci¨®n de Golf de Estados Unidos, el organismo que rige el golf mundial junto al Royal and Ancient, dos monumentos ahora amenazados por los petrod¨®lares.
Ouimet no solo call¨® a quienes se burlaban de ¨¦l y de su infantil caddie. Su triunfo llev¨® al golf a otra dimensi¨®n en EE UU. Hasta entonces era un juego dominado por los ingleses que en Norteam¨¦rica solo se pod¨ªa practicar en instalaciones privadas porque apenas hab¨ªa campos p¨²blicos. La rebeli¨®n de la joven pareja anim¨® a miles de compatriotas a probar un deporte nuevo. Sin saberlo, el amateur se hab¨ªa convertido en un precursor, aunque ¨¦l nunca quiso saltar a profesional. Le oblig¨® la USGA en 1916, al considerar que se aprovechaba de su fama para progresar en los negocios. El chico acab¨® alist¨¢ndose en el ej¨¦rcito en 1918, combati¨® en la Primera Guerra Mundial y lleg¨® a teniente. Luego recuper¨® la categor¨ªa de amateur con la que se hab¨ªa ganado la eternidad. Su imagen celebrando el t¨ªtulo rodeado de aficionados, con su peque?o caddie al frente, acab¨® estampada en un sello y fue el p¨®ster del centenario de la USGA. Su pionera victoria alumbr¨® un libro y una pel¨ªcula, The Greatest Game Ever, emitida en espa?ol como Juego de Honor.
Jon Rahm conoce la historia de Ouimet. El vasco es una enciclopedia del golf, adora esos cuentos que hacen que un US Open sea especial m¨¢s all¨¢ de la chequera. El ganador este domingo recibir¨¢ 3,15 millones de d¨®lares por el triunfo cuando el sudafricano Charl Schwartzel, n¨²mero 126 del mundo, ingres¨® 4,75 millones en su cuenta por imponerse en la modalidad individual y la de equipos en la cita inaugural de LIV Golf, la semana pasada en Londres.
Pese a la diferencia, Rahm se hizo fuerte en su postura el martes con un discurso muy contundente que ha calado en el circuito: ¡°S¨ª, el dinero es genial, pero ?cambiar¨¢ mi estilo de vida si consigo 400 millones de d¨®lares? No, no cambiar¨¢ ni un poco. Yo podr¨ªa retirarme ahora mismo con lo que he ganado [33 millones de d¨®lares solo en premios en el circuito americano], pero nunca ha jugado por el dinero. Juego por amor al deporte. Siempre me ha interesado el legado. Cuando se habla de Seve o de Nicklaus, se habla de historia, no de dinero¡±.
Habla Rahm como un pilar del circuito americano junto a golfistas como Rory McIlroy y Justin Thomas, y sobre todo como el campe¨®n vigente de este US Open que este jueves comienza a defender. Abrir¨¢ turno a las 7.18 de la ma?ana en Brookline (13.18 hora peninsular espa?ola; en Movistar Golf a partir de las 14.30), en un campo que pinta estupendo, duro, siempre con el peligro de la festuca alrededor del green. ¡°No hay una presi¨®n adicional por ser el campe¨®n¡±, argumenta Rahm, ¡°quiero ganar el t¨ªtulo otra vez, pero esa presi¨®n que me pon¨ªa me la quit¨¦ cuando gan¨¦ este primer major¡±.
El n¨²mero dos del mundo apela a una receta con dos ingredientes para un torneo en el que se?ala el par del campo (70, solo dos pares cinco) como un buen resultado: el juego corto ¡ª¡±cuando est¨¢s enfermo es como ir al hospital¡±¡ª y la fortaleza mental. Con el primero ha tenido sus manos y sus menos durante este curso en el que ha levantado un trofeo, el Open de M¨¦xico. De cabeza va sobrado.
What an answer. pic.twitter.com/1V5lBL1dbs
— Golf Monthly (@GolfMonthly) June 14, 2022
¡°Jon habl¨® con el coraz¨®n¡±, cuenta una persona muy cercana sobre ese discurso en el que rechaz¨® la millonada saud¨ª como una raz¨®n de peso para mudarse de equipo. La hinchada se lo reconoce. Ayer, al finalizar la ronda de entrenamiento junto a Phil Mickelson, mientras sus padres, Edorta y ?ngela, esperaban para comer, Rahm no par¨® hasta firmar el ¨²ltimo de los aut¨®grafos que le ped¨ªan. Casi una hora bajo el sol.
Solo un espa?ol ha jugado en The Country Club hasta ahora. Fue Seve, en 1988, poco antes de ganar su tercer Open Brit¨¢nico. Acab¨® en el puesto 32. Esa historia, claro, tambi¨¦n la conoce Jon Rahm.
Jon Rahm juega este jueves a partir de las 13.18 (hora peninsular espa?ola, seis horas menos en Brookline) con Collin Morikawa y James Piot. Adri Arnaus sale a las 18.52 con Talor Gooch y Tom Hoge. Sergio Garc¨ªa comienza su ronda a las 19.03 con Kevin Na y Tyrrell Hatton. Movistar Golf: jueves y viernes, de 14.30 a 1.00. S¨¢bado, de 16.00 a 2.00. Domingo, de 16.00 a 1.00.
El curioso caso de los hermanos Koepka
La división en el golf mundial puede convertirse en un asunto de familia. Es lo que sucede con los hermanos Koepka. El mayor, Brooks, 32 años y número 19 del mundo, es una de las estrellas del circuito americano, ganador de cuatro grandes: dos US Open (2017 y 2018) y dos Campeonatos de la PGA (2018 y 2019).
El menor, Chase, de 28 años, pasaría desapercibido si no fuera por su apellido: no suma ninguna victoria profesional y hay que bajar al puesto 1.579 para encontrarle en la clasificación mundial. Aunque su popular parentesco le ha concedido una oportunidad de oro.
La semana pasada, Chase Koepka fue uno de los 48 jugadores que abrieron la liga saudí (fue 37º), el golfista no amateur con peor ranking entre los participantes. Así que en la misma familia cada uno juega bajo una bandera diferente. Puede que incluso el fichaje del hermano pequeño sea un anzuelo para atraer al pez grande. “Amo a mi hermano. Le apoyo en todo lo que hace”, explica Brooks, enigmático sobre su futuro: “Juego en el PGA Tour porque hasta ahora no había otra alternativa”.
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