El desorden es la baza de Kyrgios
La mejor soluci¨®n para el australiano es, a mi entender, acogerse una vez m¨¢s a su elemento sorpresivo. De lo contrario, va a caer en la telara?a de Djokovic
La final de Wimbledon que vamos a ver entre Novak Djokovic y Nick Kyrgios ser¨¢ apasionante. O no. En realidad, esta r¨¢pida suposici¨®n responde a la calidad de los dos jugadores, pero la imprevisibilidad del australiano invita m¨¢s bien a la duda. Lo que s¨ª sabemos con certeza es que el serbio no va a fallar, que luchar¨¢ hasta la ¨²l...
La final de Wimbledon que vamos a ver entre Novak Djokovic y Nick Kyrgios ser¨¢ apasionante. O no. En realidad, esta r¨¢pida suposici¨®n responde a la calidad de los dos jugadores, pero la imprevisibilidad del australiano invita m¨¢s bien a la duda. Lo que s¨ª sabemos con certeza es que el serbio no va a fallar, que luchar¨¢ hasta la ¨²ltima bola como est¨¢ acostumbrado a hacer y que va a mantenerse firme ante un indescifrable rival que se enfrenta a su primera final en un Grand Slam.
Es cierto que el nivel que ha exhibido en estas dos semanas previas no ha sido tan contundente como el de otros a?os. Lo hemos visto algo m¨¢s err¨¢tico de lo normal en algunas fases y el paso de los a?os tambi¨¦n se le est¨¢ notando. Pero tambi¨¦n lo es, hay que advertirlo, que cuando las cosas se le han complicado ha reaccionado como en ¨¦l es habitual. Es el defensor del t¨ªtulo, uno de los mejores jugadores de la historia y para m¨ª, como supongo que para muchos, el claro favorito.
No tengo nada claro, sin embargo, qu¨¦ versi¨®n veremos del australiano, tan complicado como es deducir qu¨¦ le pasa por la cabeza. La aparente insensatez, que le lleva a desperdiciar no pocas oportunidades de victoria, entiendo que es una incontrolable intranquilidad ante la dificultad. Creo que ¨¦l no tiene la costumbre de contenerse en los puntos decisivos, y esa falta de h¨¢bito puede ser hoy su mayor problema. Resulta dif¨ªcil imaginar que en su primera ocasi¨®n para anotarse uno de los trofeos m¨¢s prestigiosos logre administrar ese nerviosismo que le ha impedido ganar m¨¢s torneos. El aspecto m¨¢s negativo de su juego, su mayor h¨¢ndicap para alcanzar hitos m¨¢s elevados es, con pocas dudas, su cabeza y la falta de control de sus emociones.
Lleva un tiempo, adem¨¢s, en que no logra mantener la continuidad. Es capaz de ejecutar puntos y juegos magistrales para, a continuaci¨®n, descentrarse de manera totalmente incoherente y perjudicial para s¨ª mismo. Kyrgios tiene la calidad para ganarle a Djokovic, creo que lo sabemos todos los que estamos vinculados a este deporte, y buena prueba de ello es el resultado de sus dos duelos previos: dos a cero favorables a ¨¦l. Es cierto, tambi¨¦n, que ambos partidos fueron en 2017, que ninguno de ellos era una final y que en aquel momento el australiano era m¨¢s peligroso que en la actualidad para los grandes jugadores.
Yo supongo que saldr¨¢ con la idea clara de no dejar que Novak lleve el peso del partido, de cortarle el ritmo y de hacer un juego agresivo y variado para desbaratar la consistencia del hexacampe¨®n de Wimbledon.
Uno podr¨ªa pensar que ante una final tan importante, deber¨ªa hacer gala, por una vez, de seriedad. Pero me temo que no le quedar¨¢ m¨¢s remedio que hacer un juego que para nada lo parezca. La mejor soluci¨®n es, a mi entender, acogerse una vez m¨¢s a su usual desorden, a buscar el elemento sorpresivo, a impedir el juego m¨¢s ortodoxo de Djokovic. De lo contrario, va a caer en su envolvente telara?a y a quedar irremediablemente sometido a su control. Yo conf¨ªo en que hoy sea capaz de ofrecernos su mejor versi¨®n y que el partido sea tan apasionante como, en principio, he adelantado.
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