Inglaterra protege la simbolog¨ªa de sus clubes
La federaci¨®n inglesa aprueba una normativa por la cual los aficionados deben aprobar los cambios de colores y escudos
El trascendental papel que jugaron los aficionados ingleses en el aborto de la creaci¨®n de la Superliga ha impulsado su peso como guardianes de las tradiciones del f¨²tbol. La ¨²ltima derivada de aquellas multitudinarias protestas callejeras contra el rupturista proyecto de 12 de los clubes m¨¢s poderosos de Europa ha sido la introducci¨®n de una nueva normativa por parte de la Federaci¨®n inglesa (FA, en sus siglas en ingl¨¦s) que impide a los clubes de todas sus competiciones modificar las dos se?as m¨¢s identitarias para sus seguidores sin contar con el visto bueno de estos. El pasado 5 de agosto la FA emiti¨® una circular en la que comunicaba que entraba en vigor una norma por la cual no se podr¨¢n variar ni el escudo ni los colores de la primera equipaci¨®n sin el consentimiento mayoritario de los aficionados.
De acuerdo con las nuevas reglas, si un club desea realizar un cambio sustancial en el escudo o en los colores reconocidos hist¨®ricamente como los que conforman su camiseta cuando ejerce de local, debe llevar a cabo un proceso de consulta exhaustivo entre su afici¨®n. El club deber¨¢ demostrar que la mayor¨ªa de sus simpatizantes est¨¢n a favor de los cambios propuestos. La FA sugiere que el sufragio se haga a trav¨¦s de una encuesta independiente entre los abonados de la temporada en curso, las sociedades comunitarias y ben¨¦ficas con las que cuentan la mayor¨ªa de los clubes ingleses y los aficionados que hayan asistido a un determinado n¨²mero de partidos en casa. En el caso de que un club no pueda demostrar que los cambios han sido aceptados por sus fan¨¢ticos, la FA podr¨¢ ordenar que vuelva a utilizar modelos anteriores al propuesto.
No es la primera vez que la FA interviene en la conservaci¨®n de las se?as de identidad hist¨®ricas de los clubes. En 2014, el por entonces propietario del Hull City, el empresario de origen egipcio Assem Allam, vio como su propuesta de suprimir el City para a?adir Tigers al nombre del club fue rechazado por la federaci¨®n inglesa. Allam buscaba un apellido m¨¢s comercial para atraer patrocinadores e incluso se atrevi¨® a sugerir uno para el Manchester City (Hunters) y a pronosticar que todos los grandes clubes ingleses terminar¨ªan por adaptar ese tipo de bautizos tan propio de las ligas profesionales americanas.
En el comunicado en el que se anunciaron esta nueva reglamentaci¨®n, la FA hizo hincapi¨¦ en el repunte que est¨¢n protagonizando los hinchas en el gobierno del f¨²tbol. ¡°El objetivo es poner a los aficionados en el centro del proceso de toma de decisiones con respecto a estos importantes asuntos patrimoniales de los clubes de f¨²tbol¡±, rezaba la nota de la FA. Esta ha cumplido con el mandato que le orden¨® el gobierno de Boris Johnson tras lo acontecido con la Superliga y el desempe?o de los aficionados ingleses para que el proyecto no saliera adelante. El exprimer ministro brit¨¢nico orden¨® que se elaborara un informe sobre la gobernanza en el f¨²tbol y la protecci¨®n de sus aspectos simb¨®licos. Inst¨® a la FA a que legislara bajo la amenaza de que si no lo hac¨ªa ser¨ªa el propio gobierno el que lo har¨ªa. La tendencia de incluir a los aficionados en parte de los clubes se ha acentuado en este ¨²ltimo a?o y medio.
Ley del Deporte
La Asociaci¨®n de Ligas Europeas ha puesto su foco en la necesidad de tener m¨¢s en cuenta a los aficionados como guardianes de los valores identitarios de los clubes y tambi¨¦n de las competiciones frente a proyectos como el de la Superliga. ¡°Esto ya lo inici¨® Michel Platini en su ¨¦poca de presidente de la UEFA. Ante las presiones del G-14 \[agrupaci¨®n compuesta por los grandes clubes europeos\] para demandar m¨¢s dinero bajo la amenaza de crear una competici¨®n, Platini se acerc¨® a las federaciones internacionales de aficionados¡±, relata Emilio Abej¨®n, presidente de la Federaci¨®n de Accionistas y Socios del F¨²tbol Espa?ol (FASFE). ¡°En la nueva Ley del Deporte ya se ha incluido que en los consejos de administraci¨®n de las sociedades an¨®nimas deportivas haya un miembro independiente que represente los derechos de los aficionados y nosotros hemos presentado una medida en forma de enmienda que ha sido recogida por Comprom¨ªs en la que pedimos que se incluya el derecho de veto de los aficionados en los cambios de s¨ªmbolos y en las deslocalizaciones, que los nuevos estadios no est¨¦n a m¨¢s de 20 kil¨®metros de distancia del actual o que impliquen cambio de municipio¡±, prosigue Abej¨®n.
Esta mirada m¨¢s atenta a las sensibilidades de los aficionados se extiende poco a poco. El poder de los aficionados como consumidores de una industria que se alimenta de sus desembolsos en abonos o en suscripciones televisivas para seguir las competiciones les ha situado en un plano de relevancia que demandaban desde hace mucho tiempo. ¡°Medidas como la de la federaci¨®n inglesa son muy acertadas. No puede ser que todos los a?os no suban los abonos o que nos gastemos dinero en desplazamientos y que no se nos tenga en cuenta. La propia Liga y su presidente Javier Tebas se han dado cuenta¡±, asegura Jorge Guerrero, miembro de Aficiones Unidas en calidad de presidente de las pe?as del Sporting de Gij¨®n. ¡°Tebas era lo m¨¢s antiaficionado que se pod¨ªa ver y ahora se ha dado cuenta de lo importantes que somos. Nosotros defendemos los ascensos y los descensos por m¨¦ritos deportivos y la financiaci¨®n piramidal en la que el f¨²tbol profesional debe ser el que alimente una cadena en las que todos sus componentes son importantes. Est¨¢n pasando cosas, peque?os avances y en breve puede que veamos en UEFA representantes de los aficionados¡±, abunda Emilio Abej¨®n.
La constataci¨®n de que el poder de los aficionados en Espa?a tambi¨¦n est¨¢ en auge la ha comprobado recientemente el Atl¨¦tico de Madrid. Las escasas posibilidades de que Cristiano Ronaldo recale en el club rojiblanco fueron cercenadas por las protestas de la mayor¨ªa de su hinchada. La contrataci¨®n del luso supondr¨ªa un cisma social que pondr¨ªa en jaque a la dirigencia del Atl¨¦tico.
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