Una goleada con susto para el Real Madrid
Kroos sirve de flotador a un equipo muy exigido por un Celtic a todo volumen y gestiona una victoria marcada por la lesi¨®n de Benzema y el renacer de Hazard
Con tres sopapos mand¨® el Madrid a la lona a un Celtic al que le falt¨® lo que le sobra al campe¨®n: mano dura en las ¨¢reas. El equipo escoc¨¦s comenz¨® pujante, tuvo mejores fases que su rival y acab¨® chato. La ley del Madrid, que gana, gana y gana por las buenas, las malas y las regulares. De todo tuvo en Celtic Park, de donde se fue con una victoria rotunda, un susto considerable por la lesi¨®n de Benzema y una dosis de optimismo con Hazard, por fin un pariente, aunque lejano de momento, del Hazard dichoso. Para dic...
Con tres sopapos mand¨® el Madrid a la lona a un Celtic al que le falt¨® lo que le sobra al campe¨®n: mano dura en las ¨¢reas. El equipo escoc¨¦s comenz¨® pujante, tuvo mejores fases que su rival y acab¨® chato. La ley del Madrid, que gana, gana y gana por las buenas, las malas y las regulares. De todo tuvo en Celtic Park, de donde se fue con una victoria rotunda, un susto considerable por la lesi¨®n de Benzema y una dosis de optimismo con Hazard, por fin un pariente, aunque lejano de momento, del Hazard dichoso. Para dichoso, Kroos flotador y lanzador del mejor Real Madrid que se vio en Glasgow.
Ancelotti no est¨¢ para gaitas. O quiz¨¢ haya rebobinado la jeremiada del curso anterior con el Sheriff. El Celtic evoca otra cosa, as¨ª que en Glasgow los mismos que se batieron en la final de Par¨ªs con Tchouameni por Casemiro. La apuesta, tan titular¨ªsima, no surti¨® efecto inmediato. El equipo escoc¨¦s, a hombros de esa hinchada que hace casta?etear Celtic Park, lanz¨® la primera oleada y Abada no marc¨® por un pelo. Un Madrid quebradizo y sin pulso frente a un Celtic a todo volumen. Otra mordida, pero Abada cerr¨® como una ursulina una asistencia sublime de Jota. Solo ante Courtois don¨® la pelota al belga.
Ning¨²n madridista fue tan clarividente como Kroos. Para afeitar al vivificante cuadro escoc¨¦s nada mejor que anestesiarle con la pelota. Justo la divisa que distingue a Kroos. Toque a toque y con quir¨²rgicos cambios de juego del alem¨¢n, el Real desbrav¨® a ratos al Celtic.
La auditor¨ªa del alem¨¢n y su socio Modric logr¨® sosegar a un adversario que vuela en ataque y se api?a sin disimulo sin la pelota. El gabinete de medio campo le resulta un apeadero salvo que intervenga O¡¯Riley, futbolista con clase y lubricante en las botas.
Mientras afinaban Modric y Kroos, varios cantes del resto produjeron una nueva tromba local. El bal¨®n escoc¨ªa a pies de Benzema, Vinicius, Tchouameni, con p¨¦rdidas inopinadas. En plena zozobra visitante, McGregor revent¨® el poste derecho de Courtois con un zurdazo con mala uva.
No hab¨ªa noticias positivas para un Real muy raso. Para colmo, Benzema tuvo un mal aviso de la rodilla derecha y con el madridismo en vilo se fue directamente a la enfermer¨ªa. Turno para Hazard, que tan poco ha rimado con el Madrid desde su llegada en 2019. Ancelotti le ve como ariete postizo, un posible Benzema cuando se aleja del ¨¢rea, pero sin el gatillo del galo cuando se trata de enfilar el gol.
No se estren¨® con tino Hazard. Tras la mejor jugada visitante del primer acto, un palique con la pelota entre Modric y Carvajal, el belga remat¨® con el juanete a un flequillo del portero Hart. Pronto, el exjugador del Chelsea se gan¨® el indulto con un excelente pase a Vinicius, que se plant¨® ante el guardameta local y perdi¨® el duelo esgrimista. Un presagio del Hazard que se avecinaba tras el descanso, del que no regres¨® Milit?o, con molestias f¨ªsicas. Pero el centro de la zaga ¡ªesta vez con R¨¹diger¡ª, tiene m¨¢s recambios que el centro de la delantera.
El partido manten¨ªa la trama del primer acto cuando el Madrid fue el Madrid, ese Madrid que no necesariamente adopta goles como hijos del juego. Rutina que se prolong¨® en Glasgow. Poco antes de la hora, con el Celtic todav¨ªa con cuerpo, un golpe de pecho de Hazard para Valverde, un despegue del uruguayo, que tiene turbinas en las piernas, y ese chacal repentino que hoy es Vinicius. Un servicio conciso de Valverde. Imposible no conmemorar el brindis triunfal de Par¨ªs en la 14?.
El Celtic, el en¨¦simo equipo que se va a la lona sin saber por qu¨¦, a¨²n rumiaba tan imprevisto destino cuando lleg¨® el 0-2. Un birle de Tchouameni, una maniobra del Hazard del Chelsea o la selecci¨®n belga y la irrupci¨®n de Modric con frac. Un rival a la cuneta con un quiebro seco y la pelota a un rinc¨®n de la red, obediente al empeine derecho m¨¢s reputado del planeta. El patrimonial golpeo del croata merece con honores derechos de autor.
Desde el 0-1 el Real Madrid ya fue otro. Y bien que respondi¨® Celtic Park, que despidi¨® con grandeza a Benzema con 0-0 y a Modric con 0-3. Un 0-3 certificado por Hazard, quien m¨¢s lo necesitaba. La jugada mereci¨® una loa. O 33, porque 33 toques dieron los madridistas hasta que Kroos, como si nada, advirti¨® la trompeta de Carvajal por el costado contrario. El alem¨¢n tir¨® de escuadra y cartab¨®n y el lateral cit¨® a Hazard con un gol rehabilitador. Se ver¨¢. En Glasgow dej¨® brotes verdes. A la espera de la evoluci¨®n de Benzema, el renacer de Hazard es a¨²n m¨¢s urgente.
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