?scar Trejo, del sue?o infantil roto por un agente a la paz pirata de Vallecas
El capit¨¢n del Rayo recuerda en esta entrevista c¨®mo su representante le priv¨® de jugar en Boca y explica su momento dulce: ¡°Me veo con esa confianza que me habr¨ªa gustado tener a los 23 a?os¡±
Cuando ?scar Trejo firm¨® con 18 a?os su primer contrato en Europa, con el Mallorca en enero de 2007, las personas que le acompa?aban en la sala pasaron enseguida de la alegr¨ªa al desconcierto: ¡°Todos ah¨ª estaban contentos, pero a m¨ª no me ve¨ªan contento¡±, recuerda casi media vida despu¨¦s, bajo un intenso sol oto?al en la ciudad deportiva del Rayo Vallecano. Ya con 34 a?os, el argentino ha encontrado la paz en un lugar medio salvaje donde es capit¨¢n y pieza esencial del equipo de Andoni Iraola que marcha noveno, m¨¢s cerca de Europa que del descenso. Trejo esquiv¨® un destino de trotamundos y es el tercer jugador con m¨¢s partidos en la historia del Rayo. Este lunes alcanzar¨¢ en Vallecas los 237 contra el Real Madrid (21.00, Movistar), solo por detr¨¢s de Tito (240) y M¨ªchel (305).
Pero antes atraves¨® mucho dolor. ¡°En la firma ya sab¨ªa que las cosas no iban bien. Les miento y les digo si me pueden prestar un tel¨¦fono para pasarle la noticia a mi familia. Y cuando llamo le digo: ¡®Ma, creo que las cosas no son como nos han dicho. Espero equivocarme, pero la sensaci¨®n m¨ªa no es de felicidad, sino de que no me est¨¢n diciendo toda la verdad¡±.
Hasta poco antes, Trejo era un chico de Santiago del Estero que hab¨ªa ingresado con 11 a?os en la academia de Boca, que debut¨® con el primer equipo a los 17, y que con 18 se dispon¨ªa a firmar un contrato con el equipo de su vida. El Coco Basile, el t¨¦cnico, lo quer¨ªa all¨ª. Sin embargo, su representante ten¨ªa otros planes: ¡°La idea de ese hombre era que no jugara ah¨ª, que saliera de Argentina para hacer el negocio ¨¦l¡±. Y Trejo no supo negarse: ¡°Jug¨® con muchas emociones nuestras. Me sent¨ª en deuda con ¨¦l, porque nos hab¨ªa ayudado en el peor momento. ?ramos cinco hermanos. Ten¨ªamos un restor¨¢n. Vend¨ªamos comida en la parte de delante, y en la de atr¨¢s ten¨ªamos solo una habitaci¨®n en la que viv¨ªamos todos. Y el hombre este nos ayud¨® para hacer una minicasita y estar m¨¢s c¨®modos¡±.
Renunciar al sue?o no sali¨® bien. ¡°Hab¨ªamos pegado el salto a Europa con mi familia para estar mejor, y le aseguro que los primeros seis meses, o el primer a?o, est¨¢bamos casi peor que en Argentina¡±. Pas¨® incluso alguna semana sin electricidad. En el campo no le iba mejor. ¡°Mentalmente no estaba bien. Ten¨ªa la espinita de querer saber qu¨¦ hab¨ªa pasado. Siempre. Siempre¡±. Y cuando empez¨® a saber, comprendi¨® que solo le quedaba escapar. ¡°Empec¨¦ a pedir salir a pr¨¦stamo, porque al final no cobraba nada. Casi todo se lo llevaba este hombre, y la ¨²nica manera de poder vivir del f¨²tbol era romper eso¡±.
En el verano de 2009 lo ceden al Elche, en Segunda, y al siguiente, al Rayo. Ah¨ª se produce el flechazo, pese a que el club vive una temporada de turbulencias, algo nada infrecuente estos ¨²ltimos a?os. Juega 40 partidos, marca nueve goles, da ocho asistencias y consiguen subir a Primera. Entonces, lo compra el Sporting, y comienza a tomar aire: ¡°Ah¨ª empieza mi mundo de decir, bueno, ahora voy a trabajar para poder vivir de esto¡±. Llevaba m¨¢s de cuatro a?os en Espa?a. Bajan, juega otra temporada en Segunda y se va a Francia, al Toulouse.
Y cuando en 2017 eso se acaba, hace algo raro que para ¨¦l tiene todo el sentido: regresa al Rayo, a Segunda, al lugar incierto y feliz del flechazo. ¡°Yo aqu¨ª llego y saludo a los de seguridad, a los jardineros, subimos a la cafeter¨ªa¡ Es un club que est¨¢ en una de las mejores ligas, en la capital de Espa?a, pero no deja de tener lo dif¨ªcil, lo familiar, lo humano. Eso atrapa¡±.
En el campo, Trejo es ahora m¨¢s decisivo que nunca: el curso pasado fue el tercer jugador de la Liga con m¨¢s asistencias cada 90 minutos, seg¨²n Opta, que lo sit¨²a tambi¨¦n entre los 10 con m¨¢s pases clave y que realiza m¨¢s jugadas que terminan en tiro. Tampoco se le hab¨ªa visto antes regatear tanto. ¡°Me veo con esa confianza que me habr¨ªa gustado tener a los 23 a?os, con ese esp¨ªritu de decir, s¨ª, me queda poco, pero lo voy a disfrutar¡±, dice. ¡°Es verdad lo que me dec¨ªan los viejos. Aunque entonces los cargaba, al Ca?o Ibagaza, a Maxi L¨®pez, a Leo Scaloni¡ Dec¨ªan: ¡®No corras tanto. Vos, tranquilo, vas a ver que los a?os te van a dar la ubicaci¨®n en la cancha¡±.
Y casi en el mundo. De Vallecas le ha calado hasta la m¨²sica de la grada: ¡°Te entra la canci¨®n. Obviamente, no te vas a poner a cantar, pero pasa que lo escuchas y vas moviendo, vas tocando la pelota al ritmo de lo que cantan. Sobre todo si te toca tirar de ah¨ª una falta, de la parte de los Bukaneros. Empuja, empuja mucho¡¡±. Y le emociona sobre todo escuchar que la vida pirata es la vida mejor. ¡°Siempre que se canta es por algo especial. Ha sonado La vida pirata tambi¨¦n en momentos jodidos, y eso habla muy bien. Cuando se canta, estamos todos abrazados, todos en fila, es la comuni¨®n que la gente, los Bukaneros, crean con los jugadores y todos los que est¨¢n en el estadio¡±. La paz pirata de ?scar Trejo.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.