Griezmann impone su batuta en Oviedo
El franc¨¦s lidera al Atl¨¦tico desde la mediapunta para superar a un conjunto local pele¨®n que sucumbe ante los goles de Marcos Llorente y del canterano Pablo Barrios
Bajo la fina batuta de Griezmann y la solidez que tanto ha echado de menos Simeone, el Atl¨¦tico despach¨® al Oviedo en el Carlos Tartiere y firm¨® su pase a los octavos de final de la Copa del Rey. Marcos Llorente, mediado el primer tiempo, y el emergente Pablo Barrios en los minutos finales concretaron la victoria rojiblanca. Tan buena noticia para el Atl¨¦tico fue la clasificaci¨®n como la elevaci¨®n de Griezmann para dirigir el ataque y la determinaci¨®n de Barrios. El primero fue un manual de criterio para darle carrete al juego de su equipo y el segundo protagoniz¨® otro episodio que confirma su ascensi¨®n a la ¨¦lite. No se le encogi¨® la pierna ni se le hizo de noche para sentenciar el choque. Sin ¨¢ngulo, ejecut¨® a Nadal con maestr¨ªa, con un tiro raso y sibilino.
Para el Atl¨¦tico era un partido de trazo peliagudo. Fuera de Europa y alejado de la lucha por la Liga, tuvo que desempe?arse con la presi¨®n de seguir en la pelea por el t¨ªtulo en el que conserva m¨¢s opciones. La aspereza del duelo tambi¨¦n estaba marcada por el sello de ?lvaro Cervera, seguidor incondicional de la escuela Simeone, del control de juego a trav¨¦s de los espacios m¨¢s que de la pelota. Tambi¨¦n el rival y la ciudad ten¨ªan su punto de historia negra para el Atl¨¦tico. En el 2000, en el antiguo Carlos Tartiere certific¨® su descenso a Segunda Divisi¨®n.
No traicion¨® el Oviedo su alma de equipo inc¨®modo, de pelaje duro y s¨®lido, aunque Cervera relegara al banquillo a sus dos mejores delanteros, el exrojiblanco Borja Bast¨®n y a Sergi Enrich. Tenso y vertical, decidido a hurgar en los problemas del Atl¨¦tico en la salida de bal¨®n, el conjunto carbay¨®n se despleg¨® picajoso. Entre su presi¨®n, las malas entregas de Oblak, los despejes picudos de los defensas rojiblancos y la b¨²squeda de la espalda de Nahuel Molina y Carrasco por parte de Viti y Hugo Rama, el Oviedo emergi¨® mand¨®n. A una rosca pasada de Hugo Rama lleg¨® forzado Obeng para remachar a Oblak en el segundo palo.
Sin Jo?o F¨¦lix, que no pisa por la Copa a la espera de su salida, Simeone opt¨® por la dupla Griezmann-Morata en ataque y sent¨® en el banquillo a Pablo Barrios, la sensaci¨®n llegada de la cantera. El Atl¨¦tico creci¨® a partir de la batalla de Morata para bajar balones y estirar al equipo, de algunas escaramuzas de Carrasco y de la versi¨®n de galvanizador del juego que asume Griezmann. La continuidad que le da el franc¨¦s es una bendici¨®n para un equipo al que no le suele sobrar fluidez.
Toque y cemento
Al buen pie de Griezmann se sumaron Lemar y Koke para firmar buenos minutos de f¨²tbol de los que sac¨® r¨¦dito. A Morata se le fue por un par de palmos un disparo curvo y Carrasco resolvi¨® mal un pase filtrado de Morata. El que ya no perdon¨® fue Marcos Llorente. Un bal¨®n largo de Nahuel Molina lo convirti¨® Griezmann en un globo por encima de la defensa que Llorente, anoche centrocampista para reencontrarse con el gol, empalm¨® seg¨²n ca¨ªa. Su remate mordido provoc¨® un potente bote que super¨® a Nadal.
El omnipresente Griezmann pudo acabar con la incertidumbre de la eliminatoria, pero Nadal meti¨® la manopla para repeler por encima del larguero el disparo del franc¨¦s. En esos minutos buenos del Atl¨¦tico, la pelota le corri¨® r¨¢pido a los futbolistas de Simeone. Por momentos, lograron superar una de sus asignaturas pendientes. Bajo presi¨®n, defensas y centrocampistas eran capaces de armar juego a un toque y asomarse al campo contrario.
Con la desventaja en el marcador, ?lvaro Cervera rectific¨® en el segundo acto. Dio entrada a Borja Bast¨®n, que avis¨® a Oblak con un disparo afilado en la primera pelota que toc¨®.
Lanz¨® el t¨¦cnico local a su equipo a la carga, pero se encontr¨® con las l¨ªneas maestras de su admirado entrenador rival. No concedi¨® nada el Atl¨¦tico. P¨¦treo para guardar la ventaja y encement¨¢ndose con el paso de los minutos para que apenas sucediera nada. Simeone fue metiendo piezas de refresco para no perder la exigente batalla de los duelos que planteaba el Oviedo. Entre los cambios estaban Reguil¨®n, Correa y Pablo Barrios. Los tres, previo pase filtrado de Griezmann, firmaron la sentencia de la eliminatoria.
El lateral combin¨® con Correa y este habilit¨® al emergente Barrios. Esquinado, el chico atisb¨® el t¨²nel entre las piernas de Nadal. Una definici¨®n plena de frialdad que certific¨® el pase del Atl¨¦tico y su crecimiento partido a partido. Ya fue definitivo ante el Arenteiro con un gol y anoche evit¨® el fantasma de una posible pr¨®rroga.
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