Un gol de De Marcos clasifica al Athletic
El Espanyol, incapaz de reaccionar ante un rival que siempre llev¨® la iniciativa
La estad¨ªstica sirve de poco cuando se pone el partido en juego, pero en el caso del Athletic y el Espanyol resulta muy significativa. Hasta la fr¨ªa noche bilba¨ªna, los dos equipos se hab¨ªan enfrentado trece veces en eliminatorias o en finales coperas a lo largo de la extensa historia de ambos, y los rojiblancos se impusieron en doce ocasiones. En el decimocuarto enfrentamiento ocurri¨® lo de casi siempre. S¨®lo en 1957, tambi¨¦n en octavos, pasaron de ronda los periquitos. El gol de ?scar De Marcos en la primera parte pone al Athletic en el sorteo de cuartos de final.
El Espanyol ten¨ªa como misi¨®n dormir el partido, anestesiar a la grada y luego, ciertamente con nocturnidad y se supone que con alevos¨ªa, asaltar el ¨¢rea de Agirrezabala en alguna de las contadas ocasiones en las que la pelota pasara al campo del Athletic. Puso Diego Mart¨ªnez, para cumplir sus prop¨®sitos, una zaga bien nutrida con cinco hombres. Alargaba el partido cuanto pod¨ªa el equipo blanquiazul, con los rojiblancos intentando darle ritmo y apretando fuerte arriba.
Se jugaba la primera parte en campo visitante, con Nico Williams y Berenguer percutiendo constantes por las bandas, apoyados en los laterales, que no ten¨ªan nada que hacer en su campo, salvo vigilar un poquito a un Joselu desasistido. Los centrales del Athletic sub¨ªan una y otra vez y las llegadas se suced¨ªan. El primero en poner en aprietos a Joan Garc¨ªa fue Berenguer, en un disparo enroscado que acab¨® en c¨®rner; despu¨¦s Sancet, monumental presencia la suya, recibi¨® en el punto de penalti, pero el chut le sali¨® centrado, para el guardameta.
Rondaba el gol el Athletic, y lleg¨® antes de la media hora cuando Z¨¢rraga, centrado, toc¨® en vertical para que Sancet desviara lo justo de tac¨®n para la aparici¨®n por sorpresa de De Marcos, marca de la casa, para romper la igualada.
Sigui¨® el Athletic igual hasta el descanso, pero el Espanyol tambi¨¦n, lo cual no dejaba de ser extra?o, aunque su t¨¦cnico esper¨® a la segunda parte para eliminar a un central de su ecuaci¨®n y situar a Aleix Vidal en medio campo. Entonces el partido se abri¨® como una ventana y entr¨® una r¨¢faga de aire g¨¦lido cuando un bal¨®n se pase¨® por el ¨¢rea en un saque de esquina y Joselu no lleg¨® porque se adelant¨® Yeray. Recorri¨® la grada un escalofr¨ªo, aunque el Athletic tom¨® otra vez la iniciativa enseguida. Volvi¨® a tener la pelota en su poder, y aunque con menos filo que en la primera mitad, consigui¨® atemperar los impulsos espa?olistas. Tardaron muchos minutos los jugadores de Diego Mart¨ªnez en volver a asomarse al ¨¢rea de Agirrezabala, y adem¨¢s sin peligro.
Los cambios, te¨®ricamente realizados para reactivar el partido, tuvieron el efecto contrario y lo descafeinaron un tanto. Se acerc¨® el Athletic a la porter¨ªa de Joan Garc¨ªa, pero su dominio s¨®lo se tradujo en saques de esquina. El Espanyol, mientras, fue incapaz de intentar siquiera, el acoso en los minutos finales. No tuvo el empuje necesario para hacerlo.
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