El mejor City de Guardiola levanta la Copa de Inglaterra
Dos goles de G¨¹ndogan en Wembley (2-1) derriban al United y consagran el doblete para la versi¨®n m¨¢s depurada del equipo del t¨¦cnico espa?ol, que el pr¨®ximo s¨¢bado disputar¨¢ la final de la Champions
Pep Guardiola rompi¨® a llorar mientras recorr¨ªa la cancha de Wembley abrazando a sus jugadores. A punto de cerrar su octava temporada en Inglaterra, acababa de ganar su segunda Copa al frente de la mejor versi¨®n de su Manchester City, esta vez coronado por Erling Haaland. El goleador m¨¢s espl¨¦ndido del mundo no marc¨® en la final, pero ha dotado al equipo de una dimensi¨®n nueva en la que resultan m¨¢s desequilibrantes que...
Pep Guardiola rompi¨® a llorar mientras recorr¨ªa la cancha de Wembley abrazando a sus jugadores. A punto de cerrar su octava temporada en Inglaterra, acababa de ganar su segunda Copa al frente de la mejor versi¨®n de su Manchester City, esta vez coronado por Erling Haaland. El goleador m¨¢s espl¨¦ndido del mundo no marc¨® en la final, pero ha dotado al equipo de una dimensi¨®n nueva en la que resultan m¨¢s desequilibrantes que nunca los mediapuntas volantes como De Bruyne, Bernardo Silva y G¨¹ndogan. El alem¨¢n fue el autor de los dos tantos de su equipo. El primero con la derecha, el segundo con la izquierda, ambos de media volea desde la frontal del ¨¢rea. Dos bolas de demolici¨®n para el Manchester United, que se qued¨® sin respuestas suficientes para remontar el duelo ante un vecino que adquiere dimensi¨®n de gigante.
La secuencia fue mayest¨¢tica. El Rey Guillermo cant¨® Dios Salve al Rey, el ¨¢rbitro pit¨® el comienzo, Ilkay G¨¹ndogan puso el bal¨®n en juego entreg¨¢ndoselo a su portero, su portero lo envi¨® a 70 metros de distancia, a que Haaland y De Bruyne lo pelearan en los cielos, y cuando qued¨® botando al borde del ¨¢rea del United fue el propio G¨¹ndogan el que lo enganch¨® con el empeine. No hab¨ªa transcurrido ni medio minuto. El tiro entr¨® como un suspiro, por la escuadra izquierda de David de Gea. El espa?ol lo vio pasar de hinojos. Se incorpor¨® y durante un instante lanz¨® una mirada resentida al ¨¢ngulo ya vac¨ªo por el que hac¨ªa unos segundos hab¨ªa pasado la pelota. La porter¨ªa es enemiga de los porteros.
As¨ª comenz¨® la primera final de Copa que disputaron el United y el City en 152 a?os de historia. El trofeo m¨¢s antiguo del f¨²tbol fue el pen¨²ltimo obst¨¢culo que se presentaba entre el equipo de Guardiola y el triplete: conquistadas la Copa y la Premier, le queda la Champions para lograr una gesta que en Inglaterra ¨²nicamente alcanz¨® el United de Alex Ferguson. El patriarca observ¨® los acontecimientos desde la tribuna, triste. De momento, la senda del City tiene apariencia de autov¨ªa de seis carriles. G¨¹ndogan los ha pavimentado y ha plantado las farolas.
El gui¨®n de la final se ejecut¨® seg¨²n lo previsto. Incluso, despu¨¦s del 1-0. El United se agazap¨® alrededor de Casemiro, cual monumento al mediocentro en una plaza roja. ¡°?Calm, calm, calm¡!¡±, gritaba el brasile?o. Nada de emprender expediciones de riesgo. Todos a esperar mientras el City dominaba el bal¨®n y el campo. Provisto de varios motores, el equipo azul manej¨® el partido con cierta comodidad, a la espera de que su adversario saliera de su campo a presionar. Se apa?¨® con una l¨ªnea de tres, con D¨ªas en el medio, Akanji a la izquierda y Walker a la derecha; liber¨® a Stones en funciones de interior cada vez m¨¢s suelto por delante de Rodri; y atac¨® alternativamente con el batall¨®n de mediaspuntas explotadores de los carriles que abr¨ªa Haaland con sus desmarques. El City es un equipo revent¨®n. Guardiola ha cerrado otro c¨ªrculo.
El City controlaba la situaci¨®n sin grandes esfuerzos cuando Bruno Fernandes, el ¨²nico capaz de generar situaciones peligrosas, colg¨® un bal¨®n aparentemente inerme sobre el ¨¢rea de Ortega. Wan-Bissaka lo disput¨® con Grealish, que lo toc¨® con la mano tras la dejada de cabeza del lateral. El VAR decret¨® penalti. Fernandes meti¨® el 1-1 y David Beckham, en el palco, lo celebr¨® abriendo las costuras de su traje de lana fr¨ªa. Los dos equipos se fueron al descanso emparejados.
¡°Soy fan del Barcelona¡±
El United sigui¨® especulando alrededor de la mole de Casemiro. Juntas las l¨ªneas, Haaland se pas¨® largos periodos sin tocar la pelota, mientras que Stones, que alternaba la defensa con la mediapunta, se met¨ªa entre l¨ªneas para combinar. Los toques dieron pocos frutos pero el United tampoco consigui¨® robar la pelota en disposici¨®n de generar ocasiones n¨ªtidas. Antes que las recuperaciones, prevalecieron las faltas. De una falta provocada por De Bruyne en la banda surgi¨® el 2-1. G¨¹ndogan remat¨® de aire, r¨¢pido, sin dejarla botar. La pelota sali¨® escupida, mordida, botando entre las piernas de Casemiro y Varane, hasta meterse junto al palo derecho de De Gea. El portero apenas pudo lucirse. Hizo una buena parada a Haaland antes del final, cuando el partido se descompuso.
El United acab¨® encomend¨¢ndose al intr¨¦pido joven Garnacho, autor de un tiro al palo. Entremedias colg¨® centros laterales para que los cabeceara Weghorst o McTominay. El City reaccion¨® repleg¨¢ndose y resistiendo. Los minutos de descuento a?adieron emoci¨®n m¨¢s que armon¨ªa. Cundieron el descontrol y los sentimientos desbordados en el banco ganador, en donde Guardiola parece ser consciente de que est¨¢ a cent¨ªmetros de conseguir algo que ning¨²n entrenador ha logrado jam¨¢s. Su intercambio con el rey Guillermo, mientras recib¨ªa la medalla, evoc¨® efusiones de barra de bar. Le espera Estambul, la final de la Champions, el pr¨®ximo s¨¢bado, como un ¨²ltimo aro de fuego camino de la eternidad.
¡°Soy fan del Barcelona¡±, explic¨® Guardiola cuando tras el partido le preguntaron por qu¨¦ hab¨ªa llorado. ¡°Para el City, ganarle al United una final de Copa es algo muy importante. S¨¦ c¨®mo se sienten nuestros aficionados. Yo soy fan del City, y este t¨ªtulo es como si el Bar?a le ganara una final de Copa al Madrid. Esta competici¨®n es muy bonita¡±.
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