Los ultras del f¨²tbol espa?ol, una actividad incesante desde los a?os ochenta
Ni los clubes ni las autoridades han logrado desterrar a los hinchas violentos de los estadios ni sus alrededores
Desde que irrumpieron a principios de los a?os ochenta, los grupos de ultras han logrado mantenerse y alcanzar notoriedad en el f¨²tbol espa?ol. Ni los clubes ni las autoridades consiguen desterrarlos. Ya no gozan del descarado apoyo que les ofrec¨ªan los clubes (entradas, viajes y habit¨¢culos para guardar su simbolog¨ªa en los estadios), pero su presencia es latente en los partidos tanto fuera como dentro de los campos. Los Boixos Nois, por ejemplo, no entran al Camp Nou desde 2005, pero se han hecho fuertes en los alrededores. La grada de animaci¨®n del Barcelona, con 1.200 asientos, en la actualidad est¨¢ formada por cuatro grupos: Almog¨¤vers, un grupo hist¨®rico, Supporters Barcelona, Nostra Ensenya y Front 532. Todos ellos tienen el visto bueno de los Mossos, que revisa las listas de los integrantes antes de que el club les autorice a unirse a la zona designada para ellos.
La gran mayor¨ªa de los grupos ultras se ubican en las denominadas gradas de animaci¨®n situadas en los fondos. Hasta hace poco, para el acceso a estos grader¨ªos se utilizaba la huella dactilar y el reconocimiento biom¨¦trico, pero una denuncia de un aficionado del Burgos ante protecci¨®n de datos ha derogado esto.
En Madrid, los ultras del Frente Atl¨¦tico, de extrema derecha, han protagonizado en los ¨²ltimos tiempos graves incidentes. Ubicados en el fondo sur, donde los abonos para adultos oscilan entre los 390 y los 500 euros, si se incluyen todas las competiciones, tienen prohibido lucir cualquier distintivo del grupo desde la reyerta con los Riazor Blues que depar¨® en el asesinato en 2014 del ultra del Deportivo Jimmy, cuya autor¨ªa a¨²n no ha sido esclarecida. La muerte del radical deportivista fue la segunda en el historial del Frente Atl¨¦tico tras la del hincha de la Real Sociedad Aitor Zabaleta en 1998, por la que fue condenado Ricardo Guerra, relacionado con la facci¨®n ultraderechista Basti¨®n. Recientemente, cuatro ultras rojiblancos fueron detenidos por colgar de un puente un maniqu¨ª con la camiseta de Vinicius. Hace poco m¨¢s de un a?o, en Valdebebas, durante un derbi de la Youth League, profirieron insultos racistas contra los juveniles del Real Madrid Marvel y Peter. El pasado mes de enero hubo un duro enfrentamiento en un bar de los aleda?os del Metropolitano entre ultras del Frente Atl¨¦tico y el grupo escindido Suburbios Firm.
En el Real Madrid, la toma de control de la c¨²pula de Ultras Sur en noviembre de 2013 por parte de la facci¨®n m¨¢s joven y, seg¨²n el club y los informes policiales, m¨¢s radicalizada, fue el detonante que adujo la entidad para prohibir la marca del grupo ultra, cerrar su antigua grada de animaci¨®n y crear otra muy diferente. La actual, impulsada y dirigida desde las oficinas del club blanco, la conforman, sobre todo, cuatro pe?as: Veteranos, La Cl¨¢sica, Primavera Blanca y North Fans. Mientras, Ultras Sur, de orientaci¨®n de extrema derecha, mantiene su fuerza en la calle y sus llamamientos para las previas de los grandes duelos siguen aglutinando a miles de personas. Desde la expulsi¨®n del estadio como grupo organizado, el Madrid ha tratado de evitar por todos los medios que acudieran de forma organizada al recinto. Fuera de Madrid, ¨²ltimamente han protagonizado incidentes en Vigo y en la pasada final de la Copa del Rey en Sevilla, donde se enfrentaron a los Indar Gorri de Osasuna, de izquierda abertzale.
Frente Atl¨¦tico y Ultras Sur tienen como enemigo com¨²n a los Bukaneros del Rayo Vallecano, que simpatizan con la ultraizquierda. Est¨¢n muy bien organizados y son muy activos. Est¨¢n enfrentados al due?o del club, Mart¨ªn Presa. Se ubican en el ¨²nico fondo habilitado en el estadio de Vallecas, donde el abono ronda los 150 euros y las entradas sueltas entre 15 y 20 euros. Tambi¨¦n tienen prohibida la exhibici¨®n de los s¨ªmbolos del grupo. En 2017 impidieron el fichaje del ucranio Zozulia, simpatizante declarado de milicias nacionalistas de ultraderecha. Dos a?os despu¨¦s, el jugador visit¨® Vallecas con el Albacete y el partido tuvo que ser suspendido por los c¨¢nticos de ¡°puto nazi¡±.
En Bilbao, los seguidores radicales del Athletic est¨¢n integrados en la grada de animaci¨®n del fondo norte de San Mam¨¦s. Alrededor de 800 pertenecen a la I?igo Cabacas Herri Harmaila (ICHH), el grupo que toma su nombre del seguidor rojiblanco que muri¨® como consecuencia del disparo de una pelota de goma por parte de la Ertzaintza, el 5 de abril de 2012, despu¨¦s del partido entre el Athletic y el Schalke 04 de la Liga Europa. De ideolog¨ªa izquierda abertzale, est¨¢ formado por miembros de diversos grupos que tuvieron entidad propia como Herri Norte o Piratak. Los miembros de ICHH han estado implicados en diversos incidentes con ultras de otros clubes, especialmente del resto de Europa. La Pe?a Mujika de la Real Sociedad comparte ideolog¨ªa con los ultras del Athletic. Sus ¨²ltimos incidentes se produjeron antes del partido entre los donostiarras y la Roma de hace dos meses. El club, tras la remodelaci¨®n de Anoeta, ha querido reconducirlos con una grada de animaci¨®n.
En Sevilla, los Biris, ultras sevillistas, son el grupo m¨¢s activo de Andaluc¨ªa. Con unos 1.000 miembros, son afines a la ultraizquierda y al nacionalismo andaluz. Su relaci¨®n con la presidencia del club no es muy fluida. En su zona se produjeron los insultos a Sergio Ramos en el invierno de 2017 que provocaron el cierre parcial de la grada norte del S¨¢nchez Pizju¨¢n. Los Supporters Gol Sur del Betis cuentan, con unos 300 seguidores. Bastante violentos, las relaciones con el club, en principio, no son malas. El colectivo est¨¢ escindido en varios grup¨²sculos que suelen pelearse entre s¨ª. Son de extrema derecha. Tambi¨¦n en Andaluc¨ªa, las Brigadas Amarillas forman el grupo ultra del C¨¢diz antifascista y de extrema izquierda. El s¨ªmbolo es el Che Guevara. Tiene en torno a unos 300 socios. Muy vinculados al club, cuentan con una buena relaci¨®n con el mismo, aunque ¨²ltimamente se han desmarcado de algunas decisiones del presidente, Manuel Vizca¨ªno. Muy violento en los a?os 80 y 90, se ha ido calmando con el paso de los a?os. Han bajado en los ¨²ltimos a?os en cuanto a incidentes. Odian a los ultras del Betis, con los que han tenido bastantes enfrentamientos a lo largo de la historia.
En Galicia, en marzo de 2019, el grupo ultra Celtarras anunci¨® su disoluci¨®n tras 32 a?os no solo como pe?a del Celta de Vigo sino tambi¨¦n como un ¡°grupo de gente involucrada pol¨ªtica y socialmente¡±, de ¡°militancia antifascista¡± y ¡°compromiso con la naci¨®n gallega¡±. La violencia y la est¨¦tica ultra siguen en Bala¨ªdos y alrededores y se monitoriza sobre todo el comportamiento del grupo Tropas de Breog¨¢n. La mayor¨ªa de sus integrantes se asientan en la nueva grada de animaci¨®n promovida por el Celta. En A Coru?a, el citado asesinato de Jimmy marc¨® un punto cr¨ªtico para los Riazor Blues. Pero lograron rearmarse y con el Deportivo fuera del f¨²tbol profesional han vuelto a retomar el gusto por los desplazamientos. Con todo, a d¨ªa de hoy y tras recientes sanciones, la est¨¦tica ultra est¨¢ m¨¢s presente fuera de los campos que en ellos. La causa son las sanciones que pesan sobre gran parte del n¨²cleo m¨¢s duro de los Blues, que hace ya siete a?os que se inscribi¨® en el libro registro de aficionados que exig¨ªa la Comisi¨®n Antiviolencia y ya hace tiempo que no exhibe la marca Blues en el fondo de Riazor, donde no hay una grada de animaci¨®n registrada como tal, pero el acceso a la que ocupan los ultras cuesta para los abonados 159 euros anuales, que se quedan en 95 para los menores de 25 a?os.
En Valencia, los Yomus son neonazis, anticatalanistas y hom¨®fobos. Su l¨ªder es Ram¨®n Castro, un veterano con una larga carrera delictiva. El club expuls¨® a la pe?a en 2019 y una de las formas de evitar que se colaran fue poner el l¨ªmite de edad de la grada de animaci¨®n en 25 a?os, -ahora est¨¢ en 30-, un truco para dejar fuera a los veteranos fascistas. Esta temporada han vuelto, aunque se supone que solo fuera del estadio, donde pudieron liderar ¡ªno est¨¢ comprobado¡ª los insultos racistas contra Vinicius a su llegada al campo. La grada de animaci¨®n es la Mario Alberto Kempes, clausurada por tres partidos tras los ataques racistas al madridista, y el abono son 198 euros. Los menores de edad necesitan la autorizaci¨®n de sus padres.
Reportaje con informaci¨®n de Rafael Pineda, Rebeca Carranco, Patricia Peir¨®, Juan L. Cudeiro, Jon Rivas, Lorenzo Calonge y Fernando Mi?ana.
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