Padres de (no) futbolistas
El f¨²tbol es un deporte extremadamente cruel porque nunca deja de jugar con las ilusiones de un padre en contadas excepciones, como el progenitor de Rodrygo Goes, que apenas tuvo tiempo para asimilar su nueva condici¨®n de pater familias

¡°Devastado por el giro que ha tomado el fichaje de Arda G¨¹ler¡±, comenta el bueno de Roger Xuriach en su cuenta de Twitter. ¡°Para los que llevamos siguiendo al chaval desde hace dos d¨ªas y medio ha sido un palo dur¨ªsimo¡±. Ni que decir tiene que comparto su dolor. Media Espa?a lo comparte. Y m¨¢s ahora que Florentino P¨¦rez parece haberle echado el gancho como si fuese un at¨²n. ¡°No son formas¡±, dice mi padre. Todav¨ªa no sabe si G¨¹ler es alto o bajo, rubio o moreno, feo o guapo, diestro o zurdo, de Star Trek o de Star Wars, pero s¨ª que era todo cuanto necesitaba para ser feliz de aqu¨ª a septiembre, al menos en ausencia de ese primer nieto que nunca termina de llegar por m¨¢s que se vayan abriendo y cerrando distintas ventanas de mercado. ¡°?Bah!¡±, se levanta y sale de la cocina absolutamente desencantado.
El f¨²tbol es un deporte extremadamente cruel porque nunca deja de jugar con las ilusiones de un padre salvo en contadas excepciones. Ah¨ª est¨¢ el progenitor de Rodrygo Goes, por ejemplo, que apenas tuvo tiempo para asimilar su nueva condici¨®n de pater familias antes de que el chaval comenzase a rentabilizar su obsesi¨®n. Pero lo habitual dista en mucho de su ejemplo. Lo m¨¢s normal es que el ni?o, o la ni?a, te hagan sufrir de lo lindo ya desde peque?os. Primero, coqueteando con el equipo rival por influencia de un abuelo, una t¨ªa o un padrino mal elegido. Despu¨¦s, renegando del propio f¨²tbol y dej¨¢ndose querer por disciplinas alternativas como el voleibol, el dise?o gr¨¢fico, los videojuegos de estrategia o la filosof¨ªa cl¨¢sica.
Hace poco m¨¢s de 45 a?os, en Argentina, naci¨® un muchacho al que su padre so?¨® vistiendo la camiseta albiceleste a poco que pudiera mantenerse en pie y ser legalmente convocado para defender a su pa¨ªs. Pero le sali¨® desgarbado, el ni?o. No pintaba bien con aquellas orejas de soplillo, las canillas d¨¦biles y la cara un poco mustia, como de bibliotecario vocacional. Al Cacho Riquelme casi se le va la vida entre sacos de cal y algunas paladas de arena, que es lo que suele ocurrir cuando uno proyecta fantas¨ªas casi imposibles a trav¨¦s de sus hijos, no digamos ya a trav¨¦s de los hijos de otros, que es lo que puede ocurrir con mi padre y Arda G¨¹ler en un futuro m¨¢s o menos pr¨®ximo. ¡°No sab¨¦s nada. Hace cuarenta a?os que est¨¢s ac¨¢ y sos un bruto¡±, le espet¨® en cierta ocasi¨®n el Cacho Riquelme a un periodista que la ten¨ªa tomada con el colombiano Edwin Cardona: algunos padres no abandonan jam¨¢s la militancia.
A mi viejo, que pas¨® por todas las fases del desencanto paternofilial hace ya muchos a?os, incluido un cierto romance temprano con el madridismo, le toca ahora espantarse la frustraci¨®n por el no de Arda G¨¹ler y seguir su propio camino. ¡°Nos va a pasar lo mismo que con ?zil por andar retransmitiendo los fichajes¡±, dice entrando de nuevo en la cocina, esta vez a punto de perder los nervios y lanzar la tostadora por la ventana. Le digo que en Twitter abundan las comparaciones entre ambos, pero m¨¢s por el car¨¢cter un tanto particular de sus progenitores que por sus caracter¨ªsticas como futbolistas. Bebe un trago de agua, intuyo que aliviado. Desde siempre, no soporta a otros padres. Y en especial a los que tienen hijos futbolistas, creo que le hacen sentir ¡ªo recordar¡ª que tambi¨¦n ¨¦l tuvo su oportunidad: yo.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.