La lecci¨®n de las atletas ¡°culonas y pechugonas¡±
La campeona Carmen Valero, recientemente fallecida, apart¨® a zancadas el machismo m¨¢s rancio. Cuando empezaba a correr los chicos la mandaban ¡°a fregar¡±
No exist¨ªa a¨²n este peri¨®dico cuando una mujer llamada Carmen Valero ya estaba cambiando el pa¨ªs. Era febrero de 1976, ten¨ªa 20 a?os y lo hizo corriendo, apartando, a zancadas, el machismo, los prejuicios, la estupidez humana. La v¨ªspera de ganar el campeonato del mundo de campo a trav¨¦s, cuando le entreg¨® su dorsal, un directivo de la Federaci¨®n de atletismo le dijo: ¡°Aqu¨ª lo tienes, aunque, con lo culonas y pechugonas que sois las espa?olas, no s¨¦ para qu¨¦ corr¨¦is¡±. En el mundial anterior ya hab¨ªa quedado tercera, pero ...
No exist¨ªa a¨²n este peri¨®dico cuando una mujer llamada Carmen Valero ya estaba cambiando el pa¨ªs. Era febrero de 1976, ten¨ªa 20 a?os y lo hizo corriendo, apartando, a zancadas, el machismo, los prejuicios, la estupidez humana. La v¨ªspera de ganar el campeonato del mundo de campo a trav¨¦s, cuando le entreg¨® su dorsal, un directivo de la Federaci¨®n de atletismo le dijo: ¡°Aqu¨ª lo tienes, aunque, con lo culonas y pechugonas que sois las espa?olas, no s¨¦ para qu¨¦ corr¨¦is¡±. En el mundial anterior ya hab¨ªa quedado tercera, pero segu¨ªan sin tomarla en serio. Ella lo cont¨® en las p¨¢ginas de este diario mucho tiempo despu¨¦s. Aquel a?o, 1976, se convirti¨® en la primera atleta espa?ola que participaba en unos Juegos Ol¨ªmpicos (Montreal).
El obituario que le ha dedicado el periodista Carlos Arribas est¨¢ lleno de hitos. Valero, nacida en Castelser¨¢s (Teruel), en 1955, y residente en Sabadell desde los tres a?os, falleci¨® el pasado martes, a los 68, tras pasar varios d¨ªas en coma por un derrame cerebral. Y me averg¨¹enzo de mi ignorancia, porque descubro a Valero en ese texto en el que mi compa?ero lamenta su muerte recordando todo lo que hizo en vida. Por alguna raz¨®n, que quiz¨¢ tenga que ver con esa manoseada palabra, sororidad, siento que es algo m¨ªo, una de las nuestras, y trato de imaginarla llegando la primera a la meta despu¨¦s de competir contra las mejores del mundo sobre el campo y contra el mundo en general antes de recoger el dorsal. Mi reino por haber podido ver la cara de aquel directivo de naftalina cuando esa valiente mujer -despu¨¦s de todo, una de los suyos- se convirti¨® en campeona.
Busco sus entrevistas, sus propias palabras, para tratar de conocerla mejor. En una de ellas, relata: ¡°Fui pionera, abr¨ª puertas, pero lo hice todo sin darme cuenta¡±. Los grandes logros suelen llegar as¨ª, de la mano de hombres o mujeres extraordinarios que mejoran lo que tienen alrededor sin ser muy conscientes de ello mientras otros sin tantos m¨¦ritos buscan constantemente el aplauso y las portadas. ¡°A los chicos¡±, explic¨®, ¡°por ganar un campeonato del mundo les promet¨ªan 6.000 pesetas. Ninguno lo gan¨®. Yo gan¨¦ dos, a las mejores sovi¨¦ticas, y me dieron 200 pesetas por cada uno¡±. ¡°Cuando sal¨ªa a correr con chicos a la calle, me dec¨ªan: ¡®Vete a lavar los platos¡±. ¡°En Espa?a ten¨ªa que correr con bombachos porque correr con braguitas como las que hay ahora solo pod¨ªa en el extranjero, dentro estaban mal vistas¡± (...) ¡°En una competici¨®n en Castro Urdiales de 10 kil¨®metros, el presidente de la Federaci¨®n me prohibi¨® correr. Que eso era mucho para una mujer. ?Y yo entrenaba 25 cada d¨ªa! La corr¨ª y me sancion¨®¡±...
Su familia, que viv¨ªa en Cerdanyola, se traslad¨® a Sabadell porque era el sitio m¨¢s cercano donde hab¨ªa un equipo para que Valero pudiera correr. Su padre, que de peque?a le pon¨ªa un cascabel en el pie porque la ni?a ya se escapa, siempre la apoy¨®. Ten¨ªa apenas 12 a?os la primera vez que compiti¨®, motivo por el cual particip¨® en la carrera con otro nombre: Teodora Rodr¨ªguez. Poco despu¨¦s, la revista brit¨¢nica Athletics Weekly hablaba as¨ª de Valero: ¡°Hace tan solo unos a?os, nadie se podr¨ªa haber imaginado a una chica espa?ola ganando un t¨ªtulo mundial viniendo de un pa¨ªs que donde el atletismo femenino est¨¢ mal visto por el Estado y la Iglesia¡±. En 2017, Kathrine Switzer, la primera en terminar el marat¨®n de Boston, carrera de la que intentaron echarla a empujones por ser mujer, pidi¨® a Valero que recogiera en su nombre el premio Derechos Humanos del Consejo de la Abogac¨ªa. ¡°La admiraba much¨ªsimo. En EE UU ya era bastante dif¨ªcil ser mujer y atleta, pero s¨¦ que en Espa?a era a¨²n m¨¢s duro. Siempre tendr¨¢ mi agradecimiento por su gran contribuci¨®n a la historia y a la lucha de las mujeres de todo el mundo¡±, dijo.
Valero nunca lleg¨® a vivir del atletismo, pero no solo en el deporte vio el machismo. En el banco en el que trabajaba, ¡°hab¨ªa muchos chicos como directores, como representantes y apoderados... Las chicas¡±, recordaba, ¡°¨¦ramos m¨¢s bien el cuerpo administrativo, las cajeras. Luego evolucion¨® un poco¡±. Casi cuarenta a?os de dictadura no pasan en balde y todav¨ªa hoy quienes no pueden utilizar, por edad, esa educaci¨®n como excusa se comportan como si Espa?a siguiera siendo aquel pa¨ªs en blanco y negro.
La primera referencia sobre Carmen Valero en EL PA?S es del d¨ªa en el que este peri¨®dico sali¨® por primera vez a la calle, el 4 de mayo de 1976 y se titula ¡°nuevo r¨¦cord¡±. El ¨²ltimo texto publicado sobre ella en estas p¨¢ginas es de un lector, Pedro Miguel Ruiz L¨®pez-Ranca?o, en la secci¨®n de Cartas a la directora. Dice: ¡°Solo unos meses mayor que yo, me recuerdo, apenas adolescente, viendo correr a aquella catalana, embarrada, sucia y preciosa. La admir¨¦ como mujer y como deportista, y mi admiraci¨®n fue creciendo con el paso del tiempo cuando llegu¨¦ a apreciar lo que hab¨ªa logrado a pesar del nulo apoyo de los estamentos deportivos de la ¨¦poca. Supongo que de ocurrir hoy hubiera ganado los premios m¨¢s importantes del deporte, y hubiera asegurado su futuro con patrocinios y la fama, pero le tocaron tiempos oscuros que ella, con su solo esfuerzo, convirti¨® en algo m¨¢s luminoso¡±. Y tanto.
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