Demb¨¦l¨¦ y un chupito de absenta
El Girona y el Bar?a cruzar¨¢n esta semana los Pirineos para batirse con dos equipos de una Liga donde triunfa el ex delantero cul¨¦ y que vive m¨¢s preocupada de las guerras culturales que del propio espect¨¢culo
Los v¨ªnculos emocionales nacen casi siempre por accidente. La absenta, por ejemplo, la legendaria bebida alcoh¨®lica representada en los cuadros de Manet, Degas y hasta en la letra de Nochentera de Vicco, surgi¨® de la mente de Pierre Ordinaire, un m¨¦dico franc¨¦s que termin¨® en Suiza a finales de del siglo XVIII cuando escapaba de la Revoluci¨®n Francesa. La bebida encandilaba a poetas y artistas de Par¨ªs como Rimbaud o Toulous...
Los v¨ªnculos emocionales nacen casi siempre por accidente. La absenta, por ejemplo, la legendaria bebida alcoh¨®lica representada en los cuadros de Manet, Degas y hasta en la letra de Nochentera de Vicco, surgi¨® de la mente de Pierre Ordinaire, un m¨¦dico franc¨¦s que termin¨® en Suiza a finales de del siglo XVIII cuando escapaba de la Revoluci¨®n Francesa. La bebida encandilaba a poetas y artistas de Par¨ªs como Rimbaud o Toulousse-Lautrec, reputado profesional de la juerga. Pero en esa ¨¦poca, el brebaje se produc¨ªa ya en Marsella, ciudad portuaria, m¨¢s dada a las experiencias salvajes de la mente y el cuerpo que la capital. La bebida pod¨ªa alcanzar los 85? y, gracias a la sustancia qu¨ªmica que emanaba de uno de los hierbajos que conten¨ªa -la Tujona-, transportaba a sus consumidores a fabulosas realidades paralelas. Vistas sus propiedades, Francia decidi¨® prohibirla en 1915 y la misma destiler¨ªa comenz¨® a comercializar el Pastis, una versi¨®n domesticada de aquel caballo salvaje.
Marsella, desde entonces, est¨¢ ¨ªntimamente ligada a esta suerte de an¨ªs y a Ricard, la marca que termin¨® vendi¨¦ndola. El problema es que la ciudad tambi¨¦n tiene un v¨ªnculo muy fuerte con el Olympique, su equipo de f¨²tbol. Y de ese amor incondicional emana un odio at¨¢vico hacia el Paris Sant Germain que alguien, en alguna oficina remota con una hoja de Excel, pas¨® por alto. Hace dos semanas, el club que entrena Luis Enrique y que recibir¨¢ el mi¨¦rcoles al Girona anunci¨® un acuerdo millonario de publicidad con Ricard para promocionar sus marcas en el extranjero y vincularlas al club. Marsella se ech¨® a la calle -o m¨¢s bien a las redes-, llamaron al boicot y exigieron una rectificaci¨®n a un grupo propiedad hoy de un fondo estadounidense que no ten¨ªa ni idea de lo que estaba pasando. Incluso el alcalde de la ciudad se quej¨® a la marca. ¡°Cuando el negocio traiciona sus ra¨ªces, da?a su historia y pone en riesgo su futuro¡±, escrib¨ªa Lorraine Ricard, hija del antiguo propietario, despu¨¦s de haber animado a los seguidores del OM a seguir con su lucha desde las gradas.
El f¨²tbol franc¨¦s, tras la marcha de Kilian Mbapp¨¦ al Real Madrid, a la espera de los 50 millones que le debe su exequipo para cerrar esa etapa (y la cartera), sobrevive con otro tipo de pasiones y guerras culturales. Imaginen c¨®mo est¨¢ la Ligue 1 que L¡¯?quipe se?ala a Demb¨¦l¨¦ como sucesor al trono de la nueva estrella del Real Madrid y candidato a mejor jugador de la temporada. Una competici¨®n que se ha convertido en algo as¨ª como todos contra el PSG, el club m¨¢s odiado de Francia. Un equipo al que, precisamente, le pisa los talones ya el Olympique que entrena este a?o el italiano Roberto De Zerbi, a quien dicen que Guardiola hab¨ªa recomendado al Bar?a para sustituir a Xavi.
Dos clubes catalanes cruzar¨¢n la frontera de los Pirineos esta semana para medirse en Champions contra el M¨®naco y el PSG. La llegada a Par¨ªs del Girona, sin embargo, es un acontecimiento en todos los sentidos m¨¢s importante que el paso del Bar?a por el principado. Pero los mismos peri¨®dicos que esta semana se entregaban con furor al doblete de Lamine Yamal -las calles est¨¢n tambi¨¦n inundadas de camisetas con su nombre-, apenas hablan del equipo de M¨ªchel. La conversaci¨®n general se refer¨ªa a otra traici¨®n entre rivales: el paso de Adrien Rabiot, actualmente en el paro, al Marsella. En su caso no ha habido demasiadas protestas. En el asunto del Pastis, en cambio, los aficionados demostraron que todav¨ªa es posible en el f¨²tbol no tragar siempre con todo. Ricard rectific¨® y termin¨® empapelando Par¨ªs con una campa?a publicitaria donde juraba amor eterno a su ciudad: ¡°Nacido en Marsella¡±. Algo es algo.