Entrevistar a Cristiano Ronaldo
Hay dos maneras de grabarle: que CR nos quiera vender algo y reclame las preguntas por adelantado, o que el entrevistador le lleve la contraria cuando CR haga autocr¨ªtica
![Cristiano Ronaldo en un partido con el Al Nassr ante Al Wasl en la Liga saud¨ª.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TJD6BEB3SRFF5AIUS6ZQUTOWKM.jpg?auth=e9e37f7c8122e932888ef04b3c73ea6c22eab63508cfbe6ca55ec5dade323e50&width=414)
Larga y enjundiosa entrevista a Cristiano Ronaldo en La Sexta, cortes¨ªa de un periodista amigo ¨ªntimo suyo, Edu Aguirre. Que CR no frecuente periodistas salvo para incluirlos en su familia me recuerda a la agitada y hostil relaci¨®n de Luis Enrique con la prensa, con la que siempre est¨¢ a bofetadas hasta que de repente mete unas c¨¢maras en su vestuario y les deja grabar sus charlas m¨¢s privadas (No ten¨¦is ni p*** idea, documental en Movistar). De Cristiano Ronaldo y sus entrevistas creo que hay pocas piezas m¨¢s ilustrativas que la ejecutada por Xavi Sancho en Icon en 2019. Por supuesto, por motivos publicitarios (tras irse de Espa?a dejando calvos a muchos antimadridistas, Cristiano volvi¨® desde Tur¨ªn como hombre de negocios ofreciendo ofertas para ponerse pelo). En esa entrevista, m¨¢s bien en su documentaci¨®n previa, Sancho da con su f¨®rmula: Cristiano siempre da un titular, un titular muy bueno, y luego nada, el forraje habitual de las superestrellas que no se permiten dejar un pelo en la gatera.
Hay dos maneras de hacerle una entrevista: que Cristiano nos quiera vender algo y reclame las preguntas por adelantado, como la concedida a Icon, o que el entrevistador le lleve la contraria cuando Cristiano haga autocr¨ªtica. La de Aguirre es del segundo tipo. Como es natural, da m¨¢s juego, y hay que agradec¨¦rselo a los dos. Especialmente revelador su juicio sobre Mbapp¨¦ (¡°No sabe jugar de delantero. Si estuviese en el Madrid le ense?ar¨ªa a jugar como Cristiano, porque yo tambi¨¦n tuve que aprender. Aparezco dentro del ¨¢rea, no estoy dentro del ¨¢rea. Hay que ser imprevisible¡±), su enfermiza obsesi¨®n cuando no marcaba (se quedaba horas en vela machac¨¢ndose, repasando hasta la locura el remate fallido) o su salida del Madrid, contando que Florentino P¨¦rez quiso dar marcha atr¨¢s y que Ronaldo no acept¨®.
En realidad todas las respuestas (el mejor jugador de la historia es ¨¦l, ¡°soy el jugador m¨¢s completo que ha existido: juego bien de cabeza, tiro bien faltas, soy r¨¢pido, soy fuerte, salto mucho. No vi nadie mejor que yo¡±, la liga ¨¢rabe es mejor que la estadounidense -como recado a Messi) se dirigen al desapacible asunto que Cristiano Ronaldo tiene entre manos desde hace d¨¦cadas: ¨¦l mismo, la construcci¨®n de un mito. Desde un punto de vista desagradable, que es tener que record¨¢rselo ¨¦l al mundo. Y creo ¨Cdisculpen, capaz me he contagiado por el personaje¨C que ¡°desagradable¡± es un adjetivo pertinente. No es f¨¢cil, siempre produce rubor o verg¨¹enza ajena o directamente uno prefiere apartar la mirada, escuchar a alguien hablando de uno mismo en esos t¨¦rminos.
Es lugar com¨²n y seguramente cierto que sin ese discurso, y esa obsesi¨®n antinatural por los n¨²meros propios, Cristiano Ronaldo no ser¨ªa lo que ha conseguido ser, pero hay que concederle tambi¨¦n su gusto por el show, siquiera involuntario. El f¨²tbol es un juego y sus jugadores son cada vez m¨¢s, sujetos por contratos millonarios con marcas y expuestos a virtuales campa?as en redes, los t¨ªos m¨¢s aburridos del mundo, m¨¢quinas tan dotadas para la obviedad que, o me equivoco mucho, en el campo empiezan a jugar como hablan delante del micr¨®fono: sin molestar a nadie, paseatrasismo en vena.
Cuando Xavi Sancho le pregunt¨® a Cristiano si ten¨ªa amigos futbolistas, ?saben con qu¨¦ profesi¨®n lo compar¨® el portugu¨¦s? Con modelos. Con chicas modelos. ¡°Es como si preguntas a una modelo si tiene amigas modelos. Pocas veces estar¨¢ cenando con modelos como ella¡±. Es, ha sido, un futbolista descomunal que los madridistas echamos de menos cada d¨ªa, no digamos esta temporada. Y ten¨ªa, tiene, un sentido del espect¨¢culo formidable, maradoniano, desvergonzado: h¨¦roe o villano, no hay alternativa en su mundo.
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