Etapa para Kuss en Javalambre, rojo para Lenny, el d¨ªa del gran festival del Jumbo en la Vuelta a Espa?a

P¨¢ramo desolador, tierras ingratas, aire polvoriento de pel¨ªcula de Wim Wenders abstra¨ªdo. Hacia el Pico del Buitre avanza el pelot¨®n destrozado. Peque?os grupos de supervivientes. Todo es falso llano. Cuesta enga?osa. Viento verdadero, de cara. Velocidad supers¨®nica. Sin descanso. M¨¢s de 40 por hora de media un d¨ªa de monta?a y tierras escarpadas. Abandonados los ciclistas que han sudado, tambi¨¦n los m¨¢s d¨¦biles, los novatos que nunca olvidar¨¢n la experiencia. Deshabitado el pelot¨®n, como los pueblos que atraviesan. Sarri¨®n, Albentosa, Manzanera, Torrijas, Arcos de las Salinas. La riqueza solitaria de la trufa negra oculta. Territorio para una sublevaci¨®n que el Jumbo, sus colores alegres, sus gentes en todas partes, convierte en un festival como el de Eurovisi¨®n, por lo menos. Canciones y triunfos. Victoria de Sepp Kuss.

Jolgorio.

Y Lenny Mart¨ªnez, de rojo.

El franc¨¦s, nieto de Mariano Mart¨ªnez, el franc¨¦s de Burgos, hijo del campe¨®n ol¨ªmpico Miguel Mart¨ªnez, se cay¨® nada m¨¢s empezar la etapa. Despu¨¦s, como aquel que sabe que pase lo que pase ese ser¨¢ su d¨ªa, cumple ¨®rdenes y est¨¢ siempre delante, pendiente de fugas, de cortes, y cuando un abanico corta el pelot¨®n forever, all¨ª est¨¢. En su sitio. Tiene 20 a?os y 51 d¨ªas. Es 252 d¨ªas m¨¢s joven, 20 cent¨ªmetros m¨¢s bajo y 30 kilos m¨¢s ligero que el Miguel Indurain que desde abril de 1985 era el l¨ªder m¨¢s joven de la historia de la ronda espa?ola. Veinte a?os, casi 21, tiene tambi¨¦n Ayuso, que parece un veterano por la forma de comportarse en los momentos de apuro ¨C¡±es trabajo mental, no f¨ªsico; hay que saber sufrir¡±, por su control a la hora de atacar, y 20, desde febrero, el nuevo belga que llega y resiste, Cian Uijtdebroeks.

Es la Vuelta a Espa?a. Es solo la sexta etapa. Sepp Kuss, gregario estajanovista, corona sonriente junto a los telescopios del Observatorio Astrof¨ªsico del Javalambre, y la superluna de agosto tan hace poco, pese al dolor, y la ceja herida, la estrategia de su Jumbo. A cuatro kil¨®metros de la cima, 1.946 metros, atacan en pareja Roglic y Vingegaard. Sufren Mas y Evenepoel, campeones reconvertidos en gestores de crisis. Brilla Ayuso. Las diferencias se miden solo en segundos en la clasificaci¨®n, en la moral de victoria, en el ¨¢nimo de derrota, en el fatalismo, en el optimismo, pesan algo m¨¢s. Siete segundos pierde Ayuso con la happy pareja que forman el esloveno y el dan¨¦s, el ¨²ltimo ganador del Giro y el ganador de los ¨²ltimos dos Tours, de la manito; 24s, Mas, que aguanta con ellos hasta que la carretera se eleva en los ¨²ltimos 800m y grita, ¡°me han reventado, pero estoy contento¡±, les regala 24s, y permite que su gran compa?ero Oier Lazkano elucubre graciosamente sobre la filosof¨ªa de Rajoy, les reflexiones del expresidente sobre posibilidad de lo imposible, la imposibilidad de lo posible, la nada.

Un an¨¢lisis m¨¢s fr¨ªo, sin embrollos, clarificado, fr¨ªo permitir¨ªa a Evenepoel, el ganador saliente, la cara tan roja, o m¨¢s, como el maillot que abandona a Lenny Mart¨ªnez, pensar que el d¨ªa, en el fondo, no le ha ido nada mal. Ha sufrido una crisis, ¡°las piernas pesadas¡±, dice, ¡°los vatios que se negaban a despegar¡± cuando les exig¨ªa su voluntad y sus m¨²sculos, ¡°ha sido mi peor d¨ªa¡±, se ha quitado de encima, ¨¦l y su equipo, muy limitado, el peso del rojo, y solo ha perdido 32s, lo que le permite estar noveno en la general, a¨²n por delante de todos los rivales gracias a lo acumulado en la contrarreloj por equipos y las bonificaciones: 3s le saca a Mas, 5s a Vingegaard, 11s a Roglic y 19s a Ayuso. ¡°Y lo mejor¡±, a?ade, ¡°es que me recuper¨¦ y pude acelerar en los dos ¨²ltimos kil¨®metros, y a¨²n ten¨ªa algo en las piernas¡±. Nada que no pueda solucionarse el martes en la contrarreloj de Valladolid superados el fin de semana los repechos de Xorret del Cat¨ª y Caravaca de la Cruz y la amenaza de la depresi¨®n aislada en los niveles de la atm¨®sfera y sus diluvios.

Verano es languidez, no matar mosquitos, dijo Samuel Barber cuando le reprocharon que su quinteto evocador del verano fuera tan lento. Los del Jumbo, que antes de la salida hacen rodillo en el autob¨²s aparcado en la Vall d¡¯Uix¨®, con el aire acondicionado a tope, podr¨ªan acotar su amplitud, precisando que s¨ª, enso?aci¨®n relajada, h¨¢bleme usted del problema de Irlanda, pero no todos los d¨ªas de julio o agosto, que alg¨²n d¨ªa de Tour o Vuelta hay que salir de la sombra y matar, y no mosquitos, que los mosquitos, en efecto, son cosa de Evenepoel, las bonificaciones y cosas de esas, sino moscones gigantes, y a ca?onazos. Un quinteto no de viento-madera, sino de metales. Trombas y trombones cuando el viento corta al pelot¨®n y cuatro de ellos est¨¢n delante en un grupo gigantesco, 40, incontrolable para el pelot¨®n: Dylan van Baarle, the man from Roubaix, que alarga los solos pero moderadamente ¨C¡±nos conven¨ªa aislar detr¨¢s a Evenepoel y mantener una ventaja suficiente para poder ganar la etapa, pero no demasiado grande porque con nosotros iban Lenny y Landa y Marc Soler, que pueden ser peligrosos para el podio final¡±, explica Kuss--, Tratnik, Attila Valter, tan b¨¢rbaro en sus esfuerzos el h¨²ngaro como le exige el nombre del hermano de Buda que sus padres le pusieron, y Kuss,, el amigo de todos, el escalador de Durango (Colorado) casado con una catalana, siempre sonriente, siempre disponible en castellano y en catal¨¢n, que gana la etapa camino de una haza?a que ning¨²n ciclista ha logrado antes: formar parte del equipo de los ganadores de las tres grandes el mismo a?o. Estuvo con Roglic en el Giro. Estuvo con Vingegaard en el Tour, y ambas carreras las termin¨® bien clasificado, y en el Tour en Andorra fue un a?o la desaz¨®n de Valverde, y est¨¢ con los dos en su Vuelta, la carrera en la que comenz¨® a ganar, en el Acebo asturiano, hace cuatro a?os. ¡°No s¨¦ si soy el talism¨¢n del equipo¡±, dice el hombre que si no suerte, quiz¨¢s, da, seguro, fuerza.

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