Tour Colombia: contra un ciclismo de aut¨®matas, el instinto de Richard Carapaz
La brecha tecnol¨®gica y cient¨ªfica acaba con la cantera latinoamericana y preocupa al campe¨®n ol¨ªmpico, segundo, tras Rodrigo Contreras, en la carrera: ¡°Ser corredor se ha robotizado. Es como un trabajo de oficina¡±
El lobby hotel Sabana Park, en las afueras de Bogot¨¢, es un no parar corredores, de sus familias, federativos, los VIPS del Tour Colombia, m¨²sica, voces, as¨ª que Richard Carapaz pide un lugar tranquilo para hablar. Una sala en el entresuelo parece el lugar ideal hasta que se demuestra impracticable cuando lo invade una docena de personas armadas de equipo t¨¦cnico que en cinco minutos la convierten en un plat¨® televisivo...
El lobby hotel Sabana Park, en las afueras de Bogot¨¢, es un no parar corredores, de sus familias, federativos, los VIPS del Tour Colombia, m¨²sica, voces, as¨ª que Richard Carapaz pide un lugar tranquilo para hablar. Una sala en el entresuelo parece el lugar ideal hasta que se demuestra impracticable cuando lo invade una docena de personas armadas de equipo t¨¦cnico que en cinco minutos la convierten en un plat¨® televisivo, focos, c¨¢maras ¨²ltima generaci¨®n y hasta ra¨ªles de tr¨¢velin high tech. ¡°Van a entrevistar a Rigo¡±, informa un t¨¦cnico. ¡°Va a grabar una entrevista en la que anuncia su despedida del ciclismo cuando acabe la temporada¡±.
El ¨²ltimo refugio que le ofrecen a Carapaz es la sala de jacuzzis en la s¨¦ptima planta. Silencio absoluto. Solo suena la voz de Carapaz, de 30 a?os, el mejor ciclista latinoamericano, campe¨®n ol¨ªmpico en Tokio, que lanza un lamento por un esplendor que se apaga, una oscuridad que la retirada a los 37 a?os de su compa?ero Rigo Ur¨¢n, profesional durante 18 a?os, aumenta.
¡°El ciclismo latinoamericano va a menos. Cada vez somos menos los que estamos en el WorldTour. El ciclismo ha cambiado much¨ªsimo y el nivel ha subido un mont¨®n. En los ¨²ltimos cinco, seis a?os, ha sido impresionante la evoluci¨®n que ha tenido¡±, dice el ciclista ecuatoriano, que lleg¨® a Espa?a, al Lizarte, a los 22 a?os, y cuatro a?os m¨¢s tarde ya ganaba el Giro de Italia. ¡°Para nosotros es cada vez m¨¢s complicado estar a la altura. No veo ning¨²n joven que pueda dar el salto a Europa¡±. Y la afici¨®n se agarra a lo que ha tenido. Mira la vida de Rigo, el fen¨®meno de Urrao, por televisi¨®n, y en la salida de la ¨²ltima etapa adora a Nairo Quintana, a quien una gripe y un poco de fiebre, informa su director, Pablo Lastras, han impedido estar donde quer¨ªa. Aun as¨ª, un aficionado en el parqueadero de las cervezas Andina, en Sop¨®, de donde parti¨® la etapa, le vocea y le solicita: ¡°?Nairo, te amo! ?Una miradita!¡±
Jhonatan Restrepo (del Polti de Contador, con la selecci¨®n colombiana en el Tour) se impuso al sprint a los fugados (segundo Carapaz) ante el Museo Nacional de Colombia, en Bogot¨¢, en la ¨²ltima etapa de un Tour Colombia que, por primera vez en sus cuatro a?os de historia corona a un ciclista de un equipo continental (la tercera divisi¨®n mundial). Rodrigo Contreras (Nu), de Villapinz¨®n, Cundinamarca, une su nombre al de los corredores WorldTour ganadores de las tres primeras ediciones, Egan Bernal, Superman L¨®pez y Sergio Andr¨¦s Higuita. Parad¨®jicamente, su victoria, conseguida al resistir tenazmente los ataques del campe¨®n ol¨ªmpico Richard Carapaz, m¨¢s que motivo de regocijo, de felicitarse por la fortaleza del ciclismo colombiano, es m¨¢s una raz¨®n para preocuparse por la falta de futuro de su cantera. Contreras, de 29 a?os, lleg¨® a Europa en el Quick Step y en el Astana, y, regresado a Colombia, domina los debates.
Los sabios del ciclismo hablan del salto tecnol¨®gico y cultural que dio el ciclismo en los ¨²ltimos cinco a?os, y en Colombia hablan de la brecha que se ensancha entre su mundo y el otro, de c¨®mo se han quedado en la antig¨¹edad. ¡°Estamos con 10 a?os de retraso, por lo menos¡±, analiza Luis Fernando Saldarriaga, el padre del proceso que llev¨® a Europa a la gran generaci¨®n de Nairo y Chaves. ¡°Todav¨ªa seguimos con los sistemas de toda la vida, incluidos los atajos il¨ªcitos para colmar la brecha que tanto da?o nos han hecho¡±. El relato de Diego Pescador, de 19 a?os, el gran talento que llega, y desea llegar a Europa cuanto antes es un ejemplo real de las palabras de Saldarriaga. ¡°Sinceramente, pienso que nos falta todav¨ªa mucho ac¨¢¡±, dice el joven de Quimbaya, a quien, curiosamente entrena El P¨¢cora. ¡°Me ense?¨® mucho. Ya pas¨® por equipo WorldTour, y con cari?o me dice, ¡®ni?o tienes que aprovechar las oportunidades al 100%¡¯, y me da el ejemplo de ¨¦l que de pronto ¨¦l no aprovech¨® esa oportunidad, y siempre est¨¢ habl¨¢ndome, motiv¨¢ndome y fij¨¢ndose en cada detalle del entrenamiento. Me dice que en Europa, desde juveniles son muy profesionales. Ya entrenan guiados por el lactato y yo apenas el a?o pasado empec¨¦ a entrenar con potenci¨®metro, con vatios. Es mucho lo que nos llevan. Deber¨ªamos correr m¨¢s en Europa desde las categor¨ªas inferiores. Saber lo que es andar por caminos estrechos. El ciclismo europeo es un ciclismo muy t¨¦cnico. Te meten por unas bajadas superempinadas, con curvas muy cerradas. Digamos que el tema de la ubicaci¨®n all¨¢ al colombiano siempre nos va a matar un poco. Aqu¨ª vamos por autopistas¡ Son cosas de ir mejorando el entrenamiento, la nutrici¨®n, la biomec¨¢nica¡ y espero que sea pronto¡±.
Todo es como antes, o peor, pues hasta la gran arma de los ciclistas andinos, ser nativos de las alturas, de p¨¢ramos por encima de los 2.500 metros, ya no vale nada. ¡°El trabajo que hacemos en altura, las concentraciones que hacen todos los equipos, las nuevas formas de entrenar all¨ª por la aplicaci¨®n r¨¢pida de nuevos conocimientos lo ha cambiado todo¡±, dice Carapaz, nativo del Carchi, provincia ecuatoriana a 2.900 metros. ¡°Aunque yo viva en altitud, he notado mucho la diferencia¡±.
Echa la vista atr¨¢s el ecuatoriano que corri¨® en el Movistar y en el Ineos antes de asentarse en el EF y cuando piensa en 2019, el a?o en que gan¨® el Giro con el Movistar, piensa que ha pasado un siglo, tanto cambi¨® todo desde entonces. Como las grandes civilizaciones antiguas que se extingu¨ªan justamente en el momento en el que alcanzaban su m¨¢ximo apogeo, el Movistar de aquel Giro se esfum¨® en nada. Cuatro de sus componentes ¨CAmador, Carapaz, Landa, S¨¹tterlin¡ª, y tambi¨¦n Nairo Quintana, abandonaron en invierno al equipo, que se qued¨® descolgado en las grandes ligas. Una forma de hacer ciclismo qued¨® obsoleta. En 2020, la pandemia, marc¨® el cambio de siglo en el ciclismo tambi¨¦n. ¡°Despu¨¦s de la pandemia cambi¨® todo mucho. Los protocolos de higiene demostraron que eran tambi¨¦n v¨¢lidos para aumentar los vatios, el rendimiento. Los detergentes para la ropa, el no lavarla junto a las zapatillas, los materiales, los tejidos, los cascos, las gafas, la bici misma¡±, desgrana Carapaz. ¡°Y la nutrici¨®n. En la etapa del Alto del Vino he comido 120 o 140 gramos de carbohidratos a la hora. Hace cinco a?os, no s¨¦, era una barrita, un sachet [gel] y ya est¨¢. Son m¨¦todos nuevos que se han venido implementando y que dan resultados¡±.
Carapaz triunf¨® en la vieja cultura del instinto y la clase, y el entrenamiento por sensaciones, y resiste entre los mejores en la era de la santificaci¨®n de la tecnolog¨ªa, aunque a ¨¦l a la brecha tecnol¨®gica se le suma la generacional. En el Giro del 19, en los tiempos antiguos, pudo con Roglic y Nibali, pero en el 20, Roglic, m¨¢s joven cicl¨ªsticamente, hijo de los nuevos tiempos, aunque no en edad, le pudo en la Vuelta. En el 21, fue tercero en el Tour tras el cicl¨®n Pogacar, pero muy igualado con Vingegaard, pero en el 22 solo fue segundo en el Giro tras Hind ley y ante Landa, otro de los de los viejos tiempos. ¡°Cuando gan¨¦ el Giro fue un sue?o, cumplido. Pude hacerlo lo hice¡±, dice. ¡°Pero, obvio, yo soy un campe¨®n y siempre sue?o en m¨¢s, siempre quieres m¨¢s. Despu¨¦s del Giro, siempre mi objetivo ha sido el Tour. Me he visto como un hombre Tour. Hice un tercer puesto en mi segunda participaci¨®n. La tercera fue el a?o pasado, y me ca¨ª el primer d¨ªa. No tuve mucha suerte. Tampoco es que haya ido 10 a?os y no haya entrado ni entre los 10 primeros. Tengo muchas opciones y eso me hace so?ar mucho m¨¢s¡±.
Al sue?o Carapaz lo acompa?a del conocimiento, de la consciencia de que cada a?o que pase el mundo ser¨¢ otro, sus habitantes, otra especie, y ¨¦l, un dinosaurio. ¡°Ha habido un cambio grand¨ªsimo a nivel global. Y la mentalidad de los ciclistas que llegan es diferente. Los j¨®venes crecen con esto. Tienes que cuidarte la comida, hacer tus entrenamientos a tantos vatios, tu pulso, tu frecuencia card¨ªaca... Y cuando llegan a un equipo siempre intentan buscar eso, y ya no lo tradicional. Ibas y entrenabas por sensaciones, y me siento bien y hago seis horas y ya est¨¢. El ciclismo, no s¨¦ si cabe la palabra, pero s¨ª, el ciclismo se ha robotizado, en el sentido de que todo est¨¢ automatizado¡±, dice. ¡°Yo lo he notado, pero, al final, tienes que adaptarte si quieres ganar, porque si no, est¨¢s en la ¨¦poca...¡±
Y, quiz¨¢s por ello, porque conozca el valor de lo antiguo y porque sienta tambi¨¦n que el nuevo ciclismo le roba parte de la poes¨ªa a su deporte, tampoco se rinde al dios de la tecnolog¨ªa, ni al ciclista considerado como un empleado de una empresa llamada equipo, cuando, en sus tiempos, la ¨²nica misi¨®n del equipo era la de garantizar cama, comida, bicicletas y masajes al corredor. ¡°Ahora, cuando entras a un equipo que es superprofesional, normalmente te dan tus roles. Y, bueno, aqu¨ª, en el EF, pasa eso. Aqu¨ª vienes con un rol y tu rol, pues, bueno, es esto, esto, esto y esto otro y tienes que cumplirlo. Es como un trabajo de oficina. Cada corredor asume un rol y lo tiene que cumplir y si no, pues fuera¡±, reflexiona. ¡°Casi todo, como le digo, se ha robotizado y antes de una subida en una carrera, por ejemplo, el director te dice, ¡®esta subida son tantos minutos y s¨¦ que la puedes hacerla a tantos vatios¡¯, y t¨² puedes ver d¨®nde puedes gastar y puedes llegar¡±.
Pero Carapaz sabe algo m¨¢s, Carapaz sabe que su sabidur¨ªa de corredor, la inteligencia que le permiti¨® ganar el Giro dejando pasmados en la subida hacia el Monte Bianco por Aosta, o en un repecho en las afueras de Roma, a Roglic y Nibali, m¨¢s fuertes seg¨²n los sabios de los vatios, es una fuerza que no la mide el potenci¨®metro, que solo ¨¦l puede controlar. ¡°Los vatios funcionan, yo he visto que funcionan, pero el instinto es el que lo rompe todo¡±, dice. ¡°Saber leer la carrera cuando das 200 pulsaciones, pues, tener ese instinto de decir, bueno, es la hora. Yo creo que eso no ha cambiado a¨²n. En ese sentido, no ha cambiado mucho el ciclismo. Los momentos de elegir, de decidir, est¨¢n en el corredor, no en sus n¨²meros¡±.
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