Tres vidas, tres ciudades y un sue?o cumplido
?Qu¨¦ se siente cuando tu equipo se estrena en el f¨²tbol profesional o regresa tras 20 a?os de ausencia? Esta es la cr¨®nica ¨ªntima de los aficionados que esperaron a?os y a?os para ver cumplidas las grandes haza?as deportivas de Amorebieta, Ibiza y Burgos
El regreso de la competici¨®n hace un par de semanas se ha vivido como la culminaci¨®n de un sue?o en Amorebieta (Bizkaia), Ibiza y Burgos. De la mano de sus respectivos clubes locales, las dos primeras ciudades estrenaron representaci¨®n en el f¨²tbol profesional y la tercera regres¨® despu¨¦s de 20 a?os. Cada una culmin¨® una epopeya fascinante: la de la ¨²nica escuadra capaz de colocar este curso a un municipio de menos de 20.000 habitantes en el mapa de LaLiga SmartBank; la de un equipo isle?o abonado a los ascensos, tres en los ¨²ltimos cinco a?os, y la de un conjunto que vivi¨® su m¨¢ximo esplendor en los setenta, luego pas¨® casi una d¨¦cada sin competir y ahora vuelve a estar entre los mejores.
Esta es la cr¨®nica sentimental del camino que han recorrido tres de los clubes que este curso se incorporan a la categor¨ªa de plata (tambi¨¦n lo ha hecho el filial de la Real Sociedad). La cuentan aquellos que m¨¢s intensamente vivieron el viaje, los aficionados. Mientras jugadores, entrenadores y presidentes abr¨ªan y cerraban etapas, ellos siempre estuvieron all¨ª.
Mar¨ªa Elisa Solaguren se hizo devota de la SD Amorebieta por su hijo Rafael. Desde que el chico debut¨® con el equipo de la localidad vizca¨ªna, all¨¢ por los noventa, le sigui¨® a todas partes: a Getxo, a Hernani, a Bermeo e incluso fuera del Pa¨ªs Vasco. Por ejemplo a Arag¨®n, en una de las promociones de ascenso de las que jam¨¢s regresaron con premio. No le importaban demasiado las derrotas a una mujer que encontr¨® la felicidad, dice, recorriendo a bordo de un autob¨²s los campos embarrados y a veces medio vac¨ªos de la geograf¨ªa del f¨²tbol modesto. Algo que ni siquiera cambiar¨ªa la muerte de su Rafael a los 35 a?os a causa de un infarto.
Despu¨¦s del desgarro, Marieli ¨Das¨ª la conocen los suyos¨D se sigui¨® sentando en una de las 1.300 localidades del estadio de Urritxe. Cerquita del c¨¦sped, como siempre le ha gustado. Sin perder la fe en la vida, ni en un equipo que en 30 temporadas no se movi¨® de Tercera Divisi¨®n. En una provincia donde reina el Athletic Club, ella prefiri¨® el orgullo de pertenecer a un proyecto modesto que es como una peque?a familia. Tanto por el tama?o de la ciudad a la que representa, como por una planificaci¨®n deportiva que a¨²n hoy solo incluye jugadores vascos y navarros.
A base de luchar y no desfallecer, las alegr¨ªas empezaron a llegar. En 2011, la SD Amorebieta escal¨® a Segunda B. A Marieli, de 78 a?os, le pareci¨® toda una gesta. Pero lo del ascenso a LaLiga SmartBank en mayo ya fue una aut¨¦ntica ¡°locura¡±. Porque no lo esperaba y porque su nieto Aitor, siguiendo los pasos de su padre ausente, logr¨® debutar con el primer equipo la pasada campa?a con tan solo 17 a?os.
El ilusionante episodio abre un nuevo ciclo que la veterana hincha trata de tomarse con una cautela y humildad que la SD Amorebieta lleva como bandera. ¡°Si logramos la permanencia es porque nos conviene y, si no, es porque no nos conven¨ªa¡±, se?ala al otro lado del tel¨¦fono.
#HerriBatenIlusioa ?
— SD Amorebieta (@SDAmorebieta) August 6, 2021
Zure indarra sentitu nahi dugu berriro!
Egin zaitez bazkide, bizi dezagun herri baten ilusioa.
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?Queremos volver a sentir tu fuerza!
Hazte socio, vivamos la ilusi¨®n de un pueblo.#LaLigaSmartBank pic.twitter.com/qCYQzlWEvd
El economista y abogado Luis Abril se perdi¨® la ¨¦poca dorada del equipo de su ciudad. A principios y mediados de los setenta, cuando al estadio del Burgos CF acud¨ªan rivales de la talla del Real Madrid o el FC Barcelona, ¨¦l se march¨® a estudiar a Noruega. As¨ª que los pasos de esa m¨ªtica plantilla los sigui¨® con una semana de retraso, gracias a los ejemplares del Diario de Burgos que sus padres le mandaban a Oslo. Fue la primera de las soluciones que se ingeniar¨ªa para preservar el v¨ªnculo con un club y una tierra a la que ya no regresar¨ªa.
A principios de los ochenta empez¨® una etapa dura para la afici¨®n burgalesa, mientras ¨¦l estrenaba un extenso curr¨ªculum que le ha hecho pasar por la c¨²pula de grandes entidades bancarias o de Telef¨®nica, donde ha sido director de Comunicaci¨®n y secretario general t¨¦cnico de la Presidencia. Tras dos descensos desde la ¨¦lite, la junta del Burgos CF resolvi¨® en 1983 la disoluci¨®n de la instituci¨®n a causa de las deudas. Pese a la refundaci¨®n del club dos a?os despu¨¦s, la entidad no empez¨® a competir hasta la temporada 1994/95. Y lo har¨ªa desde abajo, en Regional, arrancando una traves¨ªa de altos y bajos.
Por aquellos tiempos, Abril ya ten¨ªa un hijo. En el colegio, los compa?eros del chico nunca entendieron la pasi¨®n de la familia por un conjunto del que nunca hablaban en televisi¨®n. Pero ellos, siempre que pod¨ªan, recorr¨ªan las cuatro horas de viaje ¨Ddos de ida y dos de vuelta desde Madrid¨D para animar en El Plant¨ªo a un equipo que, poco a poco, ir¨ªa escalando categor¨ªas hasta regresar en 2001 a la divisi¨®n de plata. Una alegr¨ªa breve ¨Ddur¨® solo una campa?a¨D que precedi¨® otra larga espera. Padre e hijo no se reencontrar¨ªan ya con el f¨²tbol profesional hasta este verano, casi dos d¨¦cadas m¨¢s tarde y cuando al mundo ya hab¨ªa llegado un nieto.
Abril, entrado hoy en la setentena, vivi¨® de cerca la espera. Trab¨® relaci¨®n con varios presidentes y, a principios de los dosmil, se convirti¨® en uno de los dos socios de honor que tiene el club junto al exentrenador Ram¨®n Calder¨¦. Una posici¨®n desde la que sigui¨® siendo, seg¨²n se define ¨¦l mismo, ¡°un hincha moderado¡± y donde volvi¨® a inventarse una nueva soluci¨®n para vivir de cerca su pasi¨®n pese a la pandemia. ¡°El a?o pasado vi por primera vez todos los partidos desde casa con el Ipad. Soy optimista para esta temporada. El d¨²o Michu y Calero [director deportivo y entrenador del Burgos CF, respectivamente] tiene una m¨ªstica especial¡±, opina.
Sergi Tur, como muchos otros ibicencos, mantiene una peque?a batalla personal para que la ciudad y la isla entera sean reconocidos m¨¢s all¨¢ de su etiqueta de capital mundial de la fiesta. Junto a un grupo de compa?eros que no para de crecer, se dedica a reivindicar una tierra plagada de atractivos a los que ahora, por primera vez en la historia, se puede sumar su potencial futbol¨ªstico.
Hace solo seis a?os, en 2015, la UD Ibiza jugaba en Regional. Una nueva propiedad encabezada por el actual dirigente, el empresario y expresidente del Valencia CF Amadeo Salvo, sald¨® la deuda de la entonces UD Ibiza-Eivissa y refund¨® la entidad. El cambio, tan radical que incluso transform¨® el rojo de la camiseta local en un azul celeste, funcion¨®. Despu¨¦s de tres ascensos, este verano se convirti¨® en el primer equipo de Ibiza y el quinto de las Islas Baleares en alcanzar una de las dos m¨¢ximas categor¨ªas del f¨²tbol espa?ol.
Tur, de 32 a?os y al que en su tiempo libre le gusta participar en triatlones, comparti¨® el camino implic¨¢ndose en la entidad como vicepresidente de la Penya Pagesa. Un grupo de aficionados que naci¨® de un c¨ªrculo de colegas y se ha extendido hasta llegar al centenar de miembros. Su rasgo distintivo es reivindicar las tradiciones de la isla: visten sombrero de paja de pay¨¦s, animan con instrumentos t¨ªpicos como las casta?uelas e inauguraron la costumbre de regalar una sobrasada, el embutido por excelencia de la regi¨®n, como premio al mejor jugador de cada partido.
¡°El cambio con los nuevos propietarios ha tra¨ªdo mucha ilusi¨®n. La progresi¨®n tan mete¨®rica del club hace que a¨²n est¨¦ en proceso de echar ra¨ªces aqu¨ª, pero se ve que la gente le empieza a coger cari?o¡±, estima el hincha. Despu¨¦s de viajar con el equipo el a?o pasado a Madrid, Barcelona y Badajoz, donde vibraron con el triunfo en el play-off de ascenso, su nuevo objetivo es imponer una nueva moda en la isla donde cada verano viajan actores, modelos o futbolistas: que todos vistan la celeste de la UD Ibiza.