El ¡°departamento de las sonrisas¡± de San Mam¨¦s
El escritor Galder Reguera lleva 13 a?os en la Fundaci¨®n del Athletic Club intentando unir cultura y f¨²tbol. Un club de lectura con los jugadores, ciclos de cine o una exposici¨®n de fotograf¨ªa firmada por un entrenador son algunos de los actos que llevaron un d¨ªa a Eduardo Galeano a confesarle tras un partido: ¡°Ustedes perdieron el partido, pero me ganaron a m¨ª¡±
Cuando empezaron a ir juntos a San Mam¨¦s, su abuelo le presentaba como el futuro ¡®9¡ä del Athletic Club. Aunque esa ilusi¨®n se le esfum¨® r¨¢pidamente a Galder Reguera (Bilbao, 1975). Con ocho o nueve a?os ya sab¨ªa que jam¨¢s ser¨ªa tan bueno como para jugar con los leones. La desilusi¨®n dej¨® una astilla clavada en el coraz¨®n m¨¢s bien sensible de un chaval que fue dejando de lado los balones para agarrarse a los libros. Devor¨® novelas cl¨¢sicas, se licenci¨® en Filosof¨ªa, empez¨® a escribir, pero ni en esas olvid¨® el primer gran amor. Tantas fueron las noches so?¨¢ndose en el c¨¦sped de La Catedral que un d¨ªa termin¨® por intentar un salto inveros¨ªmil de las letras al deporte. Y le sali¨® bien. En 2008, el equipo de su vida le permiti¨® arrancar un proyecto cultural ¨²nico y cumplir con lo que su aitite, quien ya no estaba all¨ª, siempre hubiera so?ado: verle contribuir a la grandeza de los colores rojo y blanco.
El de Reguera es uno de los apellidos destacados en la senda cada vez m¨¢s fecunda que une f¨²tbol y cultura. En sus ratos libres, y estimulado por la corriente que generaron revistas como Panenka o L¨ªbero y editoriales como Libros del KO o Contra, empez¨® a construir una obra empapada de un discurso profundo y a la vez sentimental sobre el juego a base de ensayos (Cultura(s) del f¨²tbol, 2008), novelas (La vida en fuera de juego, 2019 y La muerte y el hincha, 2019) o dietarios atravesados por la memoria y la reflexi¨®n (Hijos del f¨²tbol, 2017). Algo no tan frecuente en Espa?a, donde escasean figuras equivalentes a las de Nick Hornby o Eduardo Galeano, escritores que elevaron y ampliaron el relato en torno al esf¨¦rico al ponerlo a rodar en el terreno de la ficci¨®n.
Profesionalmente, su cargo como Responsable de Proyectos en la Fundaci¨®n del Athletic Club le permiti¨® abrir el mismo camino a la inversa. Es decir, lograr que un equipo y sus empleados se interesaran e incentivaran las artes o el pensamiento. Un cambio de perspectiva que trajo iniciativas nunca vistas ¨Cla ¨²ltima, una muestra de fotograf¨ªa del exjugador y entrenador Ernesto Valverde, y la pr¨®xima la octava edici¨®n de un festival de cine y f¨²tbol¨C y puede que un nuevo trofeo (sin necesidad de meter goles) a las vitrinas vizca¨ªnas. En noviembre sabr¨¢n si se llevan el More than Football Award, un premio a la mejor iniciativa social entre todos los clubes y federaciones europeas.
Al escritor le gusta definir su ¨¢rea, donde comparte espacio con una decena de compa?eros, como el ¡°departamento de las sonrisas¡±. Lo dice por lo emotivo de su trabajo, porque en muchas ocasiones han estado m¨¢s cerca de las l¨¢grimas y la piel de gallina que del alborozo. Por ejemplo, cuando jugadoras del primer equipo femenino se encontraron en el festival de cine organizado por el club con la protagonista de Freedom Fields, un documental sobre un grupo de mujeres decididas a formar un combinado nacional en Libia. O cuando el central Xabi Etxeita (hoy jugador de la SD Eibar) y el novelista H¨¦ctor Abad Faciolince, mundialmente reconocido por El olvido que seremos, adaptada por Fernando Trueba en el cine, se pusieron a hablar de la muerte de sus respectivos padres en una biblioteca. ¡°Hacemos cosas peque?as, pero muy grandes¡±, afirma el autor, afectado tambi¨¦n por la ausencia de una figura paterna biol¨®gica que retrat¨® en Libro de familia, su ¨²ltimo t¨ªtulo publicado por Seix Barral el a?o pasado.
¡°Ustedes perdieron el partido, pero me ganaron a m¨ª¡±
La implicaci¨®n de profesionales de ¨¦lite es quiz¨¢ lo m¨¢s llamativo de las actividades culturales de la Fundaci¨®n; van desde clubes de lectura entre aficionados y futbolistas a la publicaci¨®n de textos firmados por figuras en activo, como ?scar de Marcos y Ainhoa Tirapu, que ha pasado de mito en la porter¨ªa a entrenar a guardametas en Lezama, o el reparto de m¨¢s de 50.000 libros en centros educativos, donde tambi¨¦n se colocaron posters de promoci¨®n de la lectura con jugadores y jugadoras. En este rasgo, opina Reguera, subyace la voluntad de una instituci¨®n que quiere asemejarse a una familia y, por lo tanto, pide a sus estrellas implicarse en la mejora de la sociedad, enraiz¨¢ndose con una tierra y una afici¨®n.
¡°En los encuentros no vienen a figurar, est¨¢n al mismo nivel que el p¨²blico. Los que vienen, lo hacen por su propia voluntad y muchas veces hay varios candidatos¡±, cuenta el responsable del proyecto que ha sido capaz de enterrar tiempos donde imperaban otro f¨²tbol y otras masculinidades. ¡°Al empezar, sab¨ªa de un jugador que le¨ªa bastante y le invit¨¦ [a un club de lectura]. Rechaz¨® porque no quer¨ªa que le encasillaran en la imagen de intelectual¡±, cuenta el escritor sobre un profesional que dos a?os despu¨¦s s¨ª termin¨® aceptado la propuesta.
Para Reguera no es de extra?ar que tales experiencias germinaran en un equipo de una profunda naturaleza ¡°existencialista¡±: ¡°El aficionado aqu¨ª es muy filos¨®fico. Siempre nos estamos preguntando qui¨¦n somos, de d¨®nde venimos y ad¨®nde vamos. Sobre el valor de nuestra identidad [solo juegan con futbolistas nacidos, criados o con ra¨ªces en el Pa¨ªs Vasco y Navarra] en un contexto tan globalizado. Sobre la idea de que solo nos vale ganar de una determinada manera¡±, reflexiona.
Ser del Athletic es algo distinto y ¨¦l lo aprendi¨® de primera mano en una de las tantas tardes que acompa?¨® a su abuelo al estadio. ¡°Tendr¨ªa unos 12 a?os y en un partido increp¨¦ a un rival. ?l se?al¨® al suelo y me dijo que aqu¨ª no, como haci¨¦ndome entender que est¨¢bamos en La Catedral y aquello era sagrado¡±.
Desde que abandon¨® su condici¨®n de hincha enamorado para convertirse en un representante del club, el escritor fue m¨¢s consciente que nunca de la necesidad de predicar y practicar los valores de un conjunto que se ha ganado a pulso el respeto del planeta f¨²tbol y de algunos ilustr¨ªsimos aficionados. ¡°En 2012 invitamos a Eduardo Galeano. Vi la final de la Copa del Rey contra el Bar?a a su lado. Al d¨ªa siguiente, despu¨¦s de la derrota, vino a Bilbao a dar una conferencia y me dijo: ¡®Ustedes perdieron el partido, pero me ganaron a m¨ª¡±.
Mucho m¨¢s que f¨²tbol
La Fundaci¨®n del Athletic Club, nacida en 2002, promueve en la actualidad una cuarentena de proyectos de los que se benefician, directa e indirectamente, m¨¢s de 13.000 personas. A las actividades culturales, como el Thinking Football, un festival de cine de referencia con documentales y ficciones, o Letras y F¨²tbol, con encuentros en los que han participado, entre otros, Eduardo Mendoza, Philli Kerr, Juan Villoro o Bel¨¦n Gopegui se le suman otras de car¨¢cter deportivo, social o medioambiental.
Una de las ¨²ltimas novedades tuvo lugar la semana pasada, cuando el club vizca¨ªno present¨® un curso de posgrado en colaboraci¨®n con la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV) para formar a personas en claves de protecci¨®n a la infancia en el deporte. Asimismo, recientemente la Fundaci¨®n se acerc¨® a la Fundaci¨® Miranda de Barakaldo para conmemorar el 110 aniversario de la instituci¨®n y dar visibilidad y protagonismo a los ancianos, el sector de la poblaci¨®n m¨¢s lastrado por la pandemia. En centro de atenci¨®n a personas mayores, se dio la oportunidad de tirar un penalti al m¨ªtico portero Iribar a cerca de una treintena de personas mayores de 70 a?os. Sin olvidar, por ¨²ltimo, a su equipo de LaLiga Genuine Santander.