¡°He aprendido a sobrellevar las barbaridades que me dicen en las redes¡±
Isabel Forner (Valencia, 1991) es una de las mujeres que est¨¢ contribuyendo poco a poco a conquistar un espacio tradicionalmente masculino, el de las retransmisiones futbol¨ªsticas. Presenta espacios deportivos en Movistar Plus+, Gol TV y en el magaz¨ªn de la Sexta Zapeando
Isabel Forner se rige por una m¨¢xima: cada vez que recibe una propuesta interesante, un reto, se apremia a decir que s¨ª, antes de que la duda arrecie. Luego, cuando comienza a preguntarse en qu¨¦ demonios se ha metido, en vez de sucumbir trabaja incansablemente hasta estar a la altura. Pura perseverancia. Cuenta que de ni?a quiso probar con la m¨²sica y el teatro, y, aunque la voz no acompa?aba, consigui¨® cantar en la zarzuela de La corte del fara¨®n; luego le lleg¨® la vocaci¨®n de periodista y, cuando hac¨ªa noticiarios de radio, descubri¨® el deporte: en ese mundillo hab¨ªa pasi¨®n, historias que la atrajeron. As¨ª lleg¨® a la tele. Una vez, la mandaron al Cerro del Espino a la ciudad deportiva del Atl¨¦tico de Madrid. All¨ª se encontr¨® con el m¨ªtico exjugador b¨²lgaro del FC Barcelona Hristo Stoichkov. Le dijeron que no podr¨ªa entrevistarlo. Pero resisti¨® ah¨ª durante seis horas, aguardando. Y consigui¨® hablar con ¨¦l¡ y mucho m¨¢s. El camar¨®grafo que acompa?aba a Stoichkov se acord¨® de su tes¨®n y, dos a?os m¨¢s tarde, convertido en director de contenidos deportivos de Fox, quiso fichar a Isabel: ¡°Eres lo que necesito¡±, le dijo. Esa an¨¦cdota, cuenta ella, explica la raz¨®n de ser de su fulgurante carrera.
La experiencia de Isabel Forner en su propia voz
Hola, soy Isabel Forner, periodista, aunque lo m¨ªo parec¨ªa que iba a ser la medicina forense. Me apasionaba. Quiz¨¢ quien me introdujo en el mundo del futbol fue mi abuelo Pascual, madridista sin remedio. La primera vez que pis¨¦ el c¨¦sped del Bernab¨¦u para entrevistar a los jugadores me acord¨¦ de ¨¦l. No puedo evitar pensar en cu¨¢nto se habr¨ªa emocionado si me hubiese visto all¨ª. En su Bernab¨¦u.
Mi familia siempre ha sido mi apoyo.
Antes en mi casa todos nos call¨¢bamos cuando en las noticias daban el tiempo. Vengo de una familia de agricultores, llauradors de tota la vida, como decimos aqu¨ª. Y ?qu¨¦ hay m¨¢s importante que saber cu¨¢ndo va a llover? Ahora, lo que paraliza el mundo, o al menos Almenara, los viernes, soy yo saliendo por la tele. Se juntan en casa y piden pizzas, y el grupo de WhatsApp que tengo con mis hermanas echa humo: ¡°?Vaya pelo te han puesto!, ?ese vestido me lo podr¨ªas dejar?¡±.
Mi camino ha sido incre¨ªble. ?Cu¨¢nto me ha permitido crecer!
Todo empieza cuando menos te lo esperas, y lo m¨ªo fue en unas pr¨¢cticas en la radio, con Alsina. All¨ª me pic¨® ese gusanillo del deporte. Hac¨ªa el minuto deportivo de los boletines informativos. La gente que me conoce sabe lo persistente que puedo llegar a ser y no mucho despu¨¦s ah¨ª estaba yo, sentada en una mesa con eminencias, hablando de f¨²tbol. Pocos se imaginan cu¨¢nto he trabajado y cu¨¢nto me lo preparo¡
Aun as¨ª, cuando empieza la cuenta atr¨¢s y va bajando la gr¨²a: 5, 4, 3, 2, 1¡ cuando se avecina el piloto en rojo, siempre tengo la sensaci¨®n de que no voy a ser capaz de articular palabra. Es un p¨¢nico extra?o, que dura solo unos segundos. Me veo a m¨ª misma disociada: estamos, de pronto, una yo racional, que rige; y otra yo visceral y completamente paralizada. En esos instantes siempre pienso en mis abuelos, y rezo como lo hac¨ªan ellos. ¡°Sagrado coraz¨®n de Jes¨²s en vos conf¨ªo¡¡± es la frase que m¨¢s he repetido a lo largo de mi vida y el legado imborrable de mi abuela: la fe. Eso s¨ª ya no me lo quita nadie.
Es entonces cuando comienza el disfrute. Porque adoro lo que hago. A pesar de los males que conlleva, una carga que no s¨¦ si imagin¨¢is lo pesada que es: cada partido recibo mensajes de odio; en una misma retransmisi¨®n, unos me acusan de madridista, otros de colchonera¡ Y por supuesto abundan los que arremeten contra mi f¨ªsico, cuestionan mi profesionalidad o directamente me dicen barbaridades¡
Creedme si digo que he aprendido a sobrellevarlos. Como he aprendido a escuchar sobre todo a quienes me hacen mejor. Mis padres. Ellos son mis mayores fans, para ellos no hay plan mejor que verme, no importa el partido o el programa¡ son padres. Los que est¨¢n cuando todo va bien y los que est¨¢n cuando todo se pone feo; son los m¨¢s honestos, los ¨²nicos que creo que te dir¨¢n la verdad siempre.
Y el tiempo va pasando, para ellos y para m¨ª, y me estoy perdiendo mucho, desde hace ya 10 a?os, en busca de mis sue?os.
Y os digo una cosa, el mayor acto de generosidad de unos padres es renunciar a su hija para que ella, yo, cumpla sus metas. Por eso todos mis ¨¦xitos a partir de ahora siempre ser¨¢n los suyos.
Igual os hab¨¦is percatado en las retransmisiones o en mis redes sociales: la funda de mi m¨®vil dice ¡°Forner 2/3¡±. Soy, ante todo, la hermana del medio, la hija de mis padres. Los echo de menos a rabiar. Me encantar¨ªa estar d¨ªa a d¨ªa con ellos, no perderme un segundo de sus vidas. Sin embargo, esta distancia y este trepidante ritmo de vida merecen la pena. ?Estoy retransmitiendo f¨²tbol! Y el f¨²tbol es incre¨ªble. ?Porque estoy logrando cosas que, desde luego, la ni?a que quiso ser forense, la que fue a la escuela de teatro y la que consigui¨® cantar a pesar de su voz en el coro de La corte del Fara¨®n no se habr¨ªa atrevido ni a so?ar!