¡°Me han pasado much¨ªsimas cosas alrededor del f¨²tbol y no me sab¨ªa ni las reglas¡±
Minerva Santana (Santo Domingo, 1982), ingeniera y con un MBA, es la directora de Innovaci¨®n de LaLiga, una de las responsables de la revoluci¨®n tecnol¨®gica que experimenta la competici¨®n: infrarrojos para tratar lesiones, c¨¢maras movidas por inteligencia artificial, ¡®big data¡¯¡ Una de las mentes que perge?an el f¨²tbol del futuro
Aunque tuvo que bucear en Google sobre el f¨²tbol espa?ol cuando LaLiga le ofreci¨® coordinar su departamento de Innovaci¨®n, Santana ya estaba acostumbrada a retos gigantes. A mudarse de pa¨ªs, a saltar del ¨¢mbito p¨²blico al control de finanzas en el sector inmobiliario, a ser ¡ªdemasiadas veces¡ª la ¨²nica mujer en la foto de los ponentes de una conferencia sobre tecnolog¨ªa. ¡°El cambio es la ¨²nica constante¡±, ese es su mantra. Adentrarse en la industria del f¨²tbol tampoco fue un salto al vac¨ªo: su t¨ªo, su hermano, el b¨¦isbol y la forma de vivirlo que experiment¨® desde ni?a en su Santo Domingo natal ya le hab¨ªan mostrado los valores que ense?a el deporte. Y su enorme potencial. En 2018, la revista Metadeporte ya la seleccion¨® entre las 20 mujeres m¨¢s influyentes del deporte espa?ol.
La experiencia de Minerva Santana en su propia voz
?Hola! Soy Minerva Santana, una loca de la tecnolog¨ªa y, ahora que soy casi una espa?ola m¨¢s, tambi¨¦n del f¨²tbol, por supuesto.
Me di cuenta de lo que el f¨²tbol representa en Espa?a en mi boda. 48 horas antes de la celebraci¨®n tuvimos que llamar de urgencia a un antenista para que en el banquete se pudiera ver el partido de la selecci¨®n. Los invitados hab¨ªan amenazado con no venir si no pon¨ªamos el partido. Pero no me sorprende, la verdad. En Rep¨²blica Dominicana, donde yo nac¨ª, ocurre algo parecido con el b¨¦isbol. Recuerdo los viajes de ni?a al estadio con mi hermano mayor Pavel: la guagua con el ¡°cobrador¡± colgado en la puerta y nosotros con las camisetas azules de nuestros Tigres de Licey api?ados dentro¡
Mi t¨ªo Chiguete jug¨® en la selecci¨®n de softball y recuerdo cuando se fue a los Juegos Panamericanos de Canad¨¢. Se sab¨ªa todas las estad¨ªsticas de los beisbolistas que ven¨ªan en los cromos. Mi hermano Pavel, cada a?o, por Reyes ten¨ªa un guante y un bate, y jugaba a ¡°la vitilla¡± en las calles del barrio con sus amigos. Y, aunque por entonces yo jugaba con mu?ecas, resulta que el camino me llev¨® tambi¨¦n a m¨ª al deporte. Cuando mi t¨ªo Chiguete y mi hermano me vieron en un ranking de las mujeres m¨¢s influyentes del mundo del deporte fliparon.
Y eso que sucedi¨® un poco por casualidad, la verdad. Buscaban un perfil como el m¨ªo, con experiencia en tecnolog¨ªa y gesti¨®n de proyectos y con visi¨®n de varios sectores¡ Yo le pregunt¨¦ al entrevistador de LaLiga: ¡°Pero no me s¨¦ ni las reglas, ?est¨¢s seguro de que no hace falta?¡±. Y vaya si sali¨® bien. Han pasado much¨ªsimas cosas en los ¨²ltimos seis a?os, y la mayor¨ªa alrededor del f¨²tbol.
El f¨²tbol ha sido la excusa para conocer mejor rincones de Espa?a. Los fines de semana por Cantabria mi marido Borja y yo cogemos el coche y ponemos rumbo al campo donde le toque jugar esa jornada a nuestro ahijado Josete (¡°Chelu¡±, como le llaman sus compa?eros del Marina Sport). Os cuento una an¨¦cdota un poco vergonzosa: hace tiempo, Josete jugaba en un pueblo del Pa¨ªs Vasco, cerca de la frontera con Cantabria. Hasta los clubes de cantera usan ya apps. El caso es que introdujimos el destino en el navegador y al llegar no hab¨ªa nadie. ¡°Cu¨¢nto tardan estos familiares, ?no?¡±, le preguntaba inquieta a Jos¨¦ Luis, el padre de Josete. ?Nos hab¨ªamos perdido y ¨¦l se part¨ªa de risa! Me dec¨ªa mi marido: ¡°?No te parece ir¨®nico que justamente t¨², con lo que sabes de esto, te pierdas con una aplicaci¨®n?¡±
?Eso fue porque la APP era un poco regulera! ?Que lo sep¨¢is!
Pero es verdad es que dedic¨¢ndome al deporte y a la tecnolog¨ªa, demasiadas veces soy la ¨²nica mujer en la foto, ya sea en conferencias sobre tecnolog¨ªa o sobre deporte¡ En estos ¨¢mbitos a veces se montan las actividades pensando en un p¨²blico mayoritariamente masculino¡ Recuerdo haber asistido a un evento de networking embarazada de seis meses y haber pensado que no hab¨ªa nada en lo que pudiera participar. ?Qu¨¦ pintaba yo all¨ª? ?Alguien de la organizaci¨®n hab¨ªa pensado en nosotras?
La empat¨ªa es necesaria en cualquier aprendizaje. Cuando trabajaba en la Corte Suprema de Justicia de Santo Domingo nos enviaban a ver c¨®mo viv¨ªan los presos en la c¨¢rcel, para tomar conciencia de lo importante que era hacer bien y lo m¨¢s r¨¢pido posible nuestro trabajo. Lo cont¨¦ en el curro y tambi¨¦n se hizo para los reci¨¦n aterrizados en LaLiga: pasaron unos d¨ªas con los clubes, para entender mejor sus necesidades. Hay que saber qu¨¦ le molesta en el zapato al que tenemos al lado.
Por eso s¨¦ tambi¨¦n el orgullo que debe sentir mi t¨ªo Chiguete al verme dedicada a esto. Y la envidia sana tambi¨¦n. ?Ay, lo que debi¨® desear haber podido acompa?arme a ElCl¨¢sico o al All Star de la NBA, que fui el pasado febrero en representaci¨®n de LaLiga y no pude evitar acordarme de ¨¦l! Como cuando recibo fotos de mi sobrino reci¨¦n nacido con la camiseta roja del Escogido: mi cu?ado sabe que somos del Licey¡
Ojal¨¢ a ellos y a mis hijos el deporte pueda traerles las cosas buenas que nos trajo a mi hermano y a m¨ª¡