Los h¨¦roes de la ¨²ltima jornada

A partir de este fin de semana, algunos equipos de LaLiga Santander deber¨¢n definir en 180 minutos cu¨¢l es su destino esta temporada: si se quedan en la ¨¦lite o caen en descenso y si se hacen con un billete para la Champions League, la Europa League o la Conference League. Algo que quiz¨¢ no se decida hasta los instantes finales y tras ciertas dosis de sufrimiento y ¨¦pica, como bien sabe Ra¨²l Tamudo, uno de los mayores expertos del f¨²tbol espa?ol en situaciones l¨ªmite que esquiv¨® hasta tres veces el descenso en la jornada 38. Dos de ellas, adem¨¢s, tocando la gloria en el tiempo a?adido y obrando una suerte de milagro que llev¨® a su excompa?ero en el RCD Espanyol Barcelona y actual t¨¦cnico del PSG, Mauricio Pochettino, a subir 12 kil¨®metros a pie hasta Montserrat para mostrar su agradecimiento a la virgen del famoso monasterio.

El exdelantero, ahora integrado en la secretar¨ªa t¨¦cnica perica, recuerda c¨®mo se viven sobre el c¨¦sped los desenlaces ag¨®nicos, los momentos de todo o nada, junto a otras figuras que ganaron t¨ªtulos o lograron ascensos a ¨²ltima hora. Cuatro relatos de esperanza para los aficionados y futbolistas que se la juegan este mes, a los que el espanyolista suma un consejo. ¡°No sirve de nada echar cuentas. Siempre las haces a tu favor y nunca salen como esperas. Solo hay que concentrarse en el partido y salir a jugar¡±.

Insomnio. Preocupaci¨®n. Necesidad de aislarse del mundo. As¨ª describe Tamudo los s¨ªntomas en los d¨ªas previos a los tres duelos que vivi¨® por la supervivencia en la ¨¦lite. Especialmente sus dos primeras veces, cuando defend¨ªa al club donde fue canterano y m¨¢s tarde se convertir¨ªa en capit¨¢n y m¨¢ximo goleador hist¨®rico. ¡°Intentas no leer nada, concentrarte¡­ pero cuando sales al campo sientes esa presi¨®n de no defraudar a 30.000 aficionados, a tu familia. Es inevitable¡±, afirma.

En 2004, una diana suya y luego otra del central Lopo allanaron el camino del Espanyol hacia la permanencia contra el Real Murcia. La contienda no tuvo demasiados sobresaltos y acab¨® con una invasi¨®n de campo donde ¨¦l y la mayor¨ªa de sus compa?eros se quedaron en pa?os menores, regalando prendas e intentando alcanzar el vestuario entre la marea de aficionados. Pero en 2006, la victoria no se present¨® hasta el minuto 91, al aprovechar Ferr¨¢n Corominas un desplazamiento en largo prolongado de cabeza para alojar el bal¨®n al fondo de la red. Un tanto que desemboc¨® en un gran alivio m¨¢s que en una fiesta inolvidable. ¡°Yo llevaba tal cansancio f¨ªsico y mental que lo ¨²nico que hice fue marcharme a casa e ir a reposar¡±, revela.

Su oportunidad en los momentos decisivos con el cuadro perico qued¨® coronada en 2007, con una diana en el minuto 89 de la pen¨²ltima jornada que alej¨® al FC Barcelona del t¨ªtulo y qued¨® para la historia con el nombre de Tamudazo. Entre sus numerosas gestas, sin embargo, la que llev¨® a un mayor ¨¦xtasis colectivo fue la que mantuvo al Rayo Vallecano en la m¨¢xima divisi¨®n en 2012. Salt¨® al campo a falta de un cuarto de hora para el final y aplic¨® su m¨¢xima. ¡°Sean uno o 90 minutos, un delantero siempre tiene que estar preparado¡±. Con su habitual sentido para el gol, en el a?adido oli¨® un bal¨®n muerto dentro del ¨¢rea y lo empuj¨® hacia dentro con la cabeza para luego quitarse la camiseta y salir corriendo como un poseso.

Al Valencia CF le val¨ªan tanto el empate como la victoria en la ¨²ltima jornada para llevarse el campeonato de 1971. Pero un gol tempranero del Espanyol, a quien visitaban esa tarde, les puso en un aprieto. Si FC Barcelona o Atl¨¦tico de Madrid, sus inmediatos perseguidores, sacaban los tres puntos en el encuentro que disputaban entre ellos a la misma hora, los ch¨¦s tendr¨ªan que decir adi¨®s a su sue?o de volver a levantar el t¨ªtulo m¨¢s de dos d¨¦cadas despu¨¦s. En la grada, la marea valencianista desplazada estuvo casi m¨¢s pendiente en la radio del partido en el Vicente Calder¨®n que de lo que hac¨ªan los suyos en el antiguo Sarri¨¤. Pero, ?y en el c¨¦sped? ¡°Fue muy sufrido. No hab¨ªa manera de que el bal¨®n entrara e ¨ªbamos notando cada vez m¨¢s la presi¨®n. Por suerte, cuando quedaban dos minutos nos dijeron que el otro partido hab¨ªa terminado en empate y pudimos respirar¡±, cuenta una de las figuras de aquel plantel, el centrocampista Pepe Claramunt.

El internacional espa?ol tuvo m¨¢s motivos que nadie para definir esos 90 minutos como un aut¨¦ntico calvario. Los ¨²ltimos duelos de aquella campa?a, incluido el ¨²ltimo, los jug¨® con el dedo me?ique del pie izquierdo roto. El m¨ªster, Alfredo Di St¨¦fano, le dijo que le necesitaba y ¨¦l no le fall¨®. ¡°Jugu¨¦ con la bota abierta por la hinchaz¨®n, pero creo que disimul¨¦ muy bien el dolor frente a los rivales. No se me notaba tanto, pero estaba en baja forma. Durante la semana no corr¨ªa ni nada. Solo hac¨ªa abdominales y me pon¨ªa hielo¡±, rememora m¨¢s de medio siglo despu¨¦s de la gesta.

La victoria podr¨ªa calificarse de milagrosa en tanto que nadie contaba con el Valencia como candidato al t¨ªtulo. No ten¨ªan, a priori, grandes figuras y el inicio del curso no hab¨ªa sido demasiado prometedor, con cuatro puntos de diez posibles en las cinco primeras jornadas. Adem¨¢s, el campeonato se decidi¨® en una carambola de resultados nunca vista y que jam¨¢s se ha vuelto repetir. Quiz¨¢ por eso Claramunt recuerda que se desat¨® una locura colectiva entre la hinchada. ¡°En la vuelta con el autob¨²s cuando pas¨¢bamos por los pueblos toda la gente estaba en la calle esper¨¢ndonos¡±, explica.

El exjugador del C¨®rdoba CF Ulises D¨¢vila confiesa que ¨¦l y sus compa?eros pasaron un poco de miedo en la vuelta de la final del play-off de ascenso a LaLiga Santander de 2014. No por ir perdiendo en el minuto 90, sino porque cuando a¨²n no hab¨ªa sonado el pitido final algunos aficionados de la UD Las Palmas se lanzaron al c¨¦sped del estadio de Gran Canaria, dando por hecho el triunfo de los locales. ¡°Est¨¢bamos asustados porque no sab¨ªamos qu¨¦ iba a pasar¡±, rememora sobre unos momentos de confusi¨®n que zanj¨® el colegiado planteando una disyuntiva a los contendientes: terminar el partido o suspenderlo para dirimir el resultado en los despachos. Empujados por la ¡°adrenalina del momento¡±, explica el centrocampista mexicano, optaron por lo primero y acabaron escribiendo uno de los giros de guion m¨¢s inveros¨ªmiles de la historia.

A la desesperada, con todo el estadio pidiendo la hora, en el tiempo extra el portero del equipo andaluz mand¨® un bal¨®n al ¨¢rea rival que despu¨¦s de un rechace fallido y varios toques termin¨® en los pies de D¨¢vila. Despu¨¦s de empujarlo a puerta vac¨ªa, dice que se le cruz¨® un pensamiento traicionero durante unos instantes. ¡°No puede ser que haya sido tan f¨¢cil¡±. As¨ª que primero gir¨® la cabeza hacia el l¨ªnea para comprobar si estaba en fuera de juego, luego mir¨® hacia sus compa?eros y al ver estos enloquecer ya s¨ª se crey¨® el milagro. ¡°Fue incre¨ªble porque ellos ya casi lo estaban celebrando. Tuvimos que salir corriendo y ya dentro del vestuario se desat¨® la locura¡±.

La camiseta que visti¨® esa tarde termin¨® en casa de sus padres, que hab¨ªan viajado expresamente desde M¨¦xico para asistir a ese partido. D¨¢vila, que entonces ten¨ªa 22 a?os y estaba cedido en el C¨®rdoba por el Chelsea, se march¨® de vacaciones dando por sentado que se quedar¨ªa un a?o m¨¢s y que cumplir¨ªa su sue?o de jugar en LaLiga Santander. Pero a pocos d¨ªas del cierre de mercado en agosto el club le llam¨® para decirle que no hab¨ªan podido llegar a un acuerdo con su representante. Al final tuvo que marcharse al CD Tenerife y se qued¨® sin ascenso. Un palo ¡°muy duro¡±, asegura, al que el ahora capit¨¢n del Macarthur FC australiano solo encontr¨® un poco de consuelo hace tres a?os, cuando regres¨® unos d¨ªas de vacaciones con la familia a la capital andaluza y se dio cuenta que a¨²n le reconoc¨ªan por la calle. ¡°La gente a¨²n me tiene cari?o all¨ª¡±.

Una imagen en particular ha quedado grabada en la memoria del exfutbolista Gerard L¨®pez al t¨¦rmino de uno de los partidos m¨¢s decisivos de su carrera: la calma en el vestuario de Rivaldo despu¨¦s de clasificar al FC Barcelona para la Champions League en la jornada 38 con tres goles, uno de ellos en el ¨²ltimo minuto y con un remate de chilena desde fuera del ¨¢rea. ¡°Todo el mundo estaba intentando felicitarle y ¨¦l con una sensaci¨®n de calma y de tranquilidad, nada euf¨®rico. Era una persona reservada y discreta y lo recuerdo all¨ª como si no fuera con ¨¦l la cosa¡±, rememora.

Esa noche de 2001 hubo en el Camp Nou bastantes ingredientes para la ¨¦pica ¨Clluvia, alternancia en el marcador hasta llegar al 3-2 definitivo, gol en el ¨²ltimo minuto¨C que terminaron en una de las ¨²ltimas invasiones de campo que se recuerdan en el feudo azulgrana. El ahora comentarista de Movistar Plus+ lo vivi¨® todo desde la grada por una lesi¨®n. Sin embargo, para ¨¦l fue una cita especial porque el rival, y competidor con los azulgranas por la cuarta plaza, era su exequipo, el Valencia. ¡°Cuando termin¨® el partido fui a su vestuario y estaban alucinados. M¨¢s que frustrados, se dijeron que contra tal golazo no se pod¨ªa hacer nada¡±.

En un momento en el que los televisores y en los peri¨®dicos a¨²n se trata de resolver el misterio de c¨®mo el Real Madrid ha logrado sus ¨²ltimas remontadas europeas, el analista cree que para decantar partidos decisivos en los instantes finales se mezcla un factor psicol¨®gico, ¡°de saber crear un momento m¨¢gico, una chispa que el equipo sepa aprovechar¡±, con la necesidad de contar con jugadores de la suficiente entidad para llevar a cabo acciones determinantes cuando el pulso est¨¢ m¨¢s acelerado y las piernas m¨¢s pesadas.