Vacunas y otros dilemas de la selecci¨®n

A nuestros nietos les contaremos que la Eurocopa de 2021 se perdi¨® por no convocar a Nacho o bien por culpa de Pedro S¨¢nchez dependiendo, claro est¨¢, de nuestra ideolog¨ªa: de derechas los primeros, de m¨¢s amplio espectro los segundos. Hasta aqu¨ª todo normal. Este es un pa¨ªs de contrastes y lealtades enfrentadas, siempre dispuestos a defender lo nuestro por encima del bien com¨²n y, muy especialmente, si metemos f¨²tbol y pol¨ªtica en la misma ecuaci¨®n. La variable, en este caso, surge con el positivo por covid-19 de Sergio Busquets, encargado de recordarnos por las bravas que el virus sigue ah¨ª fuera, acechando, y que nuestras huestes estaban dispuestas a dar batalla sin previsi¨®n de vacunarse, como otros tantos combinados nacionales. Pero nadie alz¨® la voz ¨Cni hab¨ªa debate sobre esto¨C hasta que la PCR del centrocampista catal¨¢n nos puso sobre aviso de un goloso trozo de carnaza a la deriva.

Solo al cerdo se le saca m¨¢s provecho en Espa?a que a una situaci¨®n como esta. Por un lado, se retoma la pol¨¦mica sobre la convocatoria. Las nuevas incorporaciones que aspiran a la sustituci¨®n de los contagiados tampoco convencen a los cr¨ªticos con la lista original del seleccionador, solo faltar¨ªa. Siguen sin aparecer el ya citado Nacho, Sergio Ramos, Iago Aspas y Jes¨²s Navas, favoritos inesperados de un sector que echar¨ªa en falta a otros cuatro si estos fueran de la partida: en las broncas nacionales, como en las competiciones amateurs, lo importante siempre es participar.

Luego est¨¢ el tema de si resulta preceptivo o no vacunar a quienes nos van a representar como pa¨ªs en un evento de semejante magnitud, tema espinoso como pocos y que se habr¨ªa solucionado si la organizadora del torneo, esa UEFA vamp¨ªrica con sede en Suiza, hubiese tomado cartas en el asunto. Es su chiringuito, al fin y al cabo, y desde un punto de vista de pura justicia deportiva deber¨ªa asegurarse de que todos los participantes concurren a la cita en igualdad de condiciones y oportunidades. Si Dorna¨Ccon la colaboraci¨®n de Qatar, por cierto¨C se ocup¨® de vacunar a todo el paddock de MotoGP, o si el COI fue capaz de convencer a gobiernos de todo tipo y pelaje sobre la necesidad de inmunizar a las distintas expediciones ol¨ªmpicas camino de Tokio, ?por qu¨¦ no iba a poder hacer algo similar la UEFA, o al menos intentarlo? Llegados a este punto tengo varias teor¨ªas, todas ellas susceptibles de ser denunciadas por atentar contra el honor o el buen nombre de unos cuantos implicados.

Los que juegan a favor de la vacunaci¨®n aluden a la felicidad colectiva del pueblo, una motivaci¨®n que, a la hora de la verdad, tampoco es del todo as¨ª: aqu¨ª, no nos enga?emos, hay mucho cainita que lo ¨²nico que pretende es desmembrarlo todo al primer empate sin que pueda mediar ning¨²n tipo de excusa, causa tan justa y noble como cualquier otra, pero siempre desde la m¨¢xima sinceridad, sin subterfugios emocionales como la sonrisa de un ni?o o el latido de una naci¨®n. Los que est¨¢n en contra ¨Cyo entre ellos¨C alegaremos la situaci¨®n de tantos compatriotas, muchos de ellos amigos o conocidos, con enfermedades cr¨®nicas y en clara situaci¨®n de riesgo que todav¨ªa no han accedido a la vacuna, m¨¢s all¨¢ de otros complejos dilemas morales. ?Qui¨¦n tiene la raz¨®n? Yo, seguro que no. Ni tampoco usted, que ha fiado el fracaso de la selecci¨®n nacional a la ausencia del cuarto central del Real Madrid y a un siempre ventajoso modelo estad¨ªstico.

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