Mbapp¨¦ mira y Kant¨¦ manda en el empate entre Francia y Pa¨ªses Bajos

La mascarada del jueves dio paso al partido del viernes. Despu¨¦s de que Kylian Mbapp¨¦ fingiera que estaba listo para competir en el entrenamiento de la v¨ªspera, Francia sali¨® al campo sin ¨¦l, que permaneci¨® en el banquillo absolutamente descartado, y esta Eurocopa festiva en la que ning¨²n partido parece tener consecuencias serias dio lugar a algo verdaderamente genuino. Se enfrentaron Francia y Pa¨ªses Bajos con el esp¨ªritu de los amigos de Antoine Griezmann contra los amigos de Memphis Depay, compadres desde que coincidieron en el Bar?a, inseparables en el Atl¨¦tico, paladares negros del f¨²tbol que viven con ¨¢nimo l¨²dico. Haci¨¦ndose regalos. En Leipzig se regalaron un partido placentero y profesional que comenz¨® vibrante y que acab¨®, a paso de biscotto, como el primer 0-0 del torneo.

Sucede rara vez en estos tiempos de futbolistas alienados, af¨¢n de control y sacrificios en el altar de la automatizaci¨®n. De vez en cuando los partidos discurren hacia escenarios en donde mandan los jugadores. Ocurri¨® en el Red Bull Arena al cabo de una tarde de chaparrones. El aire se cargaba de electricidad y aroma de tierra mojada, y los chicos de Francia y Pa¨ªses Bajos saltaron al campo sin la presi¨®n que suele apremiar a sus entrenadores, clubes y federaciones durante todo el a?o. Ven¨ªan de ganar el primer encuentro del grupo, sumaban tres puntos, y eso en esta Eurocopa folcl¨®rica equivale a tener m¨¢s de media clasificaci¨®n asegurada, de modo que abordaron el tr¨¢mite con aire hedonista. Con responsabilidad, pero sin angustia. Los muchachos de la factor¨ªa hicieron un par¨¦ntesis y salieron a tomar el fresco. M¨¦rito de Deschamps y de Koeman, sin duda, dos tipos chapados a la antigua que descomprimieron la concentraci¨®n despu¨¦s de una temporada estresante y les proporcionaron un marco amplio de acci¨®n. Durante pr¨¢cticamente todo el partido los jugadores dieron la impresi¨®n de hacer las cosas seg¨²n su real saber y entender, y esto es mucho cuando se re¨²nen de un lado Griezmann, Rabiot y Kant¨¦, y del otro Van Dijk y Depay junto con Reinjders y Schouten, dos chicos nuevos en el vecindario.

Reinjders, que ocup¨® el lugar de Frenkie, hizo una exhibici¨®n de madurez y de sinton¨ªa emparejado con su escudero Schouten. El mediocampista del Milan auxili¨® a Van Dijk, aceler¨® las maniobras a un toque, se anticip¨® a los cortes y lanz¨® los ataques en un despliegue de cualidades que si no prosperaron fue porque el ansioso Xavi Simons, intermediario que conduce a Gakpo y Depay, fue fagocitado por N¡¯Golo Kant¨¦. Hay futbolistas de periodistas y futbolistas de futbolistas, como este mediocentro animoso que siempre aparece en la posici¨®n perfecta, como si lo moviera un genio del ajedrez en el tablero imaginario del partido. A Kant¨¦ se le subestima la sensibilidad en los pies, pero lo cierto es que sabe hacer casi cualquier cosa. En las dos ¨¢reas y en el medio. Es ubicuo. Es generoso. Es inteligente. Es r¨¢pido de piernas y su actividad cognitiva le lleva en volandas en situaciones en las que muchos de sus compa?eros prefieren ocultarse, no sea que les roben la pelota. Su especialidad es la construcci¨®n de pasillos sin salida. Los fabrica para meter en ellos a los rivales desavisados como Simons, como Gakpo, o como el propio Depay. Todos entraron en su bolsa y Francia vivi¨® asegurada. Tchouameni, Kound¨¦, Saliba y Upamecano solo tuvieron que subirse al carro.

Centros a Thuram, gol anulado a Simons

El partido empez¨® con ritmo y mucho rigor, los dos equipos se achicaron los espacios y las posesiones se alternaron con jugadas de exhibici¨®n. Frimpong puso a prueba a Maignan, para empezar, y despu¨¦s Rabiot se invent¨® una pared con Thuram para dejar solo a Griezmann, que reaccion¨® tarde a la definici¨®n. La primera parte se agot¨® con Francia instalada en campo holand¨¦s. Si en algo se manifest¨® la mano de Deschamps fue en el exceso de centros. La mayor¨ªa fueron en busca de Thuram, casi como enviar pases a ninguna parte. Van Dijk y De Vrijk no le dieron tregua.

Pasada la hora, Gakpo habilit¨® a Depay, y Kound¨¦ le dio el metro que necesitaba para rematar. El despeje del portero fue a Simons, que hizo el gol de su vida y lo celebr¨® mientras el VAR se lo anulaba por fuera de juego de Dumfries. Un drama de cinco minutos se desat¨® en las pantallas de los jueces. Cuando el encuentro se reanud¨® Kant¨¦ dej¨® solo a Griezmann en el segundo palo, tras una jugada que reuni¨® dos triangulaciones y un taconazo ¡ªuna afici¨®n sana¡ª de Thuram. La pelota acab¨® fuera.

Con el fallo del borgo?¨®n el partido se fue al limbo y las hinchadas se dispersaron dejando en el campo a un ganador moral: N¡¯Golo Kant¨¦. Otra vez MVP. Viene de la Liga de Arabia, pero en esta Eurocopa va sobrado.

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