Diogo Costa, el portero que redimi¨® a Cristiano al parar tres penaltis: ¡°Fue instinto¡±
El guardameta que dio el pase a cuartos a Portugal hab¨ªa tenido una charla con Roberto Mart¨ªnez sobre una tanda de hace tres meses con el Oporto en la que no par¨® ni un lanzamiento al Arsenal
El portero m¨¢s asombroso de las tandas de penaltis de la historia de la Eurocopa nunca avis¨® de que pudiera llegar a serlo. Antes de hacer lo impensado, antes de detener tres lanzamientos en una tanda de desempate en una Eurocopa, como nadie hab¨ªa hecho antes, y as¨ª enjugar las aparatosas l¨¢grimas de Cristiano Ronaldo d¨¢ndole cuatro d¨ªas m¨¢s en la ¨¦lite, hasta los cuartos de final del viernes contra Francia; antes de todo eso, Diogo Costa se hab¨ª...
El portero m¨¢s asombroso de las tandas de penaltis de la historia de la Eurocopa nunca avis¨® de que pudiera llegar a serlo. Antes de hacer lo impensado, antes de detener tres lanzamientos en una tanda de desempate en una Eurocopa, como nadie hab¨ªa hecho antes, y as¨ª enjugar las aparatosas l¨¢grimas de Cristiano Ronaldo d¨¢ndole cuatro d¨ªas m¨¢s en la ¨¦lite, hasta los cuartos de final del viernes contra Francia; antes de todo eso, Diogo Costa se hab¨ªa visto en alguna otra ronda de penaltis, y no hab¨ªa dejado huella. La ¨²ltima, hace solo tres meses y medio en el Emirates Stadium.
En la vuelta de los octavos de la Champions, el Arsenal remont¨® el 1-0 de la ida en Oporto y Diogo Costa vio c¨®mo iban pasando por el punto de los once metros Martin Odegaard, Kai Havertz, Bukayo Saka y Declan Rice. No alcanz¨® ninguno de sus lanzamientos, mientras que David Raya detuvo dos y permiti¨® el pase a cuartos del equipo ingl¨¦s. Cuando Costa lleg¨® a la concentraci¨®n de Portugal en Harsewinkel aquella tanda a¨²n flotaba en el ambiente, como record¨® su seleccionador, Roberto Mart¨ªnez, despu¨¦s de su noche alucinante: ¡°Hablamos de eso, de la experiencia contra el Arsenal. Sus experiencias y su nivel de madurez le han servido para ayudarnos¡±, explic¨®. ¡°Diogo se ayud¨® de su coraz¨®n, de su sentimiento, y creci¨® mucho. Es un gran portero, el gran secreto del f¨²tbol portugu¨¦s, que hoy apareci¨®¡±.
Para consolar a Cristiano. Y despu¨¦s de hacerlo, Costa, que naci¨® hace 24 a?os en la localidad suiza de Rothrist, adonde hab¨ªan emigrado sus padres portugueses, tambi¨¦n llor¨® en la primera ronda de entrevistas televisivas. Aunque lo suyo fue de alegr¨ªa y alivio. Hab¨ªa tenido al menos otra tanda con Portugal, ocho a?os antes, en la final del Europeo sub 17 contra Espa?a. Entonces tampoco detuvo ning¨²n penalti, aunque su selecci¨®n levant¨® el t¨ªtulo despu¨¦s de que Manu Morlanes enviara el suyo al poste. La haza?a de Fr¨¢ncfort tampoco parec¨ªa tener una interpretaci¨®n demasiado racional para ¨¦l: ¡°Estudiamos siempre, pero no me fij¨¦ mucho en los an¨¢lisis. Fue instinto. No consigo explicarlo, los porteros tenemos que tener eso, y gracias a Dios funcion¨®¡±, dijo el portero formado en la cantera del Oporto desde los 11 a?os.
Despu¨¦s de sus primeras apariciones televisivas a¨²n sobre el c¨¦sped, Costa apareci¨® en la sala de prensa del Frankfurt Arena con el trofeo que le reconoc¨ªa como mejor jugador del partido. Lo apoy¨® sobre la mesa a su derecha y contempl¨® sonriente al p¨²blico. Era una sonrisa pl¨¢cida, como de descanso satisfecho despu¨¦s de haber completado la obra de una vida. Como si no tuviera que ir a ninguna parte. Ah¨ª no solo habl¨® de los tres penaltis que detuvo en la tanda, sino del instante que permiti¨® a Portugal llegar al desempate. En la segunda parte de la pr¨®rroga, Sesko se escap¨® de Pepe y volaba hacia ¨¦l: ¡°Son partidos m¨¢s dif¨ªciles, porque pasamos mucho tiempo sin tocar el bal¨®n, as¨ª que me concentr¨¦ en aprovechar cualquier oportunidad que surgiera. Puse toda mi energ¨ªa en eso. Pens¨¦: ¡®La tengo que parar¡¯. Hice lo que pude¡ Intent¨¦ leer su cuerpo para ver ad¨®nde iba a tirar, y gracias a Dios pude pararla¡±. Alarg¨® el pie izquierdo, como el Dibu Mart¨ªnez cuando le encar¨® Kolo Muani en la final del Mundial de Qatar, y como entonces, envi¨® el desenlace al punto de los once metros. ¡°Tal vez es el partido de mi vida, en el que m¨¢s he podido ayudar al equipo¡±.
Pero ni siquiera entonces, ya sentado, pudo aportar m¨¢s explicaciones sobre c¨®mo hab¨ªa hecho lo que nadie antes: ¡°Me concentr¨¦ todo lo que pude, cog¨ª aire y segu¨ª mi instinto¡±, dijo. ¡°Pero lo m¨¢s importante es el trabajo. Me mato trabajando y conf¨ªo mucho en m¨ª¡±.
Tambi¨¦n estaba contento por haber aliviado a Cristiano Ronaldo, que en la primera parte de la pr¨®rroga desperdici¨® un penalti que podr¨ªa haber decantado la eliminatoria: ¡°Ten¨ªamos que seguir creyendo. Todo el mundo, Cris, yo, todo el mundo comete errores, pero lo importante es lo que hacemos despu¨¦s. Hay que creer, y es lo que hicimos¡±, dijo. ¡°Comprendo su frustraci¨®n, porque dedica mucho tiempo a prepararse. Es un placer poder jugar con ¨¦l¡±.
Y se levant¨®, todav¨ªa con la sonrisilla de despu¨¦s de un estallido de placer pleno. ¡°?El trofeo!¡±, le advirtieron cuando ya casi hab¨ªa alcanzado la puerta de salida. Regres¨® a por el premio del MVP que hab¨ªa olvidado sobre la mesa, tan inesperado como sus tres paradas, y desapareci¨®, todav¨ªa flotando.
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