Corinna y Kehm, las mujeres que protegen a Schumacher
Diez a?os despu¨¦s del accidente de esqu¨ª del piloto de F¨®rmula 1, el hermetismo impuesto alrededor del estado de salud del alem¨¢n se mantiene inquebrantable
En una ¨¦poca en que la inflaci¨®n est¨¢ en boca de todos, que el precio de un caf¨¦ de m¨¢quina suba 50 c¨¦ntimos de golpe no deber¨ªa extra?ar. Sin embargo, ese sablazo repentino mosque¨® a la muchedumbre que se desplaz¨® en la ¨²ltima semana de 2013 hasta el Hospital Universitario de Grenoble (Francia) para seguir la evoluci¨®n de uno de los grandes iconos del deporte. La paradoja m¨¢s cruel imaginable ha marcado los 10 ¨²ltimos a?os de vida de Michael Schumacher, la imagen m¨¢s universal del mundo de las carreras durante la d¨¦cada de los 2000 ¡ªsiete t¨ªtulos mundiales de F¨®rmula 1 entre 1994 y 2004¡ª, y que permanece escondido, invisible a cualquier mirada que no sea la de su c¨ªrculo m¨¢s cercano. Nadie pod¨ªa pensar que el alem¨¢n, retirado de forma definitiva un a?o antes (2012) y que se hab¨ªa pasado dos decenios desafiando los l¨ªmites de la adrenalina, sufrir¨ªa el peor accidente con unos esqu¨ªs en vez de con un volante.
Aquel domingo 29 de diciembre, Schumacher y su hijo Mick, entonces de 14 a?os, hab¨ªan quedado con unos amigos para salir a pistear por la estaci¨®n de M¨¦ribel, en los Alpes franceses. Seg¨²n el relato de la Fiscal¨ªa, el corredor perdi¨® el control de los esqu¨ªs a las 11.07 al traspasar la zona marcada de Biche, una pista de principiantes, y se precipit¨® de cabeza contra una roca cubierta de nieve. El impacto se concentr¨® en el lado derecho de la cabeza, y fue tan violento que parti¨® su casco. La c¨¢mara que llevaba incorporada lo registr¨® todo, en un metraje que sigue en manos de la polic¨ªa. All¨ª, en aquel fuera pista, el relato de futuro que siempre hab¨ªa proyectado Schumacher tom¨® una v¨ªa alternativa que le mantiene en lucha desde entonces, sin que se conozca ning¨²n detalle concreto de su estado de salud. Lo m¨¢s relevante es que ya han pasado 10 a?os y que el hermetismo sobre su evoluci¨®n se ha mantenido inquebrantable.
Tras ser evacuado al hospital de Albertville, horas m¨¢s tarde fue llevado al Universitario de Grenoble, donde los doctores le diagnosticaron una lesi¨®n cerebral como consecuencia del traumatismo, y le indujeron el coma. En un comunicado mandado cuatro meses despu¨¦s del accidente, la familia afirmaba que el de Kerpen experimentaba ¡°episodios de consciencia¡±. Desde el primer momento, toda la comunicaci¨®n la centraliz¨® Sabine Kehm, su mano derecha en los circuitos. En junio de ese mismo a?o, Kehm inform¨® que al paciente se le hab¨ªan retirado los f¨¢rmacos que le manten¨ªan en coma, y que hab¨ªa sido trasladado a la Cl¨ªnica Universitaria de Vaud, en Lausanne. Ese proceso le fue acercando a su residencia actual, en la mansi¨®n-granja de Gland, a orillas del lago L¨¦man, en Suiza. All¨ª se ha dispuesto un equipo de alrededor de 15 especialistas, entre m¨¦dicos y masajistas, que proporcionan al expiloto todos los cuidados que necesita. Varias estimaciones se?alan que el desembolso de todo ese despliegue supera los 200.000 euros mensuales.
Hace ya mucho tiempo que la mujer de Schumacher ha pasado a ser Corinna. En pareja con Kehm, las dos marcan los tempos de todos los mensajes que se emiten sobre Schumi, que son muy pocos. Una d¨¦cada despu¨¦s, el estado real de salud del Kaiser, que el pr¨®ximo 3 de enero cumplir¨¢ 55 a?os, sigue siendo uno de los secretos mejor guardados del deporte. Esa impenetrabilidad impuesta por Corinna se basa en la lealtad, pero se consigue a partir de estrictas cl¨¢usulas de confidencialidad con quienes rodean y se ocupan de la rehabilitaci¨®n de su esposo, que de vez en cuando recibe visitas de alg¨²n amigo. El momento de mayor peligro de filtraci¨®n se produjo a los pocos meses del accidente, cuando un miembro de una compa?¨ªa de urgencias a¨¦reas medicalizadas cay¨® en la tentaci¨®n de sustraer la historia cl¨ªnica de Schumacher, y la ofreci¨® a una serie de medios por 50.000 euros. Despu¨¦s de ser detenido, el ladr¨®n se colg¨® en su celda antes de prestar declaraci¨®n.
¡°Su vida es diferente¡±
Quienes han estado con Schumacher miden mucho sus palabras porque saben a qu¨¦ se exponen. Jean Todt, exjefe de equipo del piloto en Ferrari, donde encaden¨® un p¨®ker de t¨ªtulos entre 2000 y 2004, es uno de los pocos privilegiados que ha podido sentarse con ¨¦l a ver alg¨²n que otro gran premio. ¡°Ahora, su vida es diferente, pero yo tengo el privilegio de compartir momentos con ¨¦l. Por desgracia, el destino le dio un golpe y ya no es el Michael que conocimos¡±, conced¨ªa el presidente de la Federaci¨®n Internacional del Autom¨®vil (FIA) a L¡¯?quipe.
Seg¨²n publica Bild, que lleva toda la semana con un serial sobre Schumacher, no es extra?o que le hagan escuchar mensajes de radio entre los monoplazas y los talleres, y que incluso le den alguna vuelta en un coche equipado con un motor de los m¨¢s potentes. La idea es estimularle con recuerdos de su etapa en el Mundial. ¡°Echo de menos al Michael de entonces. La vida a veces es injusta. Michael hab¨ªa tenido suerte muchas veces hasta el accidente. Afortunadamente, la medicina moderna ha hecho posible hacer algunas cosas, pero aun as¨ª, nada es como antes¡±, le llora su hermano Ralf.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.