?Para qu¨¦ sirve el f¨²tbol?
Nuestras jugadoras, se han ganado ¡ªy con ellas nos han dado¡ª el derecho a la felicidad, a la alegr¨ªa y a la luz. Todo lo logrado no se puede perder en la oscuridad de lo innoble
Cuando Argentina gan¨® la final del Mundial jugado en Qatar se me ocurri¨® enviar un mensaje a mi amigo argentino para felicitarle y desearle que esa inmensa alegr¨ªa se convirtiera en una energ¨ªa positiva que pudiera ayudar a su pa¨ªs para encontrar caminos m¨¢s alegres que en los que andaba transitando. Pensaba yo que adem¨¢s de sacar millones de personas a la calle, el f¨²tbol tambi¨¦n ayudaba a vender cientos de miles de camisetas, de generar un pico de gasto que siempre genera el optimismo (ver Navidades de cada a?o), crear referentes para el presente y para el futuro, construir recuerdos compartidos, abrazos con desconocidos, an¨¦cdotas que ya siempre se quedar¨¢n con nosotros y pasan de generaci¨®n en generaci¨®n, y hasta ayudar a fortalecer la autoestima de un pa¨ªs. Un logro de ese calibre ayuda a que la visi¨®n fragmentada de nuestra sociedad se una bajo los colores de una camiseta, bajo la certeza de que aquellos/aquellas que la visten nos representan de forma digna y nos muestran esa v¨ªa en la que unidos somos mejores, una v¨ªa en la que todos somos necesarios y nadie es contingente.
Hay otras cuestiones relacionadas con el impacto econ¨®mico en la mejora de la imagen de un pa¨ªs, la conveniencia en la practica deportiva, la demostraci¨®n f¨ªsica que eso de los valores no es solo una leyenda. En definitiva, se constituyen en una parte sustancial del relato positivo de un pa¨ªs.
En alguna de esas cosas pensaba mientras ve¨ªa a la selecci¨®n espa?ola femenina proclamarse campeona del Mundo en la magn¨ªfica final de S¨ªdney y le sumaba todo el valor simb¨®lico y pr¨¢ctico que ten¨ªa esta estrella para hacer visible de forma definitiva que no hay g¨¦neros en el f¨²tbol y que de esa manera ese t¨ªtulo mundial deber¨ªa ser una energ¨ªa que deb¨ªa impulsar proyectos, sue?os y deseos en los que solo la capacidad, el compromiso y el talento fueran lo que determinase su posibilidad de realizarse.
Pensaba en que ser¨ªa maravilloso que este enorme logro nos pillase con un buen convenio para el f¨²tbol femenino para implantar y disparar el inter¨¦s de las cadenas de televisi¨®n (no olvidemos que la mayor¨ªa de esas campeonas juegan en nuestro pa¨ªs, en nuestra Liga F) y ese inter¨¦s derivase en excelentes audiencias como la de la final y eso produjese mayores recursos para reinvertir en el mismo f¨²tbol. Esperaba yo que alguien se hubiera puesto a reflexionar en que si ese t¨ªtulo iba a disparar la demanda en el f¨²tbol femenino habr¨ªa que pensar en como desarrollar nuevas instalaciones y no olvidar nunca que el f¨²tbol, en cualquiera de sus g¨¦neros, tiene todo el derecho a expandirse, pero que hoy mismo atletas espa?oles luchan por sus medallas en el Mundial de atletismo y que en un a?o estaremos en los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs y tambi¨¦n querremos que all¨ª se vea y se sienta la capacidad de Espa?a para ser competitiva en disciplinas que aprendemos y olvidamos seg¨²n se desarrollan las jornadas ol¨ªmpicas. Y a todas ellas y ellos, tambi¨¦n les debemos nuestra atenci¨®n y nuestro inter¨¦s.
Todo ello podr¨ªa ser un excelente programa para la Asamblea Extraordinaria de la RFEF de este viernes. Para agradecer el trabajo previo y compartir el ¨¦xito logrado con todos y todas: territoriales, clubes, jugadoras y jugadores, entrenadores y entrenadoras, ¨¢rbitros y arbitras presentes. Y plantear los siguientes pasos para aprovechar este impulso, este viento favorable, este tiempo de esperanza.
Pero me da que el asunto a debatir es triste, sucio, desilusionante y decepcionante. Un asunto que necesita una resoluci¨®n r¨¢pida y firme ya que todo lo logrado no se puede perder en la oscuridad de lo innoble.
?Por qu¨¦, de verdad, somos incapaces de utilizar esta conquista para crecer?
Porque ellas, nuestras jugadoras, se han ganado ¡ªy con ellas nos han dado¡ª el derecho a la felicidad, a la alegr¨ªa y a la luz.
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