La reconquista de Kvaratskhelia

Hubo un tiempo que los jugadores georgianos fueron bautizados por la prensa europea como los sovi¨¦ticos brasile?os. Era la ¨¦poca del gran Dinamo de Tiflis que conquist¨® la Recopa de Europa en 1981 liderado por el talento de David Kipiani, el mejor jugador de la historia de Georgia. Un cl¨¢sico diez, fino y afilado al que las paredes de la sala de prensa del estadio Boris Paichadze homenajean con varias fotograf¨ªas.

?Kipiani o Jvicha Kvaratskhelia? ¡°No se puede comparar a Messi con Maradona¡±, asiente el diplom¨¢tico Zurab Pololikashvili, expresidente del Dinamo de Tiflis cuando se le plantea la comparaci¨®n entre el hist¨®rico jugador fallecido en un accidente de tr¨¢fico en 2001 y la incipiente estrella que ha contribuido a que N¨¢poles reviviera los a?os de Maradona con la conquista del ¨²ltimo Scudetto. Kvaratskhelia (22 a?os) es ahora un ¨ªdolo nacional tanto por las diabluras que hace con la pelota como por un gesto que le reconcili¨® con sus compatriotas. ¡°Despu¨¦s de jugar en el Dinamo de Tiflis y en el Rustavi se fue a Rusia para jugar en el Lokomotiv de Mosc¨² y luego en el Rubin Kazan. No nos gustaba que jugara en un pa¨ªs enemigo con el que estuvimos en guerra en 2008¡å, explica George, un int¨¦rprete puesto a disposici¨®n de la de la expedici¨®n de la selecci¨®n espa?ola en Tiflis. ¡°Cuando Rusia invadi¨® Ucrania, Kvaratskhelia decidi¨® volver a Georgia para jugar en el Dinamo de Batumi antes de fichar por el N¨¢poles. Desde entonces es un s¨ªmbolo nacional para todos los georgianos¡±, prosigue el traductor que tambi¨¦n hace labores de gu¨ªa para la delegaci¨®n espa?ola.

¡°Era un chico con un talento extraordinario. Su padre Bradi fue futbolista y un hermano suyo tambi¨¦n apunta alto¡±, dice Pololikashvili, que le conoci¨® en sus tiempos de dirigente del Dinamo. Al seleccionador georgiano, el franc¨¦s Willy Sagnol le deslumbr¨® la primera que le vio entrenar. ¡°Habl¨¦ de ¨¦l con los clubes franceses. S¨®lo hab¨ªa uno que estaba realmente interesado en ¨¦l pero su director deportivo se march¨® en mitad del mercado de fichajes. Otros entrenadores me dijeron que no pod¨ªan correr el riesgo de fichar a un georgiano o que no era una contrataci¨®n lo suficientemente ambiciosa para sus seguidores. Econ¨®micamente, Kvara era asequible para todos los clubes de la Ligue 1¡å, cont¨® Sagnol recientemente en L¡¯Equipe. Apodado Kvaradona, su nombre de pila, Jvicha, significa estrella brillante en migreliano, la lengua que se habla en Nakifu, una aldea al oeste de Georgia.

Extra?a no ver carteles publicitarios de ropa deportiva o de otro tipo con su rostro por las avenidas principales de Tiflis, donde los conductores parecen inmersos en una carrera continua por adelantarse unos a otros. ¡°Firm¨® un acuerdo con una constructora y luego una bebida refrescante t¨ªpica de aqu¨ª comercializ¨® las botellas con su rostro, pero el N¨¢poles las prohibi¨® porque tiene sus derechos de imagen¡±, explica el gu¨ªa de la selecci¨®n espa?ola.

El bi¨®grafo Giorgi Kekelidze relat¨® en el libro que le dedic¨® que en Nakifu el chico desarroll¨® un talento innato jugando descalzo. Sus endiabladas conducciones con la cabeza erguida que rememoran a Maradona ser¨¢n una de las amenazas para Espa?a esta noche. De la Fuente lo sabe, aunque dice no inquietarle si el habilidoso extremo georgiano jugar¨¢ por la derecha o por la izquierda. ¡°Los cuatro laterales que tenemos son muy completos, cada uno tiene una faceta m¨¢s destacada. Estamos preparados para competir y realmente preparo los partidos pensando en nosotros, m¨¢s que en lo que hace el rival¡±.

Kvaratskhelia se presentar¨¢ en el Santiago Bernab¨¦u con el N¨¢poles el pr¨®ximo 30 de noviembre en la quinta jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones. ¡°Tengo ganas de verle en ese escenario y en un partido tan exigente¡±, dice Zurab Pololikashvili. Este a¨²n recuerda con nostalgia a Kipiani y a su compa?ero y capit¨¢n Alexandre Chivadze. Este, siendo seleccionador sub-21 visitaba su tumba las noches que tomaba un trago de m¨¢s y le espetaba: ¡°En manos de qui¨¦n me has dejado¡±. Ahora, Georgia est¨¢ en las de Kvaratskhelia.

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