Aprender de la experiencia
El ¨¦xito de I?aki Pe?a en la falta de Depay ven¨ªa de todos esos ratos tras los entrenamientos en los que se quedaba para que los especialistas ensayasen sus habilidades
Era una noche fr¨ªa escocesa de noviembre de 1984 y Espa?a jugaba contra Escocia su partido de clasificaci¨®n para el Mundial de 1986 que se jugar¨ªa en M¨¦xico, aunque entonces pens¨¢bamos que ser¨ªa en Colombia y debutaban Clos y Urtubi con la selecci¨®n espa?ola, ya que en aquellos tiempos llamarle La Roja hubiera sido impensable. Yo lo ve¨ªa desde el banquillo, ya que en la porter¨ªa jugaba un mito llamado...
Era una noche fr¨ªa escocesa de noviembre de 1984 y Espa?a jugaba contra Escocia su partido de clasificaci¨®n para el Mundial de 1986 que se jugar¨ªa en M¨¦xico, aunque entonces pens¨¢bamos que ser¨ªa en Colombia y debutaban Clos y Urtubi con la selecci¨®n espa?ola, ya que en aquellos tiempos llamarle La Roja hubiera sido impensable. Yo lo ve¨ªa desde el banquillo, ya que en la porter¨ªa jugaba un mito llamado Luis Arconada, y all¨ª se iba a escuchar, a o¨ªr y a aprender mucho. Y si el escenario era el m¨ªtico Hampden Park de Glasgow, todo apuntaba a partido grande.
Escocia nos pas¨® por encima a base de un juego intenso pero con la calidad de jugadores como Graham Souness o Kenny Dalglish. Se pusieron 2 a 0 y, cuando pens¨¢bamos que ten¨ªamos una posibilidad al marcar Goikoetxea de cabeza, Dalglish recibi¨® un bal¨®n en el pico derecho del ¨¢rea, recort¨® y fue ganado terreno hacia el interior para soltar un misil a aquello que antes era la escuadra contraria [ver ahora palo largo]. Y aunque Arconada vol¨®, no lleg¨® a aquel bal¨®n blanco majestuoso que se incrust¨® en su escuadra. La narraci¨®n discreta y sabia de Jos¨¦ ?ngel de la Casa lo defin¨ªa con un simple y conciso: ¡°?Qu¨¦ gol acaba de marcar Dalglish!¡±. Sin superlativos innecesarios porque lo superlativo acababa de suceder en el campo.
Si usted, estimado lector, ve hoy ese gol se dir¨¢ que ha visto, por ejemplo, a Messi marcar muchos de ese estilo. Pero entonces lo del tiro de precisi¨®n, esa rosca m¨¢gica, era un asunto que se ve¨ªa poco en los terrenos de juego.
El caso es que yo me hab¨ªa encontrado antes, bueno yo y todo el Athletic, con Dalglish y su Liverpool (por all¨ª andaban tambi¨¦n Souness y un tal Robinson entre otras leyendas de los Reds) en una eliminatoria de la Copa de Europa cuando nos medimos, casi un exacto a?o antes, en segunda ronda y con la vuelta en San Mam¨¦s. El caso es que Dalglish intent¨® ese mismo disparo cuando ya el Liverpool nos ganaba por un gol y buscando en este caso la escuadra izquierda de mi porter¨ªa. Y yo, con las u?as m¨¢s largas que hoy, consegu¨ªa desviar un tiro que ten¨ªa todas las trazas de acabar en gol. Por lo que cuando Dalglish marcaba y decid¨ªa en Hampden Park, yo reviv¨ªa la acci¨®n de un a?o antes en San Mam¨¦s y mi cabeza se lamentaba de no haberlo comentado de forma preventiva con Arconada, ya que eran tiempos de escaso an¨¢lisis visual y de pocas referencias de juego salvo las que las propias experiencias nos deparaban.
Me lamentaba mientras Escocia celebraba el gol a escasos metros de nuestro banquillo porque pensaba que esa experiencia m¨ªa hubiera sido oro en la cabeza y la anticipaci¨®n de Arconada, y que, tal vez, un pasito a la derecha hubiera permitido a Luis alcanzar ese bal¨®n para que sigui¨¦ramos teniendo opciones en el partido.
Todo esto ven¨ªa a mi cabeza ¡ªes lo que nos pasa a los que miramos al f¨²tbol actual con algunos filtros del f¨²tbol de antes¡ª cuando ve¨ªa a I?aki Pe?a volar a su escuadra derecha para sacar de forma excelente esa falta que Memphis Depay hab¨ªa colocado de forma sublime. Todav¨ªa pensaba m¨¢s en todo ello cuando le¨ªa que una parte del ¨¦xito ven¨ªa de todos esos ratos despu¨¦s de los entrenamientos en los que I?aki Pe?a se quedaba para que los especialistas de faltas ensayasen sus habilidades, esas que te pueden dar hasta un t¨ªtulo de campe¨®n de la Champions, pero que mientras tanto iban llenado el archivo de I?aki de modalidades de tiro, posturas antes del disparo y hasta de la forma de colocar el bal¨®n de cada uno de esos especialistas. Y cuando uno de esos se llamaba Depay y jugaba con la camiseta del Bar?a, todo era para que le permitiera ganar el partido siguiente de los cul¨¦s; pero toda esa informaci¨®n tambi¨¦n le permit¨ªa al joven pero sabio portero azulgrana poder dar ese pasito a la derecha, esos cinco cent¨ªmetros que le permitieron llegar a un bal¨®n imposible y dejar su puerta a 0.
Es que estos porteros de tanto observar hasta aprenden.
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