El deseo corona al Athletic
El conjunto rojiblanco derrota en los penaltis al Mallorca despu¨¦s de una ag¨®nica y emocionante final en La Cartuja de Sevilla y pone fin a una sequ¨ªa de 40 a?os sin conseguir el t¨ªtulo copero
La Copa vuelve por fin a brazos del Athletic. El deseo fue m¨¢s decisivo que el juego para la reconquista de un trofeo tan querido como esquivo para el club rojiblanco desde la ¨²ltima final ganada en 1984. Hab¨ªan pasado ya 40 a?os de la victoria contra el Bar?a de Maradona. La hinchada no estaba preparada para una s¨¦ptima final p¨¦rdida en la cita de Sevilla. El triunfo, en cualquier caso, result¨® ag¨®nico porque no lleg¨® hasta la rueda de los penaltis, la misma suerte que hab¨ªa llevado al irreductible Mallorca hasta La Cartuja despu¨¦s de eliminar en las semifinales a la Real Sociedad.
El desenlace aval¨® la trayectoria y el plan de partido del Mallorca, un equipo que se afirma despu¨¦s de negar al contrario, y premi¨® la larga y sufrida espera del Athletic. La copa da sentido y refuerza la identidad de una entidad rojiblanca solemnemente representada a sus 81 a?os por el Chopo Ir¨ªbar. Vive el Athletic por una Copa que tambi¨¦n ha aumentado las expectativas europeas de Betis, Valencia y Osasuna. La tradici¨®n pes¨® m¨¢s que el buen momento del Mallorca en una cita de dif¨ªcil control emocional, llena de tensi¨®n, resuelta a rega?adientes a favor del Athletic.
No era un partido precisamente f¨¢cil de jugar para el Athletic. La hinchada rojiblanca hab¨ªa viajado a Sevilla para recoger la Copa. A juzgar por la densidad de la marea rojiblanca en La Cartuja, no quedaba nadie en Bilbao. No hab¨ªa alternativa para una afici¨®n que pas¨® de la euforia a la preocupaci¨®n: la victoria, o se quemaba la gabarra y se dejaba de dar la murga en la r¨ªa del Nervi¨®n. No le quedaba m¨¢s remedio al equipo de Valverde que gestionar la presi¨®n, combatir la ansiedad y asumir la condici¨®n de favorito desde la convicci¨®n que La Cartuja era San Mam¨¦s por m¨¢s que el fondo norte estuviera ocupado por la hinchada del Mallorca. Hay pocos equipos m¨¢s fiables como local que el Athletic. El equipo rojiblanco, sin embargo, empez¨® el partido con m¨¢s prudencia que valent¨ªa, intimidado por la vigorosidad y el juego directo de los muchachos de Aguirre.
No estaba c¨®modo el Athletic, incapaz de imponer su ritmo y su f¨²tbol m¨¢s elaborado, m¨¢s cerca de su portero que del contrario a pesar de un par de llegadas de los hermanos Williams. El nerviosismo fue manifiesto en un c¨®rner cedido por Nico que acab¨® en el gol de Dani Rodr¨ªguez. Hasta tres remates consecutivos concedieron los vascos en la jugada del 0-1. La rigidez del Athletic contrastaba con la tensi¨®n competitiva de un Mallorca, mejor en el cuerpo a cuerpo y muy bien organizado alrededor de Samu Costa.
Al Athletic le costaba encontrar aire y espacio, demasiado cohibido, y cuando pod¨ªa correr se mostraba muy impaciente o falto de punter¨ªa, como ocurri¨® en un par de jugadas de Nico, una anulada por fuera de juego, y en un remate de Guruzeta. El Mallorca agradeci¨® la llegada del descanso despu¨¦s de un ¨²ltimo esfuerzo del Athletic. Valverde intervino r¨¢pido en la caseta y cambi¨® a Prados por Vesga para intentar ganar m¨¢s intensidad en un equipo que no acababa de mostrar su f¨²tbol natural, m¨¢s parecido al que juega en campo contrario que al de San Mam¨¦s. El encuentro, sin embargo, se reanud¨® con una excelente parada de Agirrezabala a tiro de Larin despu¨¦s de quebrar a Vivian.
La intervenci¨®n del portero marc¨® un punto de inflexi¨®n en el encuentro porque poco despu¨¦s empat¨® el Athletic. Nico Williams, presente de inicio a fin, no solo persever¨® en la recuperaci¨®n del bal¨®n sino que habilit¨® en profundidad a Sancet para que definiera con un chut cruzado ante Greif. El f¨²tbol agresivo, r¨¢pido y vertical reapareci¨® en la acci¨®n del 1-1. Los rojiblancos no encontraban remedio en cambio a su inestabilidad defensiva porque la respuesta del Mallorca fue un disparo a palo de Muriqi. El partido, en cualquier caso, se hab¨ªa decantado netamente a favor de un Athletic agrandado por la figura de Nico.
Aguirre no tard¨® en mover el banquillo para contener al equipo de Valverde. La rueda de cambios equilibr¨® la contienda hasta que por momentos se impuso el dominio del Mallorca. El Athletic no sab¨ªa muy bien si atacar o asegurar su zaga despu¨¦s del descanso que se concedi¨® Nico. Ni titulares ni suplentes lograron evitar la pr¨®rroga ni despu¨¦s los penaltis porque apenas hubo una oportunidad por bando, fatigados los jugadores y entregadas las dos hinchadas: ¡°S¨ª se puede¡±, cantaban los mallorquinistas al fondo y resonaba en el estadio el grito del Athletic. Temblaron en un momento de m¨¢xima tensi¨®n los tiradores del Mallorca desde el punto de penalti y emergi¨® Agirrezabala en honor al Chopo. El Athletic volv¨ªa a ser por fin campe¨®n despu¨¦s de una final muy copera en La Cartuja.
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