Los jugadores del Athletic montan una fiesta por las calles de Bilbao para compartir su triunfo en la Copa del Rey con los aficionados locales

No es infrecuente que los futbolistas profesionales salgan de copas en algunos de sus d¨ªas libres. Suelen ser discretos en sus expansiones nocturnas. Muchas veces utilizan los espacios VIP de las discotecas y otros locales para pasar desapercibidos y gozar de tranquilidad sin la molestia de los aficionados que les abordan a la caza de aut¨®grafos o fotograf¨ªas. Los jugadores del Athletic tambi¨¦n salen, procuran ser comedidos, pero no siempre. Como este martes.

Regresaron a mediod¨ªa del domingo de ganar la Copa en Sevilla. Antes de montar en el autob¨²s camino del aeropuerto, el capit¨¢n, Iker Muniain, contribuy¨® a cumplir la promesa de un seguidor rojiblanco que dijo que se rapar¨ªa el pelo si ganaba el Athletic. Con la maquinilla en la mano, el jugador rojiblanco pregunt¨®: ¡°?Seguro?¡± Hubo contestaci¨®n afirmativa, y Muniain procedi¨®. Despu¨¦s se dieron un abrazo, Iker mont¨® en el autocar, y el hincha regres¨® a Bilbao feliz.

A la llegada a la capital vizca¨ªna, la plantilla se fotografi¨® primero con la tripulaci¨®n del avi¨®n que les condujo, y despu¨¦s con los empleados del aeropuerto que aguardaban a pie de pista. En Lezama recogieron sus veh¨ªculos particulares y se fueron a sus domicilios a descansar. Hab¨ªa sido un fin de semana lleno de emociones. Valverde dio fiesta hasta el mi¨¦rcoles, aunque los capitanes, el t¨¦cnico y el presidente acudieron el martes por la ma?ana a la Casa de Juntas de Gernika a presentar la Copa en la instituci¨®n foral.

Pero a primera hora de la noche salieron de marcha, todos juntos, por el centro de Bilbao. Sin medidas de seguridad, salvo un aviso a la Polic¨ªa Municipal para anunciar el evento; sin ocultarse, a la vista de todos. Hab¨ªan preparado una fiesta callejera con la electrocharanga Sakatu en la que Asier Villalibre toca la trompeta, y all¨ª comenz¨® la verbena. Todo comenz¨® alrededor de las nueve de la noche cuando I?aki Williams comenz¨® a emitir un directo en sus redes sociales, que alert¨® a decenas de sus seguidores que enseguida detectaron que los jugadores circulaban por la Plaza San Jos¨¦, un lugar muy c¨¦ntrico. El efecto llamada, buscado por los futbolistas, congreg¨® a muchas personas que acudieron a la kalejira, en la que, otra vez, Iker Muniain, tom¨® la batuta.

Primero ante unas pocas decenas de viandantes sorprendidos; despu¨¦s ante varios cientos. Subido a hombros, como Williams, la procesi¨®n, con Villalibre tirando del carro con el equipo de m¨²sica port¨¢til, tom¨® rumbo por la calle Henao hacia los Jardines de Albia, donde comenz¨® el concierto que los futbolistas brindaron a sus seguidores, poni¨¦ndose, adem¨¢s, en primera fila para bailar.

Se hicieron decenas de v¨ªdeos y selfies. ¡°Queremos estar cerca de vosotros, este triunfo es de todos¡±, dec¨ªa Muniain micr¨®fono en mano, mientras asent¨ªan Lekue, Unai G¨®mez, Sancet, Vivian, Dani Garc¨ªa, De Marcos o Yuri, y Unai Sim¨®n llevaba en sus hombros a Agirrezabala. ¡°El s¨¢bado fue muy duro, y sufristeis con nosotros¡±, aseguraba. ¡°Cuando decimos que somos una familia no son palabras vac¨ªas, por eso los jugadores quer¨ªamos sentiros, que nos sint¨¢is, quer¨ªamos tocaros, que celebremos juntos¡±, y con la voz rota entonaba, a coro con los aficionados, la tonadilla que ¨¦l mismo ha popularizado en apenas un d¨ªa: ¡°Este es el famoso Athletic, el famoso Athletic Club, estos son los campeones, el Athletic txapeldun¡±.

Despu¨¦s de una decena de canciones que bailaron y cantaron con entusiasmo los futbolistas, a eso de las once se retiraron con discreci¨®n, sin que nadie les molestase. En Bilbao suele suceder as¨ª, los jugadores no suelen ser agobiados por los aficionados. Pasean con su familia por el centro de la ciudad sin tener que esconderse detr¨¢s de unas gafas de sol o una gorra. En su retirada ocurri¨® lo mismo. No era demasiado tarde, que este mi¨¦rcoles se entrenan. Por la ma?ana, la Ertzaintza comunic¨® que expedientaba a cuatro de los futbolistas, no dijo qui¨¦nes, por concentraci¨®n no comunicada en v¨ªa p¨²blica, lo que les puede suponer una multa de 600 euros a cada uno.

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