El Atl¨¦tico deja sobrevivir al Dortmund
Tras un gran primer tiempo que le dio dos goles de ventaja, el paso atr¨¢s dado en el segundo acto propicia el gol de Haller
Despu¨¦s de un primer tiempo arrollador que le dio dos goles de ventaja, el Atl¨¦tico tendr¨¢ que sobrevivir al infernal Westfalenstadion de Dortmund. Un gol de Haller a falta de diez minutos hizo justicia con la versi¨®n m¨¢s reservona que ofrecieron los rojiblancos. Dejaron salir vivo a un Borussia que se repuso en el segundo tiempo del maltrato que padeci¨® en el primero. Fue mejor el Atl¨¦tico cuando se lanz¨® a tumba abierta a por el partido. Cuando Simeone lo acul¨® en su campo lo pag¨® caro.
El Atl¨¦tico hab¨ªa desencadenado un chaparr¨®n de f¨²tbol que noque¨® al Dortmund por constricci¨®n y abrasi¨®n en la primera mitad. Al galope, como lobos para arrebatarle la pelota a su rival en las inmediaciones de Kobel, los futbolistas de Simeone hicieron saltar por los aires la f¨®rmula guardiolesca de incrustar Emre Cam entre los centrales para generar superioridad en la salida del bal¨®n.
Tambi¨¦n reventaron los rojiblancos el trivote Sabitzer, Cam, Nmecha con el que Terzic pretend¨ªa montar un dique de contenci¨®n. La propuesta supuso dejar fuera del once a Julian Brandt, su centrocampista m¨¢s ofensivo, de mejor pie y visi¨®n de juego. Koke, De Paul y Llorente se hicieron con el gobierno del partido por piernas y precisi¨®n. No solo quitaba el Atl¨¦tico en su visceral arranque, tambi¨¦n se mostraba afilado y preciso en el toque para armar transiciones. En una de ellas, Scholotterbeck tuvo que ejecutar un cruce salvador para impedir que Morata fusilara a Kobel.
El vendaval rojiblanco fue insostenible para el Dortmund. Las canillas le temblaban a los jugadores de Terzic. Tambi¨¦n se les atrofiaron los pies. Kobel le entreg¨® la pelota a Maatsen y este ignor¨® el manual que proh¨ªbe prolongar la jugada con un pase comprometido hacia adentro. De Paul lo intercept¨® y enfil¨® al meta suizo para enga?arle con un toque delicado con el exterior de su bota derecha. Apenas se hab¨ªan cumplido cinco minutos y el Atl¨¦tico ya hab¨ªa pasado por encima de un equipo que no pudo iniciar una jugada limpia hasta pasado el primer cuarto de hora. Kobel tuvo que mostrar la potencia de sus piernas y sus reflejos para evitar que un remate de espuela de Witsel se concretara en el segundo gol.
No hab¨ªa rastros de Adeyemi, Jadon Sancho y F¨¹llkrug. La terna de atacantes del Dortmund compr¨® durante m¨¢s de media hora la misma localidad de espectador que Oblak. El Atl¨¦tico era un equipo redondo. Bien barrido atr¨¢s por Gim¨¦nez, Witsel y Azpilicueta, este ¨²ltimo una de las novedades de Simeone en el once ante la baja de Hermoso. No le dejaba correr el Atl¨¦tico al Dortmund. Le desarm¨® y lo maltrat¨® y lo volvi¨® a castigar en otra d¨¢diva de su defensa. Entre Hummels y Schlotterbeck se enredaron y no acertaron a despejar un saque de banda en el que la pelota les cay¨® franca para despejarla. Uno por otro, Morata aprovech¨® la pifia y vio a Griezmann en la medialuna del ¨¢rea. El franc¨¦s asisti¨® a Lino con un globo y este bati¨® a Kobel busc¨¢ndole el contrapie.
Si tuvo alg¨²n contratiempo el Atl¨¦tico fue la amarilla que vio el brasile?o y le impedir¨¢ estar en el Westfalenstadion. Golpeado, no amenaz¨® el conjunto de Terzic a Oblak hasta que una mala entrega de De Paul la caz¨® Adeyemi y descerraj¨® un disparo que se envenen¨® tras tocar en Witsel. Maatsen, con otro remate lejano raso y bien ajustado fue el que exigi¨® de verdad por primera vez al esloveno. Con ese aviso se cerr¨® el esplendoroso primer acto del Atl¨¦tico.
El partido apuntaba a tunda y a Terzic no le qued¨® m¨¢s remedio que deshacer el fallido trivote con el que pretendi¨® blindarse sentando a Nmecha y dar entrada al sacrificado Brandt. Fue otro el Dortmund. Alrededor de su futbolista m¨¢s elegante y clarividente se arm¨® mejor con la pelota. Al menos, le dio para que el Atl¨¦tico tuviera que vivir en campo propio, algo que apenas hab¨ªa sucedido en el primer tiempo. Merode¨® m¨¢s el ¨¢rea de Oblak el Dortmund, pero se top¨® con una defensa s¨®lida que no descubri¨® agujeros. Ese mando del Dortmund le dio pie a Simeone para empezar a administrar los dos goles de ventaja y le sali¨® mal. Sent¨® a Morata y dio paso a Barrios. La permuta envi¨® a Marcos Llorente de acompa?ante de Griezmann en la punta de ataque. La b¨²squeda del contragolpe era ya palmaria. Terzic tambi¨¦n volvi¨® a mover ficha. Sent¨® al desasistido F¨¹llkrug para intentarlo con un atacante m¨¢s vers¨¢til como Haller. Encajonado el Atl¨¦tico, Simeone debi¨® atisbar el peligro porque empez¨® a reclamar el apoyo de la grada despu¨¦s de que a Brandt se le fuera por un par de palmos un libre directo. Tambi¨¦n deshizo el movimiento que hab¨ªa hecho con Llorente, al que volvi¨® a retrasar al medio del campo cuando dio entrada a Correa por De Paul.
Sin generar el juego volc¨¢nico con el que hab¨ªa arrasado al Dortmund en el primer tiempo, a¨²n as¨ª tuvo la eliminatoria en las botas de Lino. Kobel le detuvo a su disparo a bocajarro a un metro de la l¨ªnea de gol tras una falta lateral sacada por Griezmann que atraves¨® el ¨¢rea del meta suizo sin que su defensa se enterara. De tener casi el pase en el bolsillo, el Atl¨¦tico pas¨® a tener que defender un gol de ventaja en el infierno que ser¨¢ el Westfalenstadion cuando Molina no acert¨® con un despeje y Haller reba?¨® un gol de oportunista. Y pudo ser peor, porque despu¨¦s de que Correa no acertara a batir a Kobel tras robarle la cartera Hummels, Bynoe-Gittens y Brandt estrellaron el bal¨®n en el larguero.
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