El Bayern impone su ley a un triste Arsenal
Kimmich culmina una actuaci¨®n conservadora ante el equipo de Arteta
La cabalgata del Arsenal de Mikel Arteta se extingui¨® contra el muro de Kimmich, De Ligt, Upamecano, Dier y De Ligt, probablemente la mejor reuni¨®n de defensas del mundo, acompa?ados por un Musiala descomunal. El Arsenal no estuvo a la altura de su reputaci¨®n. El Bayern hizo lo que caracteriz¨® su historia. Competir con rigor y elevarse en las situaciones l¨ªmite. Pas¨® a la semifinal con todas las de la ley.
El Arsenal abord¨® el partido con dudas y el Bayern se aferr¨® al libreto de la fortificaci¨®n que con tanta devoci¨®n maneja Tuchel. En apariencia, dominaba el equipo visitante. La realidad fue que el Bayern se encontr¨® c¨®modo en el atasco frente a un adversario excesivamente dependiente de Odegaard para lanzar las jugadas hacia el peligro. Con el paso de los minutos crecieron los gigantes defensivos de ambos bandos: De Ligt, Laimer, Jorginho, Rice, Magalhaes. Todas las v¨ªas hacia el gol quedaron bloqueadas.
El Arsenal no super¨® la contradicci¨®n entre la necesidad de protegerse mientras atacaba, y acab¨® por jugar con menos convicci¨®n en el pase que en las transiciones defensivas. El doble pivote Jorginho-Rice, espl¨¦ndido en sus integrantes, duplic¨® funciones y fren¨® la circulaci¨®n, aunque no tanto como la presencia de Havertz en la punta del ataque. El espigado jugador alem¨¢n, la apuesta m¨¢s resuelta de Arteta en todas las instancias del club, sirvi¨® para descolgar balones pero se mostr¨® inconstante en las asociaciones que son la antesala imprescindible para alcanzar el remate ante una de las defensas m¨¢s impenetrabes. El Bayern es una fortaleza y quien la asedie debe tocar mucho y muy bien. Las desapariciones de Havertz, unidas a las dificultades que encontr¨® Odegaard para escabullirse de la supervisi¨®n de Laimer y Goretzka, crearon problemas irresolubles. Saka pareci¨® rendido en el extremo derecha y solo Martinelli se mostr¨® confiado. El brasile?o sembr¨® el desconcierto en el flanco que defend¨ªa Kimmich y gracias a Odegaard tuvo un remate desde el punto de penalti que se le march¨® fuera por un palmo.
El Arsenal vivi¨® a contramano, alarmado ante cada contragolpe del Bayern. Por la derecha, el equipo b¨¢varo amenaz¨® con San¨¦. Por la izquierda, Tuchel tuvo el tino de insertar a Guerreiro como interior, eslab¨®n entre Kane y Musiala en innumerables acciones. El joven Musiala se fue imponiendo como el factor m¨¢s desequilibrante en la cancha. Si el Arsenal no logr¨® superar la presi¨®n del Bayern, Musiala salv¨® las resistencia de Jorginho y comenz¨® a desplazarse en apoyos y en conducciones que le llevaron por todos los rincones del campo. Raya le sac¨® un tiro en la primera parte y avanzada la segunda provoc¨® el desorden que desemboc¨® en el pase de Guerreiro y el cabezazo con el que Kimmich abri¨® el marcador.
Empecinado hasta el inexorable final, Arteta mantuvo a Havertz en el campo. Tuchel inyect¨® hormig¨®n: Kim por Mazraoui y Upamecano por San¨¦. Hasta cuatro centrales se interpusieron entre el gol y la vacilante contribuci¨®n del Arsenal, tan inconsistente contra el Bayern en cuartos como contra el Oporto en octavos, eliminado con justicia en M¨²nich.
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