Kroos pisa las huellas de Zidane
Lo que ha hecho el alem¨¢n es ins¨®lito, cuando lo normal es jugar hasta que se pueda. Por dinero y porque es divertido, las dos cosas, hemos visto arrastrar carreras lastimosamente
Es ins¨®lito lo que ha hecho Toni Kroos. Estamos acostumbrados a lo contrario, a que los jugadores alarguen su carrera lo m¨¢s posible. Es dif¨ªcil abandonar la infancia, y retirarse del f¨²tbol viene a ser un poco eso. Adem¨¢s, en la mitad de la treintena nadie se siente viejo. La sangre circula con la energ¨ªa de los a?os m¨¢s j¨®venes, la salud es exultante, nada avisa al futbolista de que su hora va llegando. Otra cosa es, por ejemplo, el atletismo, donde tus propias marcas te van avisando. El futbolista se siente bien, piensa que los que empiezan a desconfiar de su rendimiento son injustos, que le tienen muy visto, que miran demasiado su edad. Y si notan en el campo que algo no va bien siempre lo pueden achacar, honradamente, a la t¨¢ctica, a un mal funcionamiento del equipo. Y si el entrenador empieza a utilizarle menos, piensa que se ha plegado a la opini¨®n de tal o cual periodista o al deseo de novedades del p¨²blico y se enfada. Conozco multitud de casos de excompa?eros cuyos fuertes lazos de amistad se averiaron cuando uno de los dos lleg¨® a entrenador y le toc¨® ir retirando al otro.
Lo normal es jugar hasta que se pueda. Por dinero y porque es divertido, las dos cosas, hemos visto arrastrar carreras lastimosamente. Vi a Kubala y a Di St¨¦fano, gordos y casi cuarentones, jugar en el Espanyol. Vi a Cruyff en el Levante, en Segunda, a Maradona dando vueltas por cualquier sitio¡ Vi a otros refugiarse en un f¨²tbol menos exigente, desde Pel¨¦, pionero en Estados Unidos, hasta a Messi y Cristiano ahora.
Lo de Kroos es muy raro, s¨ª, pero tuvo un precedente en Zidane. En la 2005-2006 decidi¨® que esa deber¨ªa ser su ¨²ltima temporada. ¡°No quiero arrastrarme¡±, confes¨® a un ¨ªntimo. Como 2006 era a?o de Mundial, regres¨® a la selecci¨®n francesa, que hab¨ªa abandonado, y en abril anunci¨® al Real Madrid que abandonaba el f¨²tbol, perdonando un a?o de contrato. Ni siquiera acept¨® una gratificaci¨®n, se fue sin m¨¢s. Tuvo una despampanante oferta de Qatar que no quiso ni examinar.
Lo suyo era el m¨¢ximo nivel o nada. Cuando temi¨® que el tiempo le alcanzara decidi¨® retirarse en todo lo alto. En el Mundial, por cierto, lleg¨® a la final, donde en su ¨²ltimo partido pic¨® en una provocaci¨®n de Materazzi, fue expulsado y se qued¨® sin t¨ªtulo. L¨¢stima, pero hoy se le recuerda por su brillo.
Tambi¨¦n es cierto que a pesar de los finales sin gloria de Maradona y Cruyff se les sigue recordando como grandes grand¨ªsimos. Alguien se lo coment¨® recientemente a Kroos, que contest¨® con sencillez: ¡°Pero yo no soy uno de ellos¡±.
Kroos, como Zidane, no quiere verse en otro papel que el de titular rutilante en un f¨²tbol rutilante. Lo que ahora ha hecho oficial ya lo ven¨ªa insinuando desde hace un a?o en declaraciones, y su decisi¨®n de regresar a la Mannschaft ven¨ªa a completar el cuadro: finalista de la Champions con el Madrid, la perspectiva de una buena Eurocopa en su propio pa¨ªs. Ocasi¨®n pintiparada para despedirse en todo lo alto.
Al aficionado, y yo lo soy, le cuesta resignarse. Estaba de dulce, ten¨ªa (a¨²n tiene, hasta Wembley) un papel principal¨ªsimo en el Madrid que se sintetiza en esa vieja frase de ¡°a m¨ª al pie y los dem¨¢s a correr¡±. Tiene el mando, todos le buscan, todos se le ofrecen y ¨¦l no necesita extenuarse. No tiene velocidad, no tiene regate, no tiene quite, pero tiene el partido en la cabeza. Marca la pausa o acelera, entrega bien en corto, entrega bien en largo, maneja el equipo a fuerza de pases acertados.
Viene otro f¨²tbol, en el que la enery¨ªa, como pronuncia Ancelotti, va teniendo un papel cada vez m¨¢s dominante. Hasta ahora ha resistido esa aceleraci¨®n a base de puro juego, distribuyendo con la misma sosegada y sobria elegancia con la que lo hac¨ªa Vel¨¢zquez a caballo entre los sesenta y los setenta, s¨®lo que entonces todo era m¨¢s pausado, ahora cada partido se juega sobre dinamita.
Quiz¨¢ tema que el ritmo le puede achicharrar, aunque visto lo que pas¨® en M¨²nich m¨¢s bien viene siendo lo contrario, que su muleta para, templa y manda hasta en los momentos m¨¢s dif¨ªciles. Quiz¨¢ no quiera verse como Modric, jugando s¨®lo partidos menores y tramos finales, a veces ni eso, de los enjundiosos. Quiz¨¢ simplemente quiere descansar, una vez que el f¨²tbol le ha divertido lo suficiente y puede mirar con orgullo su colecci¨®n de t¨ªtulos y experiencias y con tranquilidad sus ahorros.
Como Zidane, se retira en todo lo alto. Me duele, pero lo encuentro admirable.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.