La Masia toma Mestalla: El Bar?a remonta ante el Valencia
Lewandowski corona con dos goles el meritorio triunfo de los azulgrana ante un cansado equipo valencianista
Robert Lewandowski, el futbolista se?alado por Xavi y rehabilitado por Flick, no se oxida en un momento de mucho tr¨¢nsito de jugadores en el Bar?a. El ariete firm¨® una victoria de mucho m¨¦rito en Valencia. Marc¨® dos goles aparentemente sencillos (uno de penalti) en un partido muy complicado por las circunstancias de la jornada y por el fuego de Mestalla. La cr¨®nica deportiva no desmereci¨® la econ¨®mica ni la de sucesos que han presidido ¨²ltimamente la vida del Barcelona. Los azulgrana pasaron un mal rato hasta el 1-0 para remontar despu¨¦s con una cierta suficiencia ante un adversario diezmado y sin la profundidad de banquillo del Bar?a. Los muchos juveniles barcelonistas se batieron como jabatos para que Lewandowski marcara las diferencias en el debut en la Liga
No se sab¨ªa muy bien qu¨¦ esperar del Bar?a despu¨¦s que el esperanzador sue?o americano de la pretemporada acabara con una sorprendente pesadilla en el Gamper. Hay todav¨ªa muchos jugadores a la espera, el equipo est¨¢ por hacer y el entrenador acaba de llegar a un club que se ha acostumbrado al funambulismo de Laporta. Ante tanta incertidumbre por las lesiones, las inscripciones, el mercadeo y la resaca ol¨ªmpica y de la Eurocopa, la respuesta de Flick fue categ¨®rica en Mestalla. Los azulgrana comparecieron con una alineaci¨®n valiente porque en la sala de m¨¢quina se juntaron dos j¨®venes de la Masia, como Marc Casad¨® y Marc Bernal, ya protagonistas en la gira de Estados Unidos, y Raphinha se situ¨® de media punta por detr¨¢s de Yamal, Lewandowski y Ferran. Aunque la formaci¨®n era provisional, Flick quer¨ªa jugadores en forma y dej¨® fuera a Dani Olmo.
La fuerza del Valencia est¨¢ en el colectivo y en el ingenio de Baraja. Al igual que pasa en el Bar?a, la precariedad obliga a confiar en la cantera y en veteranos como el reci¨¦n llegado Rafa Mir. La diferencia es que su juego est¨¢ m¨¢s sabido y automatizado, dif¨ªcil de defender para equipos reiterativos con las p¨¦rdidas de bal¨®n y lentos en el repliegue como es el Barcelona. El f¨²tbol del Valencia era m¨¢s presionante y da?ino que el de los azulgrana, faltos de hilo de juego y de sorpresa, demasiado alejados del ¨¢rea por m¨¢s que dominaran la medular, muy pendientes de Marc Bernal y Raphinha. Los muchachos de Baraja llegaban y chutaban m¨¢s y mejor que los de Flick. Los errores no forzados de los delanteros hipotecaban a un Bar?a m¨¢s esforzado que clarividente, sofocado e intimidado por Mestalla
El desacierto azulgrana qued¨® resumido en Raphinha, tan participativo y repetitivo en el tiro como torpe en la asociaci¨®n, sin la incidencia que se exige a un jugador con una demarcaci¨®n clave en la apuesta de Flick. No funcionaba el enganche, tampoco se tiraban desmarques ni hab¨ªa roturas y el Bar?a era un equipo demasiado plano, sin juego por dentro, incapaz de desestabilizar a un contrario que jugaba al gusto de Baraja. El Valencia se creci¨® progresivamente, cada vez m¨¢s fuerte por las bandas, y la pelota empez¨® a cruzar el ¨¢rea de Ter Stegen. Hugo Duro cabece¨® a la red un centro de Diego L¨®pez y si no marc¨® el 2-0 gol fue por la mediaci¨®n de Cubars¨ª. El gol despabil¨® al Bar?a, hasta el punto que Lewandowski empat¨® antes de alcanzar el descanso, cuando emboc¨® con la punta de la bota una asistencia de Lamine, decisivo para dar continuidad a la comba de Balde.
El Bar?a no dej¨® de percutir por el costado izquierdo y firm¨® el remonte desde el punto de penalti despu¨¦s que Mosquera atropellara a Raphinha en una excelente maniobra de Ferran. Lewandowski no perdon¨® y puso el 1-2. El marcador encendi¨® Mestalla. El Valencia se fue a la carga y convirti¨® cada jugada en una acci¨®n decisiva, un ejercicio de supervivencia para un fatigado Barcelona. El partido se rompi¨® y se convirti¨® en un ir y volver de los dos equipos desde que Baraja fue amonestado porque el ¨¢rbitro no expuls¨® a Cubars¨ª. Los cambios, sin embargo, ayudaron definitivamente a los azulgrana, que pudieron calmar la contienda y rebajar la afrenta del Valencia, ya con un juvenil m¨¢s en la cancha como Gerard Mart¨ªn.
La manera en que el Bar?a cerr¨® el partido fue mucho m¨¢s interesante que la apertura que fue dominada por la estrategia del Valencia. El Bar?a acab¨® por ser el equipo s¨®lido y serio que quer¨ªa Flick. Los azulgrana no parec¨ªan precisamente juveniles sino que operaron con temple, oficio y categor¨ªa, como quer¨ªa Flick.
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