Una Champions con el Manchester City y el Girona

El negocio del f¨²tbol evoluciona y el nuevo siglo ha ido marcando una tendencia creciente a los agrupamientos de clubes de distintos pa¨ªses y categor¨ªas bajo una misma propiedad. Es algo que favorece los ingresos de marketing, ahorra gastos en la detecci¨®n de jugadores y permite madurar a j¨®venes talentos.

El fen¨®meno ha ido a m¨¢s hasta plantear a la UEFA un problema. ?Qu¨¦ hacer si dos de esos clubes coinciden en una de sus competiciones? Se decidi¨® evitar toda ocasi¨®n en la que un club tuviera influencia visible sobre el otro a trav¨¦s de accionistas, apoyo financiero, gobernanza a cargo de unas mismas personas o de traspasos de jugadores entre ambos en el verano previo.

Ya en la 23-24 se encontraron con que el Aston Villa y el Vitoria de Guimaraes, por un lado, y el Milan y el Toulouse por otro, compart¨ªan propietarios. La UEFA se vio ante la disyuntiva de impedir la inscripci¨®n de uno de los dos en cada caso o buscar subterfugios para abrir la mano. Ya se hab¨ªa dado un caso, aunque no tan claro, en la 20-21: la empresa entonces propietaria del Milan era acreedora en fuerte cantidad de los due?os del Lille. Se decidi¨® que eso era tolerable.

Pero esto era otra cosa: hab¨ªa propietarios compartidos en las parejas Aston Villa-Vitoria de Guimaraes y Milan-Toulouse. M¨¢s el del Leipzig y el Salzburgo, ambos del grupo Red Bull. En este ¨²ltimo se admiti¨® la teor¨ªa de que Red Bull solo es propietaria del Salzburgo y que en el caso del Leipzig se limita a ser patrocinador, lo que vino a ser como definir al pulpo como animal de compa?¨ªa. Respecto a las parejas Aston Villa-Vitoria de Guimaraes y Milan-Toulouse se resolvieron estableciendo que en los consejos de administraci¨®n se sentaran personas distintas y prohibiendo el paso de ning¨²n jugador de un equipo a otro en el verano.

Ahora estamos ante un nuevo caso: el Girona forma parte del City Group, cuya cabecera es el Manchester City, y ambos est¨¢n clasificados para esta Champions. Las nuevas disposiciones han obligado a que el City rebajara su participaci¨®n en el Girona por debajo del 30% (era del 47%), cosa que ya se ha hecho, aunque no hay noticia exacta de a qu¨¦ manos ha ido la desinversi¨®n.

Nadie simultanea la condici¨®n de consejero en ambos clubes. S¨ª se ha ido un jugador del Girona este verano al City, Savinho, pero por una ruta que sortea la prohibici¨®n: pertenec¨ªa al City, que lo ten¨ªa cedido al Troyes, que a su vez lo cedi¨® al Girona tras pasarlo por el Eindhoven. Este verano el Girona ha devuelto el jugador al Troyes, del que a su vez lo ha reclamado el City.

Supongo que en los algoritmos que condicionaron el sorteo de la fase de Liga estar¨ªa el de que no pudieran coincidir en el grupo clubes empresarialmente emparentados. Pero si City y Girona avanzan en la competici¨®n podr¨ªa darse m¨¢s adelante el cruce. Ser¨ªa inc¨®modo para los hermanos Guardiola: Pep, entrenador del City, y Pere, crecido a su sombra, presidente del consejo del Girona. E inquietante para todos.

Hay precedentes curiosos en Espa?a. En la 51-52, el Mestalla, filial del Valencia, alcanz¨® el derecho a subir a Primera, pero se le impidi¨®. En la 55-56, el Espa?a Industrial, filial del Bar?a, tambi¨¦n gan¨® el ascenso y recurri¨® a una argucia: se refund¨®, rebautiz¨¢ndose como Condal, y fue aceptado en Primera. En su plantilla conviv¨ªan veteranos del Bar?a de regreso con promesas que despu¨¦s ascender¨ªan al primer equipo. Sin embargo, no perdi¨® los dos partidos con el Bar?a, solo uno, y empat¨® otro. Regresado ese mismo a?o a Segunda, volvi¨® a definirse como filial.

Ya en este siglo, el empresario Antonio Asensio entr¨® en la propiedad de varios clubes, dos de los cuales fueron Mallorca y H¨¦rcules. En la 2010-2011, el equipo alicantino y el filial mallorqu¨ªn coincidieron en Segunda. En la ¨²ltima jornada, el H¨¦rcules, ya descendido a Segunda B, visit¨® al Mallorca B, que ganando aseguraba la permanencia. Se daba por seguro que el H¨¦rcules no le opondr¨ªa resistencia, pero una prima del ?ibar le estimul¨®, gan¨® 0-1 y arrastr¨® consigo al filial balear a Segunda B.

Caso contrario: en la Copa de 1980 un Castilla intratable fue superando eliminatorias. Como el Madrid tambi¨¦n segu¨ªa en carrera, en cada sorteo se evit¨® emparejarlos, aplazando el enfrentamiento del pap¨¢ con el hijo hasta que fue inevitable, en la final. En ella, los muchachos del Castilla jugaron intimidados y perdieron 6-1.