De las bolas fr¨ªas al algoritmo caliente
La Champions ofrece un nuevo sistema rupturista de competici¨®n con una Liga de 36 equipos
Durante a?os se ha hablado en Espa?a con desconfianza de los sorteos de Champions por aquella leyenda de las bolas calientes, que en realidad eran fr¨ªas y conviene explicar de una vez por todas.
Aquello fue una idea de Raimundo Saporta en los inicios de la Copa de Europa de Baloncesto, all¨¢ por los sesenta. Saporta, mano derecha de Bernab¨¦u, ten¨ªa vara alta en la FIBA. Por entonces el baloncesto en Europa era muy desigual: eran fuertes el campe¨®n italiano, el espa?ol (siempre el Madrid), el de la URSS y los de algunos pa¨ªses de su bloque. Para evitar que se enfrentaran en las primeras rondas ide¨® un adelanto artesanal de lo que pronto incorporar¨ªa el tenis: el sorteo con cabezas de serie. Hac¨ªa meter una noche todas las bolas de los favoritos en una nevera; para el sorteo se introduc¨ªan en una bolsita con las dem¨¢s, a temperatura ambiente y la mano inocente pon¨ªa buen cuidado en no emparejar nunca dos fr¨ªas. Aquello fue hace mucho y hasta donde yo s¨¦ nunca se utiliz¨® en f¨²tbol, pero la rumorolog¨ªa lo ha extendido.
Pensaba en ello en el sorteo, o como quiera que pueda llamarse eso, de la nueva Champions, en realidad la elaboraci¨®n de unos algoritmos cuyos condicionantes se pueden consultar y sin duda fueron fijados con honradez y buen tacto, pero que exigen de nuestra credulidad un acto de fe que por mi parte ofrezco de buen grado.
De primeras resulta lioso, pero lo digeriremos en cuanto nuestra mirada se haya depositado un par de veces en esa clasificaci¨®n de 36 que reunir¨¢ los puntos de todos. De momento, trae m¨¢s partidos entre grandes en la primera fase, ahora llamada de liga, y no habr¨¢ partidos sin inter¨¦s, porque no s¨®lo importar¨¢n las dram¨¢ticas fronteras 8?/9? y 24?/25?, pues la clasificaci¨®n final ser¨¢ clave para determinar el cuadro posterior. Y ofrece m¨¢s posibilidades a los equipos menores, antes obligados a afrontar tres rivales superiores. Ahora jugar¨¢n contra dos de su propio cuadro y como el 24? puesto se puede alcanzar con ocho puntos seg¨²n simulaciones en la preparaci¨®n del modelo, dos victorias y dos empates podr¨ªan clasificar para dieciseisavos.
Eso s¨ª: recarga el calendario, con dos partidos m¨¢s en la primera fase y otros dos para los que queden entre el 9? y el 24?, ambos inclusive, que deber¨¢n jugar unos dieciseisavos. (Los ocho primeros pasan directamente a octavos, del 25? al 36? quedan eliminados). A cambio dar¨¢ mejores ingresos. El trienio pasado, los ingresos por las tres competiciones UEFA fueron de 3.500 millones, entre televisiones y patrocinios; en el que empieza ahora ser¨¢n 4.600. Los clubes mejorar¨¢n sus ingresos en torno a un 20%. El campe¨®n alcanzar¨¢ los 200 millones. En la ¨²ltima edici¨®n el Madrid gan¨® 177,4.
Me parece un buen modelo. Una idea novedosa y rupturista chocante en el mundo del f¨²tbol, tan c¨®modo siempre, y yo me incluyo, en las cuentas sencillas.
Pero me temo que es una idea robada. Hace m¨¢s de diez a?os me abord¨® en un acto en Colombia un matem¨¢tico chileno, de nombre Leandro Shara, que me explic¨® una propuesta de competici¨®n para dar m¨¢s inter¨¦s al Mundial; pretend¨ªa eliminar esos partidos sin consecuencia que a veces se dan en la ¨²ltima jornada de la fase de grupos. Me pareci¨® original pero abstruso, no s¨¦ si me enter¨¦ del todo, pero me qued¨¦ con su tel¨¦fono y le encargu¨¦ al corresponsal internacional de As, Joaqu¨ªn Maroto, que le entrevistara. Lo publicamos (8-12-2013), hace unos d¨ªas lo revis¨¦ y, francamente, se parece como un huevo a otro a lo que ahora se va a hacer. Shara anduvo a?os predicando su proyecto y ahora que lo ve plasmado exige un reconocimiento que no le ofrecen. Me pregunto c¨®mo acabar¨¢ esto.
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