El ataque de importancia de Vinicius y los negocios del Madrid
El plante a la ceremonia del Bal¨®n de Oro es m¨¢s pol¨ªtico que deportivo, el club antepuso sus intereses a los de sus futbolistas y entrenador; o peor a¨²n, las quimeras de un presidente y un jugador a los valores y honores del club que representan
Me pregunto a qu¨¦ jugaba el Madrid este lunes cuando decidi¨® cancelar un viaje programado a Par¨ªs para asistir con el cartel de expedici¨®n favorita a la gala del Bal¨®n de Oro. El argumento facilitado inmediatamente por el club ven¨ªa a explicar que no habr¨ªa representaci¨®n madridista en el Th¨¦?tre du Ch?telet como consecuencia de la no designaci¨®n de Vinicius como Bal¨®n de Oro. Filtraci¨®n aparte, el plante institucional arrastraba consigo no solo al jugador damnificado, sino a otros compa?eros nominados ¡ªBellingham y Carvajal entraron en el top 4 y el equipo al completo gan¨® el premio a mejor conjunto masculino¡ª y al mismo entrenador, Carlo Ancelotti, ganador tambi¨¦n de su categor¨ªa.
Se intu¨ªa a un Vinicius triste y hundido, contrariado, con la fiesta montada y nada que celebrar. Es totalmente entendible. Pero no justifica esa supuesta injusticia el comportamiento del Madrid. ?A qu¨¦ jugaba Florentino P¨¦rez?
Si jugaba a defender el honor de uno de sus futbolistas emblema puede que la defensa se le fuera un poco de las manos: demasiado ruido, exceso de drama en la escena. S¨ª, Vinicius Jr es merecedor de ganar el Bal¨®n de Oro, campe¨®n como fue de la Liga y de la Champions, l¨ªder del Madrid por su f¨²tbol desequilibrante y por su lucha contra el racismo. (Y no, me niego a pensar que haya sido esa lucha la que le haya alejado del trofeo, como insinu¨® ¨¦l y explica su entorno). Pero no es m¨¢s merecedor el brasile?o de ese premio individual que valora tambi¨¦n los ¨¦xitos colectivos de lo que lo es Rodri, la m¨¢quina que hace funcionar al City campe¨®n de la Premier y a la Espa?a campeona de Europa; el f¨²tbol antes en la cabeza que en los pies; la discreci¨®n y el compa?erismo por bandera.
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— Ballon d'Or (@ballondor) October 28, 2024
Si lo que ocurri¨® este lunes es que el Madrid jugaba solo a ganar y no le sali¨® una buena mano, deber¨ªa recordar que, como en su d¨ªa a d¨ªa, en el deporte a veces se gana (mucho si vistes de blanco) y otras veces se pierde. Son pocas las ocasiones y por eso debe escocer el doble. Pero cuando pasa, a uno se le presupone algo m¨¢s de se?or¨ªo. Si alguien en Valdebebas se mont¨® un fabuloso castillo de naipes y crey¨® (sin tener certeza alguna; recordemos que votan un centenar de periodistas de 100 pa¨ªses diferentes) que ser¨ªa Vini el ganador del trofeo, lo que le quedaba era agachar la cabeza y felicitar al ganador. En la derrota residen tambi¨¦n los valores del deporte. El resto es no saber perder. Es una pataleta cuando ya no se tiene edad para chiquilladas.
Me cuesta creer que el Madrid y su presidente Florentino P¨¦rez estuvieran jugando solo (que no es poca cosa) a echarle un pulso a la UEFA, organizadora de la ceremonia por primera vez con France Football. Otro pulso m¨¢s. Aprovechar que el Sena pasa por Par¨ªs para hacerle un feo a Ceferin y compa?¨ªa, enfrentados como est¨¢n por el esfuerzo del club blanco de que la Champions, que tantos a?os los ha coronado, acabe absorbida por su Superliga.
Pero cuantas m¨¢s vueltas le doy, menos entiendo. Y con mayor facilidad asumo que el plante es m¨¢s pol¨ªtico que deportivo, que antepuso el club sus intereses a los de sus futbolistas y entrenador; o peor a¨²n, las quimeras de un presidente y un jugador a los valores y honores del club que representan. A Vinicius le dio un ataque de importancia y, lejos de calmarle, el Madrid vio una oportunidad.
No merece semejante desaire Ancelotti, cuyos ¨¦xitos s¨ª reconoce el premio a mejor entrenador, ni el resto de nominados; mucho menos el ganador de la noche: un espa?ol nacido en Madrid que llev¨® a la selecci¨®n a levantar la Copa de Europa este verano y que era muy consciente de que recog¨ªa ese Bal¨®n de Oro en medio de todo el ruido provocado desde la casa blanca. Y por un jugador como Vinicius a quien no le hace ning¨²n bien que se le r¨ªan todas las gracias. Por suerte, Rodri sabe que merece ese premio. Lo sab¨ªa ya cuando decidi¨® asistir a la gala cuando todav¨ªa cre¨ªa que lo har¨ªa para aplaudir a otro.
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