El Madrid despierta sobre el filo

La noche ten¨ªa cierto aroma de l¨ªmite, con el Real Madrid en el puesto 24? de la tabla, un lugar ins¨®lito para el rey de Europa ahogado por lesiones y desajustes. Tambi¨¦n por el rival, uno de los equipos con m¨¢s cuerpo del continente, invicto desde septiembre. Y en ese escenario, despu¨¦s de tres derrotas en las cinco primeras jornadas de la nueva Champions, el Madrid volvi¨® a emitir se?ales de rebeld¨ªa, como en los momentos m¨¢s cr¨ªticos, y se llev¨® de B¨¦rgamo una victoria notable, muy cruda, la primera seria fuera de casa del curso, con una funci¨®n abierta por el mejor Mbapp¨¦ y abrochada por Vinicius y Bellingham: el gran tr¨ªo afinado en una misma velada, aunque enseguida cay¨® el franc¨¦s.

El Madrid compareci¨® en B¨¦rgamo dispuesto a dictar el guion por una vez ante uno de esos equipos de altas revoluciones que le provocan par¨¢lisis esta temporada. El Atalanta ha cambiado mucho desde que se vieron la ¨²ltima vez, en agosto en la Supercopa en Varsovia. Aquel equipo a medio hacer, reci¨¦n agujereado por las lesiones y la deserci¨®n de Koopmeiners, la piedra angular de Gasperini, ha cuajado en cuatro meses en uno de los equipos m¨¢s afinados de Europa, l¨ªder s¨®lido de la Serie A. La desconfianza sobre su c¨¦lebre defensa al hombre era a¨²n mayor que entonces, con este Madrid al que le cuesta respirar y encontrar caminos cuando le aprietan. El primer bal¨®n que jugaron lo propuls¨® Courtois 60 metros en busca de la carrera de Bellingham y Mbapp¨¦. Era una de las estrategias de Ancelotti para sobrevivir a la asfixia.

Se trataba de una muestra del cat¨¢logo con el que pensaban aplacar al Atalanta. La otra era la movilidad desatada, una especie de caos arm¨®nico en el que Brahim aparec¨ªa por cualquier parte para tirar una pared, aguantar la pelota y, sobre todo, para arrastrar a su pareja fuera de zona. Metieron a los italianos en la coctelera de su intercambio de posiciones. Se mov¨ªan tambi¨¦n Bellingham, Mbapp¨¦, Ceballos, y hasta Lucas V¨¢zquez, y ejecutaban una danza precisa y veloz con la pelota. En B¨¦rgamo, la m¨²sica la tocaba el Real.

Y sobre todo Brahim, que se presentaba siempre en los lugares que parec¨ªan incomodar m¨¢s al grupo de Gasperini y encontraba a Mbapp¨¦ con una facilidad que apenas se hab¨ªa visto. Aunque la primera vez que le cit¨® con el portero, el franc¨¦s como tantas veces recientes, no logr¨® eludirle.

Acert¨® el lance m¨¢s complejo, una jugada en la que volvieron a usar la salida de emergencia del pase largo, esta vez de R¨¹diger. Mbapp¨¦ pinch¨® el globo y se lo entreg¨® a Brahim, que se la devolvi¨® al borde del ¨¢rea. El franc¨¦s ejecut¨® ah¨ª tal vez el movimiento m¨¢s deslumbrante desde que debut¨® con el Madrid, tambi¨¦n contra el Atalanta. Con el control y un giro de cadera se deshizo de De Roon y cruz¨® un derechazo a la red.

Segu¨ªa en esa especie de despertar que se?ala Ancelotti. Entend¨ªa mejor hacia d¨®nde correr, lo hac¨ªa con m¨¢s insistencia y resultaba m¨¢s amenazante. Aunque tras otra cabalgada desperdici¨® una oportunidad ante el portero.

Entonces sucedi¨® algo que pas¨® inadvertido. Rodrygo sali¨® a calentar un par de minutos en la banda mientras el Atalanta iba aproxim¨¢ndose m¨¢s y m¨¢s a Courtois. El foco pas¨® de Brahim a R¨¹diger. El alem¨¢n bloque¨® un par de ocasiones a menos de un metro de la raya de gol, al tiempo que miraba con cierta desesperaci¨®n a Tchouameni, su compa?ero esa noche en la que Asencio volvi¨® a empezar en el banquillo. El franc¨¦s dominaba el aire, pero sufr¨ªa alguna dificultad m¨¢s por la tierra en el costado derecho que compart¨ªa con Lucas. Por ah¨ª les atacaba Lookman, la mayor amenaza de los italianos.

Y entonces se entendi¨® el fugaz calentamiento de Rodrygo. Mbapp¨¦ se sent¨® en la hierba, a la espera de un cambio. Justo cuando empezaba a asomar el jugador que se esperaba, tambi¨¦n a ¨¦l le detuvieron los isquios de la pierna izquierda. Nada le dura demasiado a este Madrid de m¨²sculos delicados. Entr¨® el brasile?o, que regresa de puntillas y con sobresaltos de otra lesi¨®n, y el Atalanta sigui¨® con su avance de l¨ªneas. Con las internadas de Bellanova y Ruggeri por los costados y los movimientos entre l¨ªneas del clarividente De Ketelaere. Pero el Madrid aguantaba. Y cuando ya se ve¨ªa en el vestuario, Kolasinac pis¨® el ¨¢rea, se cruz¨® delante de Tchouameni, y el franc¨¦s le derrib¨®. De Ketelaere clav¨® el penalti en la escuadra y el Real se fue al descanso con una inquietud que cre¨ªa haber esquivado.

El momento lo despej¨® la aparici¨®n de un desaparecido. Vinicius salt¨® en B¨¦rgamo directo de la lista de bajas a la del once, como sucede en esta ¨¦poca de escasez y desdichas encadenadas. Pero el Vinicius que volvi¨® no era el que se hab¨ªa ido, claro. El brasile?o se mov¨ªa impreciso, cauteloso, frustrado hasta por un resbal¨®n. No hab¨ªa sintonizado la frecuencia del choque y sin embargo, cuando una presi¨®n de Brahim provoc¨® un rebote y le cay¨® la pelota delante, conect¨® un zurdazo cruzado que abri¨® dos minutos de desorientaci¨®n de los italianos. Casi con el mismo hilo, Bellingham, en otra de sus noches expansivas en las que parece capaz de hacerlo todo, bord¨® el tercero despu¨¦s de un buen enga?o en el ¨¢rea.

Pero el Atalanta no ha trepado a la cumbre de la Serie A deshaci¨¦ndose bajo cualquier llovizna. Segu¨ªa cargando, con Ceballos y Valverde sosteniendo el centro, hasta que Lookman se despeg¨® de Lucas y acert¨® abajo muy cerca del poste. Gasperini quer¨ªa m¨¢s y meti¨® a Retegui, su pichichi, meti¨® a Zaniolo: todo lo que encontr¨® para seguir empujando. Y casi le funcion¨®. Al argentino se le escap¨® arriba un remate a medio metro de la l¨ªnea. El Madrid aguant¨® para poner el lazo a un partido de derroche y talento que le permite escalar algo en la tabla y casi le garantiza el playoff.