Tan terror¨ªfico que el 2-5 es un alivio
El Real Madrid no aprendi¨® nada del 0-4 del Bar?a en octubre y, lo poco que sali¨® bien entonces, lo desaprendi¨® en enero
Tiene gracia que despu¨¦s de que el Bar?a arrollase en 45 minutos al Madrid en el Bernab¨¦u meti¨¦ndole cuatro goles, en los siguientes 45 minutos, dos meses despu¨¦s, le metiese otros cuatro goles a¨²n con m¨¢s contundencia y perdonando otros cuatro. Y todo ello en medio de un festival c¨®mico del Madrid que culmin¨® en el c¨®rner m¨¢s rid¨ªculo de su historia: un regalo de Ara¨²jo en el ¨²ltimo minuto que Rodrygo convirti¨® en una contra terror¨ªfica del Barcelona que se encontr¨®, sin so?arlo si...
Tiene gracia que despu¨¦s de que el Bar?a arrollase en 45 minutos al Madrid en el Bernab¨¦u meti¨¦ndole cuatro goles, en los siguientes 45 minutos, dos meses despu¨¦s, le metiese otros cuatro goles a¨²n con m¨¢s contundencia y perdonando otros cuatro. Y todo ello en medio de un festival c¨®mico del Madrid que culmin¨® en el c¨®rner m¨¢s rid¨ªculo de su historia: un regalo de Ara¨²jo en el ¨²ltimo minuto que Rodrygo convirti¨® en una contra terror¨ªfica del Barcelona que se encontr¨®, sin so?arlo siquiera, con su cuarto gol. Tiene su gracia, digo, porque en octubre Ancelotti sali¨® con un centro del campo con cuatro jugadores que reclamaban m¨¢s bal¨®n, y la jugada le sali¨® mal m¨¢s por fallos propios que por ¨¦xitos ajenos, que llegaron en la segunda mitad. Y ahora, en enero, el Madrid sali¨® con tres mediocampistas, dos de ellos dedicados a caer a la banda para ayudar a los laterales y otro, de natural mediapunta, convertido en un delantero m¨¢s. O sea, sin centro del campo. Ocurrente fue. No se aprendi¨® nada del 0-4 de octubre y, lo poco que sali¨® bien entonces, se desaprendi¨® en enero.
As¨ª que en el minuto tres el Barcelona ya pod¨ªa estar ganando 2-0 si no fuera por dos manos de manicomio de Courtouis, y el que se adelant¨® fue el Madrid con un golazo (est¨¢ fin¨ªsimo, rapid¨ªsimo, es un delantero de ensue?o) de Mbapp¨¦. Lo peor que pudo hacer el Madrid: ponerse por delante del marcador sin merecerlo con una individualidad. Como si la final pudiese sacarse adelante as¨ª. Y le pintaron la cara. Entre otras cosas no porque el plan de Ancelotti fallase, sino porque Ancelotti no ten¨ªa plan. Sac¨® a sus jugadores fetiche y plante¨® un Madrid defensivo con Lucas V¨¢zquez, que no es defensa, de lateral derecho, y con Tchouameni, que no es defensa, de central. Dej¨® en el banquillo a Asencio, que nadie sabe qu¨¦ hizo mal en sus titularidades para ser desalojado para colocar en su lugar a Tchouameni, que s¨ª se sabe lo que hace mal en esa posici¨®n. Justicia po¨¦tica fue que al Madrid le venciese el Barcelona con un once titular lleno de chavales que aprovecharon su ocasi¨®n y se quedaron en el campo fuese quien fuese su suplente y fuese cual fuese su edad.
Con semejante planteamiento, el golazo de Mbapp¨¦ fue contraproducente. Un espejismo envenenado, entre otras cosas porque el Barcelona ten¨ªa el bal¨®n y todo el tiempo por delante. El Madrid, por su parte, ten¨ªa el mejor ataque del mundo pero de baja incentivada; decidi¨® jugar a esperar atr¨¢s con un once en el que bajan cinco, y dejar piernas frescas para correr detr¨¢s de balonazos enviados desde la defensa (recordemos que no hab¨ªa centro del campo). S¨®lo sali¨® mal porque pudo salir peor. Y si se cre¨ªa que no habr¨ªa ning¨²n gracioso drama m¨¢s, arranc¨® Mbapp¨¦ una roja al portero del Barcelona y con esa falta marc¨® Rodrygo. 2-5, 35 minutos por delante y el Madrid con uno m¨¢s. Pues bien: ni una ocasi¨®n m¨¢s hasta el descuento. O sea que el Madrid no pele¨® el bal¨®n en la primera parte porque, como se demostr¨® en el segundo, no sab¨ªa qu¨¦ hacer con ¨¦l. En algo le vino bien la roja al Madrid cuando estaba perdiendo 1-5: en que no le cayesen 10. Alivio blanco porque la cosa pintaba tremenda. El Madrid sufre de kroositis, un mal para el que no hay soluci¨®n porque ese tiempo ya pas¨®, as¨ª que m¨¢s le vale ir espabilando el centro del campo con fichajes o entrenamiento, porque mimbres en plantilla hay, pero sin orden ni confianza.