Partidos que son ex¨¢menes
Andoni Iraola da en la clave: ¡°En f¨²tbol no hay dos verdades absolutas, no hay dos jugadas iguales¡±. Ni el mismo problema lo resuelven igual dos jugadores, ni el mismo jugador se encontrar¨¢ exactamente el mismo problema dos veces
Que las jugadoras digan de su entrenadora que les es ¨²til puede que sea el mejor elogio imaginable. Pero entre ¨²til y excesivo hay una fin¨ªsima l¨ªnea que, si no se advierte a tiempo y nos dejamos cegar por nuestro af¨¢n por ayudarles, puede restar cuando queremos sumar. ?til es darles soluciones y tambi¨¦n es dejarles tranquilas. El secreto est¨¢ en acertar lo que toca, cuando toca y como toca.
?Qu¨¦ dif¨ªcil es eso! Y, curiosamente, es lo mismo que les pedimos a las jugadoras: que detecten lo que ocurre en el campo y ejecuten lo que toca, cuando toca y como toca. ?Pero qui¨¦n dictamina la so...
Que las jugadoras digan de su entrenadora que les es ¨²til puede que sea el mejor elogio imaginable. Pero entre ¨²til y excesivo hay una fin¨ªsima l¨ªnea que, si no se advierte a tiempo y nos dejamos cegar por nuestro af¨¢n por ayudarles, puede restar cuando queremos sumar. ?til es darles soluciones y tambi¨¦n es dejarles tranquilas. El secreto est¨¢ en acertar lo que toca, cuando toca y como toca.
?Qu¨¦ dif¨ªcil es eso! Y, curiosamente, es lo mismo que les pedimos a las jugadoras: que detecten lo que ocurre en el campo y ejecuten lo que toca, cuando toca y como toca. ?Pero qui¨¦n dictamina la soluci¨®n, qui¨¦n decide qu¨¦ es eso ¡°que toca¡± hacer? Yo por soluci¨®n entiendo toda aquella decisi¨®n que tiene una l¨®gica, un sentido que intenta resolver un problema, y considero que no hay una ¨²nica para un mismo problema. Pero en la medida en que entremos en el laberinto de todas las soluciones posibles, perdemos el rumbo de qu¨¦ problemas son importantes.
Es muy habitual que los entrenadores, protegi¨¦ndonos de antemano y buscando esa especie de alivio postpartido del ¡°yo ya se lo dije¡±, optemos por vomitar toda la informaci¨®n de que disponemos, creyendo que de esa manera estamos dando m¨¢s recursos a la jugadora. Suele ser al rev¨¦s. Lo m¨¢s probable es que, en lugar de ampliarles las posibilidades d¨¢ndoles el infinito, se las reduzcamos. Les bloqueamos. Par¨¢lisis por an¨¢lisis.
En f¨²tbol, demasiado suele ser nada. Pero en estos mundos de lo sofisticado, de la tecnolog¨ªa, de los detalles, asusta lo sencillo. No querer sonar demasiado b¨¢sica. Como si sencillo fuera malo o quisiera decir que nos movemos en un blanco o negro. No. En lo sencillo tambi¨¦n hay grises. Se trata de no enredarnos con todos los grises posibles. Modular la saturaci¨®n. Punto medio. Equilibrio.
Siempre he admirado a Ernesto Valverde por transmitirme precisamente esa sensatez, esa armon¨ªa en la gesti¨®n. Ese grito justo, una mueca, un silencio. Su tono tranquilo. ¡°En el campo al jugador no le conviene pensar, no tiene tiempo¡±, respond¨ªa en una entrevista hace unos a?os. Contrasta con esa idea m¨¢s moderna de construir jugadores que interpreten sobre el verde. ?Pero qu¨¦ es interpretar? ?Es apartarnos del proceso y dejarles hacer todo lo posible? ?O es delimitar unos pocos contextos probables y trazar intenciones colectivas comunes?
En una charla que ronda por internet, Andoni Iraola da en la clave: ¡°En f¨²tbol no hay dos verdades absolutas, no hay dos jugadas iguales¡±. Sobre una situaci¨®n de juego, ¨¦l entiende que el entrenador puede aportar ¡°ideas¡± y ¡°dar unas pautas¡± pero que ser¨¢ el jugador el que las llevar¨¢ a cabo. A su manera, con su estilo. Ni el mismo problema lo resuelven igual dos jugadores, ni el mismo jugador se encontrar¨¢ exactamente el mismo problema dos veces. ¡°Como entrenadores no podemos dar soluci¨®n a todo, no podemos controlarlo todo¡±, sentencia, Iraola, pupilo del Txingurri, muy dado a empoderar al jugador ¡ªsobre todo, el que ya tiene un bagaje¡ª a encontrar sus propios recursos al m¨¢s puro estilo ¡°majo, b¨²scate la vida que ya sabes de qu¨¦ va esto¡±. Y sus equipos tienen sello propio. Much¨ªsimo sello.
Vuelvo a la necesidad de encontrar el punto medio. Ni mucha soluci¨®n ni ninguna, las justas para que el jugador fluya en el campo y no juegue mirando al banquillo en busca de validaci¨®n ni remedios. Lo dijo mejor Corber¨¢n en su etapa en Inglaterra: ¡°Es importante que cuando juegan, los jugadores no sientan que tienen que encontrar la soluci¨®n correcta todas las veces¡±. Esto no es un examen. Es un partido.