Acertar en el mercado de invierno
Hasta hace unos a?os en el f¨²tbol planificabas tu temporada, presentabas a tus fichajes en verano y defin¨ªas unos objetivos para el curso. La ventana de enero era casi anecd¨®tica
Son d¨ªas extra?os. Las Navidades siempre lo son. Hay una mezcla curiosa entre vor¨¢gine y reflexi¨®n, entre compras de ¨²ltima hora y una repentina necesidad de hacer balance. Apuramos los d¨ªas de diciembre y usamos el simbolismo del cambio de n¨²mero, del 4 al 5, para intentar dar carpetazo a lo que no nos termina de gustar y llenarnos de buenos prop¨®sitos. Nos parece buen momento para ese empuj¨®n definitivo hacia un horizonte nuevo, como si a partir de enero todo cambiara radicalmente. El nuevo a?o suena a reset. A reinicio.
Y es curioso porque no somos de funcionar por a?o natural, en realidad. Lo nuestro es m¨¢s movernos a ritmo escolar, entregados a los per¨ªodos lectivos de septiembre a junio. Hasta hace unos a?os el f¨²tbol era eso. T¨² planificabas tu temporada, presentabas a tus fichajes en verano y defin¨ªas unos objetivos para el curso. El mercado de invierno era casi anecd¨®tico y, llegado enero, no se esperaban grandes revoluciones.
Tampoco era sencillo encontrar buenos jugadores a mitad de temporada. Daba la sensaci¨®n de que lo interesante ya estaba cogido y que s¨®lo quedaban los descartes, con el miedo a no ser capaz de adaptar en cinco meses a un jugador que llega despechado y sin ritmo.
No estamos en esos tiempos, ya. La ventana invernal es una vida extra para quien haya planificado mal y un bonus track para las plantillas m¨¢s selectivas. Es un parche para quien est¨¦ en mala din¨¢mica y una oportunidad para purgar vestuarios y mantener cierto bienestar en los grupos.
Lo dif¨ªcil es elegir bien. Sin prisas. Ni es un amigo invisible ni un llevar un paquete por llevar. Hay que revisar bien las ofertas y moverse a por lo necesario, que idealmente tendr¨ªamos que haber analizado en un clima tranquilo previo. Habr¨¢ cesiones que hace semanas que est¨¢n habladas y que parecen un win-win, tanto para los clubes como para los jugadores. Habr¨¢ chapuzas y puede que haya alg¨²n bombazo.
Ha habido m¨¢s de uno por estas fechas. Aut¨¦nticos puntos de inflexi¨®n. Hace veinte a?os, en 2004, Edgar Davids sali¨® cedido de la Juve para salvar al Bar?a de Rijkaard, que deambulaba en la zona media de la tabla. La silla del t¨¦cnico temblaba, pero encontr¨® estabilidad con la llegada del mediocentro holand¨¦s. Su compatriota. Su excompa?ero. Davids, con sus gafas y su coleta, cort¨® todo lo cortable y revitaliz¨® a un equipo que termin¨® subcampe¨®n. Fue un verdadero salvavidas que rescat¨® un proyecto sobre el que luego se erigieron muchos de los ¨¦xitos actuales del Bar?a.
Los fichajes de enero son necesidades, son urgencias y son caprichos. El City lo tuvo con Aymeric Laporte y tir¨® de talonario en 2018 para sacarlo del Athletic y llev¨¢rselo a Inglaterra. Este de enero es un mercado con poco margen de maniobra para quien pierde talento, que ve c¨®mo puede tambalear un proyecto ante la incapacidad de encontrar reemplazo inmediato. Pero tambi¨¦n es una oportunidad que puede catapultar la carrera de un futbolista. Que se lo digan a Luis Su¨¢rez o Van Dijk, fichajes de ¨¦xito para el Liverpool en enero, o a Mayra Ram¨ªrez, oportunidad de oro para un Chelsea que supo pescar en las revueltas cuentas del Levante femenino.
Me gustan las operaciones de enero con mirada a largo plazo. Son una especie de adelanto a un proceso que conf¨ªas que te lleve a un lugar mejor. Recuerdo el de Asisat Oshoala, que aport¨® al Bar?a de Llu¨ªs Cort¨¦s la velocidad y potencia que necesitaba para hacerse grande en Europa. Ella marc¨® el ¨²nico gol de la primera final de Champions del club, derrota que sirvi¨® para victorias futuras.
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