Bar?a 63, Madrid 9. Cuatro a?os de goleadas en f¨²tbol femenino
Mientras el Madrid se potencia cada a?o cogiendo jugadoras que terminan contrato en otros equipos, el Bar?a arriesga con fichajes como la goleadora polaca Ewa Pajor

El socio madridista y la prensa que sigue al club han dado hasta ahora poca importancia a su equipo femenino, un proyecto de s¨®lo cinco temporadas de vida contando la 2019-20, en la que a¨²n se llam¨® Tac¨®n pero ya fue manejado por el Madrid. Acogido con curiosidad en principio, los resultados no pueden considerarse exactamente malos, pero escuece la reiteraci¨®n de goleadas frente al Bar?a. La ¨²ltima, esta semana, ha venido a ser la gota que colma el vaso. Fue un 0-5 en el Alfredo Di St¨¦fano en semifinal de Copa, con la perspectiva tenebrosa del partido de vuelta. No representa ninguna novedad, han jugado 19 partidos, incluido el ¨²ltimo: once de Liga, dos de Copa, cuatro de Supercopa y dos de Champions, todos indefectiblemente ganados por el Bar?a, muchos por goleada. El marcador agregado es un estrepitoso 63-9.
Todo tiene explicaci¨®n. En el Bar?a hay equipo femenino desde tiempos de Montal, en sus or¨ªgenes lo entren¨® Ramallets, glorioso meta del club en a?os remotos. En 1980 una de sus pioneras, Teresa Andreu, hizo un viaje heroico a Madrid en busca de la incorporaci¨®n del f¨²tbol femenino en la Federaci¨®n¡ Todo fue lento al principio, luego uniformemente acelerado hasta conseguir un equipo que ha ganado tres de las ¨²ltimas Champions y que tiene un buen ambiente en la ciudad: apreciables asistencias al Johan Cruyff, en torno a 3.500 espectadores, y estupendas en Montju?c cuando juegan en la Champions con exigencia de VAR, pasando f¨¢cilmente de 30.000. El barcelonismo siente orgullo por esta secci¨®n de vieja ra¨ªz, que tiene una afici¨®n propia. Por contra, las asistencias en el Alfredo Di St¨¦fano no van mucho m¨¢s all¨¢ de los familiares, allegados y cantera, salvo visita del Atl¨¦tico, o caso parecido. Valdebebas est¨¢ muy a trasmano, lo que no ayuda, y las persistentes derrotas ante el Bar?a no animan.
Y el caso es que no empez¨® mal. En la 2020-21 fueron subcampeonas de Liga, y en la 2021-22, eliminaron al City en la Champions. Entonces a¨²n exist¨ªa una base originaria del Tac¨®n, incluyendo al entrenador, Aznar, hoy en el Athletic. Pero el Madrid decidi¨® prescindir de la estructura anterior, elimin¨® casi todos los vestigios (quedaron Ana Rosell y Noe Morales con poder muy relativo) y afront¨® una nueva etapa con Toril como entrenador. Digamos que las cosas no han mejorado al ritmo que la casa esperaba.
La apuesta no es firme. Florentino lleg¨® a esto forzado por las circunstancias, cuando ya casi todos los clubes de Espa?a y Europa ten¨ªan su equipo femenino. As¨ª como Bernab¨¦u tuvo visi¨®n de futuro al adelantarse a todos en los sesenta con el baloncesto, Florentino no capt¨®, o le dio igual, el componente de compromiso social que acompa?a al f¨²tbol femenino, entr¨® arrastrando los pies y eso se nota.
El coste de plantilla es de 4,5 millones, por 9,4 del Bar?a. Mientras el Madrid se potencia a?o a a?o cogiendo jugadoras que terminan contrato en otros equipos, el Bar?a arriesga con fichajes como el ¨²ltimo, la goleadora polaca Ewa Pajor, por la que pag¨® 400.000 euros. El resultado es que el Bar?a se dispara, y el Madrid se separa del resto, pero queda lej¨ªsimos de las azulgrana, que por otra parte juegan contra las madridistas motivad¨ªsimas. La sensaci¨®n en la casa cul¨¦ es que despu¨¦s de haberse convertido en la punta de lanza del f¨²tbol femenino espa?ol, de haberlo hecho progresar junto a los clubes vascos, el Atl¨¦tico, el Levante y otros, el Madrid ha aparecido con unas pretensiones arrogantes, que merecen que se las ponga en su sitio cada vez que se las encuentren. Ocurre desde hace un lustro, s¨®lo que este 0-5 ha desatado una incomodidad nueva, porque confirma que la distancia no se amortigua, sino al rev¨¦s.
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