Talant Dujshebaev: ¡°Ser un depredador es lo fant¨¢stico del deporte¡±

Se cumple un cuarto de siglo de la primera medalla del balonmano masculino espa?ol. En realidad, fueron dos casi a la vez: la plata europea y el bronce ol¨ªmpico de 1996. A ese equipo que abri¨® el camino al ¨¦xito se hab¨ªa incorporado un a?o antes Talant Dujshebaev (Frunze, Kirguist¨¢n; 53 a?os), nombrado el segundo mejor jugador del siglo XX. Seguramente, el salto que le faltaba a ese vestuario para tocar metal. Educado en la rigidez sovi¨¦tica, donde ya hab¨ªa sido campe¨®n del mundo y ol¨ªmpico, en Espa?a encontr¨® otra forma de entender el deporte. Con el equipo nacional disput¨® 158 partidos, meti¨® 569 goles y se colg¨® cinco medallas, entre ellas dos en los Juegos. Hoy entrena al Kielce, donde juegan sus hijos Dani y ?lex. El segundo est¨¢ en la selecci¨®n ol¨ªmpica; el primero es baja por lesi¨®n.

Pregunta. ?C¨®mo recuerda su llegada a la selecci¨®n en 1995?

Respuesta. La primera impresi¨®n fue de alegr¨ªa, pero luego vino la decepci¨®n del Mundial 95, que acabamos und¨¦cimos. Despu¨¦s de haber levantado como capit¨¢n de Rusia la Copa del Mundo del 93, fue muy dif¨ªcil de asimilar. Aunque ah¨ª tuve la gran suerte de aprender algo diferente, la parte humana. En Rusia nos educaban solo para ganar, ganar y ganar. El segundo puesto no exist¨ªa. Todo era trabajo, pelea. En Espa?a hab¨ªa alegr¨ªa. Se luchaba, pero de una manera diferente.

P. Y al a?o siguiente, adem¨¢s, consiguieron las primeras medallas del balonmano espa?ol.

R. Cuando perdimos la semifinal ol¨ªmpica contra Suecia, para m¨ª hab¨ªan terminado los Juegos, no quer¨ªa ni vivir. Me hab¨ªan educado solo para jugar las finales y ganarlas. Y se me acerc¨® Jaume Fort y me dijo: ¡®Oye, Talant, por favor, lev¨¢ntate, te necesitamos. T¨² tienes tu oro [en 1992], pero nosotros no tenemos nada. Para muchos de tus compa?eros un bronce es algo incre¨ªble¡¯. Ese lado humano me fascin¨®.

P. ?Por qu¨¦ se hab¨ªa nacionalizado espa?ol?

R. Con la desaparici¨®n de la URSS, en 1991, se nos abri¨® la posibilidad de irnos al extranjero y casi toda nuestra generaci¨®n se march¨®. Hab¨ªamos tenido ¨¦pocas dif¨ªciles. Yo llegu¨¦ a Santander y nos recibieron con cari?o. Era todo tan maravilloso que, cuando volv¨ªamos de vacaciones a Rusia, supon¨ªa un desaf¨ªo, un peligro. No voy a contar muchas cosas porque luego se malinterpretan, pero, por el bien de la familia, decid¨ª que Espa?a era donde quer¨ªa vivir y que nacieran mis hijos.

P. ?Y c¨®mo le hab¨ªan recibido en el vestuario de la selecci¨®n?

R. Quieras o no, yo era un extranjero que me nacionalizo espa?ol y ocupo la plaza de un jugador nativo. Tambi¨¦n estaba la rivalidad Teka Santander-Barcelona¡­ Me cost¨® un poco entrar en el vestuario. No fui recibido con los brazos abiertos, eso es cierto. Pero con el tiempo, el profesionalismo y el compa?erismo, lo arreglamos y no hubo problemas. Antes de los Juegos conseguimos la plata en el Europeo y eso hizo la convivencia m¨¢s llevadera. Mientras jugu¨¦, siempre tuvimos buena relaci¨®n.

¡°En la selecci¨®n no fui recibido con los brazos abiertos, pero es normal¡±

P. As¨ª que le cost¨® al principio.

R. S¨ª, y es normal. No es algo que destaque para mal. Ocup¨¦ el lugar de alguien y no siempre est¨¢ bien visto.

P. ?En qu¨¦ momento siente que empieza a encajar?

R. Despu¨¦s del Mundial del 95. Ah¨ª hicimos una uni¨®n m¨¢s fuerte. Me sorprendi¨® mucho que no nos pele¨¢ramos. Lo pasamos muy mal, pero todos juntos. Esta uni¨®n me marc¨®.

P. ?Qu¨¦ le faltaba a aquel equipo en el que entr¨® para conseguir las medallas que luego vinieron?

R. Siempre creo en los peque?os detalles. No quiero ofender a nadie, pero en el Europeo 96 solo hab¨ªa un pasaporte para los Juegos y en semifinales nos cruzamos con Yugoslavia. El ganador se llevaba la plaza ol¨ªmpica. Y vencimos. Ah¨ª hubo una peque?a relajaci¨®n antes de tiempo y en la final del domingo, que est¨¢bamos destrozados, perdimos [22-23 contra Rusia]. Yo achaco a ese peque?o conformismo que nuestra generaci¨®n no ganara un oro.

P. Les falt¨® el instinto asesino que hab¨ªa vivido en la URSS.

R. Eso es. Despu¨¦s de ganar a Yugoslavia, todo el mundo empez¨® a abrazarse, vinieron los familiares. Yo hubiera encerrado al equipo. Una vez que rompes el muro del quinto puesto, llegas a semifinales y ganas, sigue a por m¨¢s. Eso nos priv¨® a la mejor generaci¨®n, con permiso a los que luego llegaron, del oro. Fue nuestra tarea pendiente, aunque abrimos el camino a los ¨¦xitos siguientes. Dif¨ªcilmente en Espa?a volveremos a ver un grupo de jugadores as¨ª.

P. El seleccionador era Juan de Dios Rom¨¢n. ?l dec¨ªa que se entend¨ªa bien con usted porque le discut¨ªa las decisiones.

R. Fue como un padre deportivo para m¨ª. Eso s¨ª, hab¨ªa conflictos porque, si dos personas tienen caracteres dif¨ªciles, hay choques. Siempre fueron para bien. No era una lucha de egos, sino un trabajo conjunto. A veces, ¨¦l tambi¨¦n los pod¨ªa provocar porque era muy inteligente.

¡°En el vestuario quiero cabrones. Pelear con ellos te hace fuerte¡±

P. Usted sigue manteniendo ese car¨¢cter volc¨¢nico.

R. S¨ª, s¨ª. En la vida me ha quitado muchas cosas, pero me ha dado m¨¢s alegr¨ªas. Con los a?os intentas cambiar, pero el gen sigue dentro y, de vez en cuando, explota.

P. ?Y de d¨®nde le viene?

R. De mi madre. Era una persona muy fuerte, una leona.

P. ?A usted tambi¨¦n le gusta que sus jugadores le discutan?

R. Lo echo de menos. Pelear en el vestuario con estos hijos de puta de car¨¢cter, y perdona la palabra, te hace fuerte como entrenador. No me gusta que vengan como corderitos. Me gustan los guerreros. En mi equipo estoy intentando fichar a jugadores con raza porque, a los que no entrenan a tope, estos les atacan. Como los pitbull. Todos son grandes, altos, guapos, impresionantes, pero luego no tienen esas agallas de l¨ªderes. En mi equipo [el Kielce] tengo un par de polacos muy buenos, pero muy nobles. Les estoy picando para que sean m¨¢s cabrones. Nuestro desaf¨ªo es ganar. No me importa jugar bien. Y, si puedes aplastar, mejor. Y no es una falta de respeto al rival, todo lo contrario.

P. Usted es un pitbull.

R. Supongo que s¨ª. Al menos, quiero serlo. Si coges una presa, no puedes soltarla hasta que no la mates deportivamente. Ser un depredador es lo fant¨¢stico del deporte. Mira Nadal, Djokovic, Ronaldo, Luis Su¨¢rez¡­ Son un ejemplo para los j¨®venes.

P. ?C¨®mo se gestiona un vestuario con dos hijos jugadores?

R. Mi vestuario es mi familia. Nunca he pensado si son mis hijos. Claro que lo son, pero si no fuera por su calidad no estar¨ªan. Trato a todos igual. A veces, incluso, he sido un poco injusto con ?lex y Dani, les he echado la bronca de m¨¢s por ser mis hijos.

¡°Nunca ha sido un problema entrenar en mi equipo a mis dos hijos¡±

P. ?Siempre ha sido capaz de separar ambos ¨¢mbitos?

R. Seguro. Nunca ha sido un problema. Fuera de la pista, pr¨¢cticamente no hablamos de balonmano. Si no, nos volver¨ªamos locos.

P. ?Cu¨¢l de los dos se parece m¨¢s a usted?

R. ?lex. Es m¨¢s peque?o y tuvo que luchar mucho. De peque?o quer¨ªan que jugara de extremo. Pero yo le ve¨ªa m¨¢s de central o lateral porque ten¨ªa visi¨®n de juego.

P. ?Ellos tienen que ser los l¨ªderes de la selecci¨®n tras la retirada de muchos veteranos al acabar los Juegos?

R. Sin duda. Llevan tanto tiempo que, si las lesiones les respetan, deben tirar del equipo.

P. ?Usted se ve alg¨²n d¨ªa de seleccionador?

R. Me gusta m¨¢s el d¨ªa a d¨ªa. Ya calm¨¦ el apetito con Hungr¨ªa y Polonia. Y he puesto el l¨ªmite a mi trabajo: los 65 a?os. Solo me quedan, como mucho, 12 temporadas.

P. Qu¨¦ planificador¡­

R. Hace mucho habl¨¦ con un empresario muy fuerte y me cont¨® que, a partir de los 65, empezamos a ir para atr¨¢s. Y en 2014 decid¨ª que le har¨ªa caso. Es una persona muy inteligente.

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