Juan de Dios Rom¨¢n: ¡°El balonmano actual es mon¨®tono¡±

¡°Me lo trago todo¡±, advierte Juan de Dios Rom¨¢n (M¨¦rida, 77 a?os) nada m¨¢s empezar a hablar en el sal¨®n de su casa madrile?a, a dos pasos del Bernab¨¦u, tal atl¨¦tico ¨¦l. Agarra la tablet, analiza el calendario del Europeo, y extrae datos y tendencias hist¨®ricas sin parar mientras de fondo suena m¨²sica jazz. Si el balonmano espa?ol vive en el ¨¦lite, mucho se lo debe a este hombre que ocup¨® durante cuatro d¨¦cadas todos los cargos posibles (entrenador, seleccionador y presidente de la Federaci¨®n) y con el que el equipo nacional empez¨® a ganar medallas (dos platas y un bronce continentales, y dos bronces ol¨ªmpicos). Hace un a?o comunic¨® que sufr¨ªa un c¨¢ncer y a finales de 2019 le operaron de la cadera. ¡°Soy optimista y el balonmano sigue siendo mi pasi¨®n¡±, afirma.

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Pregunta. ?C¨®mo est¨¢ viendo el campeonato?

Respuesta. Yo era muy optimista para el partido contra Alemania porque ellos no est¨¢n bien. No se puede ir a un Europeo casi sin entrenar. La Bundesliga ocupa todas las fechas y solo deja para la selecci¨®n un peque?o postre. La victoria tan clara no fue una sorpresa. Espa?a es un equipo cuajado, con muchos argumentos t¨¦cnico-t¨¢cticos, una plantilla cohesionada, con la serenidad de ser la campeona y una ambici¨®n desmedida de los veteranos por ir a los Juegos. Todo eso hace que, no solo sea favorita, que puede ser secundario, sino que es el mejor equipo del momento. Adem¨¢s, tiene un calendario excelente, un camino de rosas para meterse en semifinales.

P. ?Le resulta inimaginable que Espa?a no entre en la lucha por las medallas?

R. Eso es. Ni los jugadores se creen que no vayan a llegar. Debemos acostumbrarnos a escuchar que la selecci¨®n es la m¨¢s fuerte. Hay que hablar as¨ª. No hay que pensar en la Alemania de hace 20 a?os, eso pas¨® a la historia. Ahora mismo, en partidos de este nivel, la favorita es Espa?a. Antes llegar a semifinales era el ¨¦xito total, pero eso ya no es as¨ª.

P. Las convocatorias son casi id¨¦nticas en los ¨²ltimos torneos. ?Es solo porque los elegidos se lo han ganado o porque no hay relevos?

R. De todo un poco. Los veteranos se lo han ganado. Saben que su final est¨¢ cerca y quieren llegar a los Juegos para despedirse ah¨ª. Eso tiene un valor para el seleccionador porque sabe que el jugador est¨¢ con ¨¦l. Ribera tambi¨¦n ha hecho una cosa buena: ir llevando a gente joven para ver cu¨¢l es su aportaci¨®n, aunque ahora mismo no es fundamental. Como dec¨ªa el maestro [Domingo] B¨¢rcenas, el juvenil que no es bueno ya no vale para nada. No es para tanto, pero en la edad juvenil se ve qui¨¦n es bueno.

"Me entend¨ªa bien con el jugador que era capaz de discutir una decisi¨®n"

P. ?A qu¨¦ tipo de jugador le gustaba m¨¢s dirigir?

R. A los centrales, sin duda. En general, me entend¨ªa siempre bien con quien ten¨ªa genio y car¨¢cter, el que era capaz de enfrentarse a m¨ª, de discutir una decisi¨®n. En la ¨¦poca m¨¢s moderna, Talant Djushebaev era de los m¨ªos, se le nota mucho. Un jugador disciplinado, buen chico, que nunca se sublevaba aunque le exig¨ªa mucho era Cecilio Alonso.

P. ?Se ha perdido ese car¨¢cter?

R. Es todo m¨¢s equilibrado. Parece que todo se hace seg¨²n un libreto redactado. Yo critico mucho del balonmano actual la falta de creatividad. Cuando aparece una acci¨®n distinta, te sorprendes. Por ejemplo, cuando Ra¨²l Entrerr¨ªos da un pase maravilloso por el cuello al pivote. Eso no se entrena. Lo que tiene que hacer el entrenador es activarlo y permitirlo, no coartarlo.

P. ?Por qu¨¦ se permite menos?

R. Ahora todo est¨¢ supeditado a la eficacia y seguridad. Y eso que el balonmano espa?ol se salva, a¨²n deja grandes dosis de imaginaci¨®n porque su jugador, que no es f¨ªsicamente potente, busca m¨¢s la creatividad. En esto nuestra escuela es pionera. Est¨¢ obligado a buscar otras soluciones, aunque tampoco hay tantas.

"El estilo espa?ol es m¨¢s creativo, permite grandes dosis de imaginaci¨®n"

P. ?Le parece un juego m¨¢s mon¨®tono?

R. S¨ª. Cuando uno lleva muchos a?os en el balonmano y ¨²ltimamente ya solo mira, entonces todo te suena. En ataque posicional, casi el ¨²nico objetivo es terminar con un uno contra uno, y no me gusta. Me resulta mon¨®tono. Tambi¨¦n hay que entender que no siempre salen jugadores brillantes. A la hora de la verdad, el juego moderno lo define el jugador, no el entrenador. Es el que impone el movimiento. Lo que hay que hacer es no restringir su creatividad. Por eso, aplaudo el balonmano espa?ol, porque es m¨¢s creativo. Lo est¨¢ copiando todo el mundo.

P. Espa?a empez¨® a ganar medallas con usted en el banquillo. ?Qu¨¦ aport¨® a esos equipos?

R. Fue una cuesti¨®n generacional. A m¨ª me toc¨® ese punto de suerte. Coincid¨ª con un grupo extraordinario y aprovech¨¦ mi trayectoria de 15 a?os en el Atl¨¦tico, con varios a?os de Copa de Europa.

P. ?Solo suerte?

R. Estas cosas suelen coincidir con la madurez del entrenador, una suma de conocimiento, experiencia y ser considerado por el vestuario y la prensa.

"Un t¨¦cnico con car¨¢cter ya no forma parte del espect¨¢culo. Yo ten¨ªa bastante"

P. ?A usted siempre le gust¨® m¨¢s ense?ar que entrenar, no?

R. No s¨¦ si gustar¡­ S¨ª tuve claro que hab¨ªa una enorme diferencia entre las dos cosas. Cuando entrenas, en alg¨²n momento est¨¢s precipitado, siempre termina habiendo algo de urgencia. La ense?anza te permite m¨¦todo, l¨®gica, programar. No hay prisa. Entonces, lo que siempre he sentido es que necesitaba ser menos profesor en los entrenamientos y menos entrenador en las clases.

P. Se ha perdido ese car¨¢cter fuerte en los banquillos.

R. No diga eso mientras est¨¦n por ah¨ª Vujovic o Manolo Cadenas, pero se ve menos. Hay m¨¢s control al entrenador que se pasa. Antes hab¨ªa una reglamentaci¨®n m¨¢s laxa. Vamos a decir que un t¨¦cnico con car¨¢cter ya no forma parte del espect¨¢culo. Yo ten¨ªa bastante. Con lo que discrepo es con un banquillo apagado que no intervenga en el partido. De la misma forma, tambi¨¦n veo raro uno falsamente caliente.

P. ?Ve mucha diferencia entre los jugadores de ahora y los que le toc¨® dirigir?

R. Sobre todo, la profesionalizaci¨®n. Antes hab¨ªa un partido cada domingo e igual ten¨ªas tres o cuatro entrenamientos, como m¨¢ximo, a la semana. Me acuerdo que empezamos en los setenta las sesiones ma?ana y tarde, y cost¨®. Tuve muchos problemas. Los jugadores me dec¨ªan que nunca lo hab¨ªan hecho. El de la ma?ana era en una sala de pesas del Palacio de los Deportes donde solo cab¨ªan dos halteras y la gente ten¨ªa que salirse de la habitaci¨®n y hacer cola. Ahora al jugador se le exige dedicaci¨®n total.

"Como entrena la mujer, no lo hace el hombre. Por la intensidad y concentraci¨®n"

P. ?A los j¨®venes de hoy les falta capacidad de sacrificio?

R. Al balonmano no ha llegado eso porque ven que, aunque sean buenos, no es suficiente. Aqu¨ª el factor f¨ªsico hace que haya que estar permanentemente entrenando. Lo que s¨ª es cierto es que la escuela espa?ola, de mucha calidad t¨¦cnica y bastante riqueza t¨¦cnica, es insuficiente f¨ªsicamente. Es una de las razones por las que hemos tenido ¨¦xito en categor¨ªas inferiores y altibajos en s¨¦nior.

P. ?Le hubiera gustado ser m¨¢s jugador que entrenador?

R. No, no. Nunca he envidiado a los jugadores. S¨ª intentaba meterme en su piel porque, al principio, ten¨ªamos la misma edad. Yo empec¨¦ a entrenar en el Atl¨¦tico en la 70/71 y no hab¨ªa cumplido 30 a?os. Lo que s¨ª es cierto es que en mi corta etapa de jugador, en la universidad, me di cuenta de que siempre es buena, aunque no imprescindible, la experiencia de haber estado un poco en el terreno. De ah¨ª que la mayor¨ªa de los t¨¦cnicos que triunfan ahora sean recientes jugadores.

P. La selecci¨®n femenina gan¨® hace un mes la plata mundial. Usted estuvo involucrado en los primeros partidos internacionales, hace medio siglo.

R. En mi ¨¦poca de ayudante de B¨¢rcenas en la Federaci¨®n se gest¨® el primer encuentro internacional femenino federado. Paralelamente, Acci¨®n Cat¨®lica y la Secci¨®n Femenina organizaban otros, pero no eran oficiales. Llegamos con tres o cuatro Mundiales de retraso, no hab¨ªamos participado ni en las clasificaciones. Yo puedo decir una cosa sobre el balonmano de mujeres que creo que tengo todo el derecho. Como entrena la mujer, no entrena el hombre. Me refiero a la intensidad, la concentraci¨®n, la voluntad de repetir las cosas hasta hacerlo bien. Al hombre hay que saberlo mover. Hay algunos que creen que lo saben todo, otros se lo saben de verdad... Todo supone un manejo, una sensibilidad especial para dirigir el grupo.