Los Juegos Ol¨ªmpicos de la esperanza
El COI y Jap¨®n se esmeran por enviar un mensaje de unidad y alinto al mundo en una ceremonia culminada con el encendido del pebetero a cargo de Naomi Osaka
A las ocho en punto de la tarde del 23 de julio y un a?o menos un d¨ªa m¨¢s tarde de lo previsto, el Estadio Nacional de Tokio se convirti¨® en el epicentro de lo que da de s¨ª una fiesta ol¨ªmpica en los tiempos de pandemia. Contenida y sobria, pulcra y detallista, la ceremonia inaugural dio una idea del enorme esfuerzo invertido por los organizadores del COI y de Jap¨®n para difundir un mensaje de unidad y fe en el futuro. Y al mismo tiempo evidenci¨® las limitaciones ineludibles en una ¨¦poca tan dif¨ªcil. Pompa y circunstancia rematada con los momentos m¨¢s emotivos, los del encendido del pebetero ol¨ªmpico a cargo de la tenista Naomi Osaka en un promontorio que representaba el Monte Fuji.
La belleza y plasticidad del momento, a los sones del Bolero de Ravel, fue precedido por la emotividad de los ¨²ltimos relevos. La llama ol¨ªmpica emergi¨® de las entra?as del estadio y la antorcha fue llevada por la exluchadora Saori Yoshida y el exyudoca Tadahiro Nomura, que se lo pasaron a varias leyendas del deporte japon¨¦s y paral¨ªmpico. Y en el pen¨²ltimo relevo, la tomaron unos ni?os que viv¨ªan en la zona de Fukushima devastada por los terremotos en 2013.
Los 68.000 asientos vac¨ªos del estadio no hicieron sino poner de manifiesto la enorme importancia del p¨²blico. El deporte y el espect¨¢culo palidecen sin el griter¨ªo, los silencios, la expresi¨®n espont¨¢nea del estado de ¨¢nimo del espectador. Los Juegos m¨¢s costosos ¡ª13.430 millones de euros¡ª, los que m¨¢s han tardado en gestarse y sobre los que ha planeado y planean m¨¢s incertidumbres est¨¢n ya en marcha despu¨¦s de una ceremonia tranquila, ¨ªntima y emp¨¢tica. Un respiro para la poblaci¨®n japonesa, cuya reacci¨®n ser¨¢ indescifrable. Lo que digan las fr¨ªas estad¨ªsticas de la audiencia televisiva. Su preeminencia alcanza su m¨¢xima expresi¨®n en este contexto.
La mitad de los 11.274 deportistas que competir¨¢n se vistieron con sus coloridos y variopintos trajes para desfilar y enviar un mensaje de resiliencia, de pasi¨®n ol¨ªmpica y valores como la solidaridad y la paz, en palabras del presidente del COI, Thomas Bach. ¡°Hoy es un momento de esperanza. S¨ª, es muy diferente, pero valoremos este momento. Estamos todos aqu¨ª juntos¡±, dijo en su discurso. Tampoco el centro del estadio se llen¨® como acostumbraba en estas ocasiones. Los deportistas no pierden la sonrisa ni el entusiasmo. Ondearon banderitas, pa?uelos como es de rigor. Y saludaron a una grada en la que apenas hubo unas 900 personalidades invitadas y otros tantos periodistas, y por supuesto, a las c¨¢maras de televisi¨®n.
La representaci¨®n espa?ola, tambi¨¦n reducida, lejos de los 321 deportistas con los que competir¨¢ en Tokio, compareci¨® tras Sa¨²l Craviotto y Mireia Belmonte, por primera vez dos abanderados seg¨²n el nuevo modelo que el COI permite a partir de ahora. El jugador de la NBA Rui Hachimura y la luchadora Yui Susaki fueron los abanderados de la delegaci¨®n japonesa, la ¨²ltima que accedi¨® al centro del estadio para cerrar las dos horas del desfile que comenz¨® con Grecia y el equipo de refugiados.
La ceremonia empez¨® con unos v¨ªdeos emitidos por las dos pantallas del estadio con las im¨¢genes de varios deportistas compitiendo. Escenificaron la cuenta atr¨¢s desde que Tokio fue designada sede de los Juegos en 2013, cuando super¨®, entre otras, a la candidatura de Madrid. Se lanzaron los primeros fuegos artificiales y escasos desde la cubierta del estadio casi simb¨®licos, como los que cerraron el acto.
Las coreograf¨ªas empezaron con los bailarines, contados en comparaci¨®n con las anteriores ediciones de los Juegos, y guardando discretamente la distancia entre ellos. Hicieron su entrada el emperador de Jap¨®n Naruhito y Thomas Bach. Se iz¨® la bandera de Jap¨®n, y Misia, la c¨¦lebre cantante, interpret¨® el himno Kimi ga yo (El reino de su majestad imperial). Se dio paso a unos minutos de recogimiento en recuerdo a los fallecidos, en particular a los que han perdido la vida a causa de la covid. Figurantes y bailarines, a modo de carpinteros, unieron cinco anillos gigantes, tallados en madera de pinos y abetos plantados para conmemorar los Juegos de 1964, tambi¨¦n celebrados en Tokio, iluminados por linternas de papel y trasladadados al centro del estadio, donde acabaron de tomar la forma de los aros ol¨ªmpicos.
Tras el desfile y el juramento de los jueces, deportistas y entrenadores, se ofreci¨® un v¨ªdeo de homenaje protagonizado por la exgimnasta h¨²ngara-israel¨ª Agnes Keleti, con 100 a?os la persona de m¨¢s edad con una medalla ol¨ªmpica. Le sigui¨® uno de los momentos m¨¢s impactantes de la noche. Los ni?os formaron con 1.824 drones el logo de Tokio, que sobrevol¨® el estadio para convertirse en un globo terr¨¢queo.
Y del cielo, de nuevo al escenario. ¡°Imagina que no hay para¨ªso. Es f¨¢cil si lo intentas. Ning¨²n infierno debajo de nosotros. Encima, solamente cielo. Imagina a toda la gente¡¡±, que as¨ª es como empieza Imagine, la celeb¨¦rrima canci¨®n de John Lennon. Fue interpretada por Alejandro Sanz, John Legend, Keith Urban y Angelique Kidjo. El cantante madrile?o anunci¨® su actuaci¨®n poco antes del inicio de la ceremonia: ¡°Se puede so?ar despierto e imaginar en voz alta. Hoy el honor me teletransporta a otro mundo. Voy a ser parte de la ceremonia de inauguraci¨®n de los Juegos. Mi voz ser¨¢ la de todos. Tiemblo de felicidad y agradecimiento¡±.
La ceremonia se celebr¨® por fin sin que nada delatara su largo y dif¨ªcil parto, con un rosario de dimisiones de sus directivos. En diciembre Hiroshi Sasaki relev¨® como director creativo de la ceremonia a Mansai Nomura, un popular actor japon¨¦s. En febrero dimiti¨® el presidente del comit¨¦ organizador de los Juegos Yoshiro Mori despu¨¦s de la pol¨¦mica suscitada por quejarse de que las mujeres tienen la ¡°molesta costumbre¡± de hablar demasiado en las reuniones. En marzo dimiti¨® Sasaki tras la repercusi¨®n de una propuesta en la que planteaba que la actriz japonesa Naomi Watanabe se disfrazara como una cerda y descendiera desde el cielo y se refiri¨® a ella como Olympig. Y solo un d¨ªa antes de la ceremonia inaugural la presidenta del Comit¨¦ Organizador, Seiko Hashimoto, anunci¨® la destituci¨®n del director de la misma, Kentaro Kobayashi, debido a una broma sobre el Holocausto en un programa en 1998.
La ceremonia se celebr¨®, gustar¨ªa m¨¢s o menos, pero los Juegos de Tokio, los m¨¢s inciertos y extra?os de la historia, ya est¨¢n en marcha y ahora el principal desaf¨ªo, m¨¢s que nunca, es que se puedan culminar tal como est¨¢ previsto con la ceremonia de clausura el 8 de agosto. ¡°La pandemia nos oblig¨® a separarnos, a mantenernos a distancia. Mantenernos alejados incluso de nuestros seres queridos¡±, afirm¨® Bach en su discurso ante los deportistas que desfilaron, sentados sobre el suelo en el centro del estadio. ¡°Esta separaci¨®n hizo que este t¨²nel fuera muy oscuro. Pero hoy, en cualquier lugar del mundo, estamos unidos para compartir juntos este momento. La llama ol¨ªmpica hace que esta luz brille m¨¢s para todos. Queridos atletas, la comunidad ol¨ªmpica est¨¢ con vosotros. Millones de personas estar¨¢n pegadas a sus pantallas¡±.
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