Estados Unidos se queda fuera del podio del 4x200 por primera vez en la historia
La ausencia de Dressel del cuarteto, criticada por Phelps antes de la final, precipita un desastre sin precedentes explotado por Gran Breta?a, oro con 6m 58,58s, r¨¦cord con ba?ador textil
Estados Unidos se qued¨® fuera del podio del relevo de nataci¨®n de 4x200 metros por primera vez en la historia de los Juegos, si se except¨²a la cita de Mosc¨², en la que no particip¨® debido al boicot. En una velada hist¨®rica, el cuarteto americano no resisti¨® la crecida combinada de los velocistas de Gran Breta?a, Rusia y Australia, respectivamente oro, plata y bronce en la final de Tokio. Con una marca sublime. Los 6 minutos 58,58 segundos que establecieron los brit¨¢nicos Tom Dean, James Guy, Matthew Richards y Duncan Scott se cifran como el mejor tiempo jam¨¢s logrado con ba?ador textil, a solo tres cent¨¦simas del r¨¦cord que fijaron Phelps, Berens, Wlters y Lochte embutidos en monos de goma durante el agitado Mundial de Roma de 2009.
Fue precisamente Michael Phelps quien dio la voz de alarma. ¡°Estoy tremendamente sorprendido de que Dressel no nade la final del relevo de 800¡±, dijo en la NBC. ¡°Probablemente sea el mejor nadador de 200 libre en el mundo. Dejarlo fuera har¨¢ que ganar el relevo sea mucho m¨¢s duro¡±.
Instalado en Tokio para asistir a la competici¨®n, el mejor nadador de todos los tiempos mostr¨® su preocupaci¨®n por la deriva que arrastra al equipo de Estados Unidos en lo que, hasta ahora, est¨¢n siendo sus Juegos m¨¢s mediocres. Lo hizo cuando en la ma?ana de este mi¨¦rcoles en Tokio se public¨® la lista de los componentes del relevo de 4x200 del equipo americano: Kieran Smith, Drew Kibler, Zach Apple y Townley Haas. Faltaba una hora para la prueba y Caeleb Dressel no estaba en la n¨®mina. Dressel acababa de nadar las semifinales de 100 libre, la primera prueba de la sesi¨®n matinal, con un excelente tiempo de 47,23s, mejorado aun m¨¢s por el ruso Kliment Kolesnikov, que hab¨ªa hecho la mejor marca europea de todos los tiempos: 47,11s. Un mal augurio.
La corazonada de Phelps se materializ¨® en desastre. Uno de los mayores fracasos colectivos de la historia de la nataci¨®n de Estados Unidos en una prueba m¨ªtica por su tradici¨®n ol¨ªmpica y su significado estrat¨¦gico. Si como han repetido tantas veces los entrenadores el relevo ol¨ªmpico de 4x200 libre sirve para medir la salud de la nataci¨®n de un pa¨ªs, la pandemia ha sumido a uno de los deportes m¨¢s practicados por los estadounidenses en la incertidumbre.
El director del equipo estadounidense de nataci¨®n, Alex Dawson, y el jefe de entrenadores del equipo masculino, Dave Durden, est¨¢n metidos en un buen l¨ªo. Su decisi¨®n de apartar a Dressel de una prueba de m¨¢ximo prestigio responde a varios c¨¢lculos de riesgo en un paisaje en el que, tras cuatro d¨ªas de competici¨®n, los tiempos exhibidos por los nadadores pon¨ªan las cartas boca arriba. Primero, los t¨¦cnicos debieron calibrar que, considerando los tiempos de Gran Breta?a, Australia y Rusia, sin Dressel sufrir¨ªan por subirse al podio. Segundo, que si inclu¨ªan a Dressel, ni asegurar¨ªan el oro en el 4x200 ni permitir¨ªan que el mejor velocista del equipo compitiera con m¨¢ximas garant¨ªas de ganar su oro en la final de 100 libre del jueves.
¡±Pasamos mucho tiempo hablando sobre esto¡±, dijo Durden. ¡°Miramos los calendarios, evaluamos los impactos, le dimos vueltas a todo y decidimos lo que es mejor para el equipo y para Caeleb con el prop¨®sito de ganar la mayor cantidad posible de medallas¡±.
El 100 libre, la m¨¢s legendaria de las carreras de la nataci¨®n ol¨ªmpica, se presenta como un avispero en la piscina de Tokio. La tremenda marca de Kolesnikov (47,11s), el tiempo de Alessandro Miressi (47,52s), la aparici¨®n sorprendente del surcoreano Sunwoo Hwang (47,56s), y la amenaza del vigente campe¨®n, el australiano Kyle Chalmers (47,80s), obligan a Dressel (47,23s) a nadar bajo una presi¨®n desconocida para colgarse un oro que hasta hace un par de meses todos daban por hecho y ahora resulta incierto.
¡°Que no piense¡±
¡°T¨² oc¨²pate de que no piense en la competici¨®n¡±, le mand¨® Gregg Troy a Lisbeth Beisel durante los Juegos de R¨ªo. Entonces Beisel, veterana de tres olimp¨ªadas, ejerci¨® de ni?era del velocista por mandato de su entrenador. Dressel ten¨ªa 19 a?os y un historial de ataques de p¨¢nico por estr¨¦s bajo presi¨®n que le pas¨® factura en la final de 100. Acab¨® sexto.
La presi¨®n de ser el favorito absoluto, el ¨²nico hombre que ha bajado de 47 segundos con ba?ador textil, sit¨²an a Dressel en una posici¨®n desesperada en el umbral de los 100 libre. Obligado a salvar un prestigio ol¨ªmpico que se le supon¨ªa pero que todav¨ªa no se ha ganado, y obligado a salvar a la nataci¨®n de Estados Unidos tras el mayor naufragio de su dilatada historia. El oro y la plata de Gran Breta?a en el palco del 200 libre del martes anunci¨® un peligro cierto, reflejado en el auge de una naci¨®n que hasta hace una d¨¦cada era poco menos que irrelevante en el gran concierto de la nataci¨®n. La delegaci¨®n de Gran Breta?a en Jap¨®n al completo, incluyendo todos los deportes, acumulaba cuatro oros el martes, a un ritmo desconocido en su historia ol¨ªmpica.
Lo que sucedi¨® este mi¨¦rcoles en la piscina confirma una tendencia ascendente. La marca de Duncan Scott en el ¨²ltimo 200 de su equipo, 1m 43,45s la m¨¢s r¨¢pida de todo el concurso, resume el nivel de la haza?a. Ninguno de los componentes del relevo estadounidense de 4x200 que bati¨® el r¨¦cord en 2009 nad¨® su posta por debajo de 1 minuto 44 segundos. Dan fe de ello Michael Phelps y Ryan Lochte, pilares del equipo que hizo historia en aquellos Mundiales de Roma y que encaden¨® cuatro oros ol¨ªmpicos sucesivos en Atenas, Pek¨ªn, Londres y R¨ªo.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter especial sobre los Juegos de Tokio
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.