El atletismo espa?ol pelea en Tokio con distinta fortuna
Adri¨¢n Ben, en semifinales de 800m, mientras caen eliminados en series Pablo S¨¢nchez Valladares y Sa¨²l Ord¨®?ez, y Natalia Romero en la semifinal. Eusebio C¨¢ceres pasa a la final de longitud
Sa¨²l Ord¨®?ez tropieza con un atleta y se confiesa perdido en la pista brillante al sol de las 10 de la ma?ana, como Simone Biles en el aire oscuro del pabell¨®n de gimnasia, como Eusebio C¨¢ceres en el foso de longitud, donde, m¨¢s r¨¢pido que nunca, m¨¢s tosco, se clasifica para la final (7,98m) que consagrar¨¢ al angelical (a¨¦reo, ligero, limpio, hermoso) cubano Juan Miguel Echevarr¨ªa (8,50m sin despeinarse, y sale de la pista contone¨¢ndose como quien no quiere la cosa).
¡°Ya no s¨¦ saltar de forma natural¡±, dice Eusebio C¨¢ceres, el atleta de Onil (Alicante), que llega a los 29 a?os a su primera final ol¨ªmpica, y llega en la ¨¦poca en la que a las zapatillas de salto les ponen muelles, a lo que responde usando las mismas zapatillas que en su debut en los Juegos de Londres 2012. ¡°Corro m¨¢s que nunca, s¨ª, pero esto no es una prueba de velocidad, y tengo que armar la t¨¦cnica en cada salto, pensar lo que hago¡±. Y el subcampe¨®n mundial j¨²nior cuenta c¨®mo una lesi¨®n hace tiempo en el pie de batida, el izquierdo, se hizo lesi¨®n en las diferentes partes de la pierna, trep¨® por la columna y acab¨® en la cabeza, donde todo acaba y todo empieza.
El 800m es un bosque de piernas, codos y cuerpos, y Sa¨²l Ord¨®?ez, plusmarquista nacional (1m 43,65s), de 27 a?os, recuerda otros tiempos, no tan lejanos, en los que en ese bosque ve¨ªa claro un hueco por el que meterse, un lugar en el que correr tranquilo, con aire, y ahora, dice, no ve huecos por ninguna parte y tiene que hacer zetas, zigzaguear, correr m¨¢s metros que nadie, y llega a la recta final ya sin cambio. Lo dice perplejo, porque no sabe por qu¨¦ le pasa. ¡°Quiz¨¢s los a?os¡±, dice. ¡°Quiz¨¢s antes era m¨¢s decidido, m¨¢s arriesgado¡ Pero hay otros atletas ya mayores que siguen movi¨¦ndose bien¡±. Lo dice, adem¨¢s, cabizbajo, porque ¡°en la loter¨ªa de pasar por tiempos¡± no llevaba el n¨²mero ganador, y con su mal tiempo (1m 45,98s) se queda a dos cent¨¦simas de un puesto en las semifinales del domingo. Y tambi¨¦n cae eliminado en su serie otro debutante ol¨ªmpico, Pablo S¨¢nchez Valladares, de Torrej¨®n de Ardoz.
Ord¨®?ez lo sospecha y Adri¨¢n Ben lo demuestra, el 800m es cosa de j¨®venes. El chaval de Viveiro (Lugo) tiene 22 a?os y una consideraci¨®n de s¨ª mismo muy importante gracias, sobre todo, a que hace casi dos lleg¨® a la final del Mundial en Doha. Un cambio de estatus y de responsabilidad que su entrenador, Arturo Mart¨ªn, le recuerda con un proverbio: entonces fuiste el que se col¨® en una final, ahora eres el que tiene que estar en la final, y ¨¦l, su bigot¨ªn tan perfilado y rubio, se siente en la pista ya como con derecho pleno a estar ah¨ª, y pasa seguro, por puestos, tercero en su serie (1m 45,30s). ¡°Me siento consolidado, pero he estado muy nervioso¡±, dice Ben, y el t¨¦cnico Jorge Gonz¨¢lez Amo, que recuerda que el espa?ol que m¨¢s cerca estuvo de una final de 800m, la jungla del medio fondo, fue otro gallego, Manuel Gayoso, quien durante media hora, el tiempo que los jueces tardaron en recalificar al keniano Boit, estuvo en la lista de salida de la final de M¨²nich 72. Ya tiene un encargo el atleta de Viveiro, quinto en Doha: ser el primer espa?ol en una final ol¨ªmpica de 800m.
Antes de que llegara su semifinal (domingo 13.25h), Ben tuvo ocasi¨®n de aplaudir el intento de la jiennense Natalia Romero (mejor marca personal, conseguida, justamente, en las series: 2m 1,16s) peleando con varias atletas que han bajado de 1m 57s para igualar a Mayte Z¨²?iga, s¨¦ptima en la final de Se¨²l 88, ¨²nica espa?ola en una final. La trayectoria deportiva de Romero, de 32 a?os, del popular barrio de Ja¨¦n de Alcantarilla y profesora titular (acreditada) en la Universidad de Illes Balears, ser¨ªa una par¨¢bola del atletismo espa?ol. Despu¨¦s de iniciarse en 400m, prueba de fuerza pura y velocidad en la que alcanz¨® su tope, no muy alto, pronto, en 2015 empez¨® a tomarse en serio el 800m. ¡°A m¨ª me gusta m¨¢s el 800 que el 400, porque me veo l¨ªmites. Yo era lenta para el 400¡±, dice Romero, que lleg¨® como la n¨²mero 43 del ranking, y ya est¨¢ entre las 24 primeras. Vive en Palma de Mallorca, y la entrena a distancia, desde Madrid, Pedro Jim¨¦nez, profesor e investigador en la Universidad Rey Juan Carlos. ¡°Con Pedro hemos encontrado el punto medio, me planifica, y mi pareja me ayuda en las series. Hago un mixto entre velocidad y fondo. Hacemos multisaltos, entrenamientos de velocista. La experiencia me la da el correr 800 metros. En los primeros me costaba mucho¡±.
Estudi¨® y corri¨®, y luego empez¨® a trabajar en Palma de Mallorca, donde ense?a a alumnos del grado y del posgrado de Fisioterapia. ¡°El primer semestre es muy duro, con 180 horas de clase y 40 en el segundo semestre. Hay veces que entro de 8:30 a 11:30 me voy a entrenar y luego a clase otra vez. Es muy duro tener tantas horas de clase todo el rato hablando. Es un gran esfuerzo mental¡±, dice Romero, que recibi¨® con dos d¨ªas de diferencia dos mensajes que le alegraron el d¨ªa: la convocatoria para los Juegos Ol¨ªmpicos y la notificaci¨®n de su acreditaci¨®n como profesora titular, lo que la convertir¨¢ en funcionaria. ¡°De aqu¨ª, para arriba, solo est¨¢ el nivel de catedr¨¢tica, pero sigo siendo atleta, y es duro hacer las dos cosas. Acabo el d¨ªa muy cansada¡±.
Se despide Natalia Romero en una semifinal (octava, 2m 1,52s) en la que las piernas interminables de la prodigiosa norteamericana Athing Mu (19 a?os, 1m 58,07s) marcan el camino del futuro de la prueba (con el permiso de la otra adolescente en la disputa, la brit¨¢nica Kelly Hodgkinson, tambi¨¦n 19 a?os, que corre fatal, cambia en la curva, y baja de dos minutos tranquila), y Valladares la despide y despide a todos con una frase de aeropuerto, quiz¨¢s influenciado por su vida en Torrej¨®n de Ardoz, junto a la base, y por la cercan¨ªa, en tres a?os, de los pr¨®ximos Juegos. Pon ah¨ª, le dice al periodista se?alando su libreta: ¡°Siempre nos quedar¨¢ Par¨ªs¡±.
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