La magia del Budokan, el santuario de karatecas y yudocas
Viaje a la cuna de las artes marciales, el pabell¨®n donde Dami¨¢n Quintero y Sandra S¨¢nchez buscar¨¢n una medalla en kata y que vivi¨® el hist¨®rico combate entre Kaminaga y Geesink en 1964
En los Juegos sin p¨²blico y sin griter¨ªo hay un sitio en el que los voluntarios vibran y prestan atenci¨®n a lo que ven en lugar de a lo que le pregunten. Es el Nippon Budokan, el templo del yudo y del karate. Aqu¨ª se estren¨® el yudo como disciplina ol¨ªmpica en 1964: solo en categor¨ªa masculina y solo en cuatro pesos: 68kg, 80kg, +80kg y Open, la que era considerada la categor¨ªa reina porque pod¨ªan competir los yudokas de todos los pesos. Y aqu¨ª se vivieron 9 min...
En los Juegos sin p¨²blico y sin griter¨ªo hay un sitio en el que los voluntarios vibran y prestan atenci¨®n a lo que ven en lugar de a lo que le pregunten. Es el Nippon Budokan, el templo del yudo y del karate. Aqu¨ª se estren¨® el yudo como disciplina ol¨ªmpica en 1964: solo en categor¨ªa masculina y solo en cuatro pesos: 68kg, 80kg, +80kg y Open, la que era considerada la categor¨ªa reina porque pod¨ªan competir los yudokas de todos los pesos. Y aqu¨ª se vivieron 9 minutos y 33 segundos eternos. Con tres oros japoneses en la mochila en 68, 80 y +80kg, la Federaci¨®n eligi¨® a Akio Kaminaga, de 107 kilos, para luchar por el cuarto oro contra el holand¨¦s Anton Geesink, un gigant¨®n 1,98 m¨¢s de 111 kilos. Ese combate entr¨® en la historia del Budokan y del yudo (Jap¨®n es el pa¨ªs con m¨¢s medallas ol¨ªmpicas en este deporte, 90; casi el doble que Francia que le sigue con 52).
Geesink inmoviliz¨® a Kaminaga durante 30 segundos con una t¨¦cnica de kesa-gatame y los 15.000 espectadores enmudecieron. Luego se levantaron a aplaudir. Rafael Ortega, pionero del yudo en Espa?a que invit¨® al gigante holand¨¦s a presentar un proyecto innovador de ense?anza a los maestros espa?oles, cont¨® que tras recibir la ovaci¨®n del p¨²blico, Geesink comunic¨® a su equipo que no iba a entrar al tatami a celebrar el triunfo. Con los aplausos del pabell¨®n hab¨ªa tenido suficiente. Para Jap¨®n fue una tragedia nacional.
Por esas gestas como la de Geesink el Nippon Budokan es un lugar m¨¢gico, ¨²nico. As¨ª lo explica Dami¨¢n Quintero, que el pr¨®ximo viernes (las finales a partir de las 12.30) buscar¨¢ aqu¨ª su primera medalla ol¨ªmpica en katas (Sandra S¨¢nchez compite el jueves, con el mismo horario). ¡°Es el santuario de las artes marciales, no hay mejor sitio para competir, es como Wembley o como un Argentina-Brasil en Maracan¨¢. El que tenga la oportunidad de competir aqu¨ª lo va a recordar siempre¡±. Y aqu¨ª solo compiten yudokas y karatecas. Es un lugar sagrado para cualquier japon¨¦s porque, explica uno de los numerosos voluntarios, las artes marciales en Jap¨®n se ense?an hasta en la escuela.
El camino que lleva al Budokan es distinto al que se recorre para llegar a la mayor¨ªa de las sedes de Tokio 2020, muchas de ellas colocadas en pol¨ªgonos industriales y comerciales, o rodeadas de autopistas y de un ruido infernal de camiones. El camino que conduce al que Quintero llama ¡°el templo¡± es un paseo espiritual en medio de la naturaleza, con jardines llenos de ¨¢rboles, mesas y asientos en piedra. Lejos de los ruidos de los atascos de Tokio, se oyen cigarras y p¨¢jaros. Situado al lado del museo de ciencias, tiene una estructura hexagonal por fuera, pero muy vertical por dentro. Es medio pabell¨®n y medio pagoda, con su c¨²pula que evoca el Monte Fuji. Fue construido para los Juegos de 1964 (los Beatles fueron los primeros en exhibirse aqu¨ª, en 1966).
Tambi¨¦n en el Budokan se disput¨® el primer Mundial de karate y en cierto sentido se cerrar¨¢ ahora el c¨ªrculo, ya que este deporte, que debuta en estos Juegos, no estar¨¢ en Par¨ªs 2024. La lucha por las medallas ser¨¢, adem¨¢s, re?ida en un duelo, a priori, entre espa?oles y japoneses: Quintero y Ryo Kiyuna, en los katas masculinos, y Sandra S¨¢nchez y Kiyou Shimizu, en la categor¨ªa femenina.
El Budokan impresiona tanto la primera vez que se pisa que al karateca espa?ol, por ejemplo, le pareci¨® enorme. ¡°Fue en mi primer viaje a Jap¨®n, para el Mundial de 2008. La sensaci¨®n de estar aqu¨ª es como algo fuera de lo normal, recuerdo lo respetuoso que era el p¨²blico y m¨¢s para nosotros que ven¨ªamos de mucho ruido de campeonatos europeos y mundiales. Me sorprendi¨®. Cuando volv¨ª en 2019 para la Premier League lo recordaba mucho m¨¢s grande¡ eso es que la primera vez me impact¨® mucho. Hace dos a?os empec¨¦ a visualizarme aqu¨ª en los Juegos. Este sitio es ¨²nico, es la cuna de todo, el santuario de las artes marciales, el mejor sitio para disfrutarlas y disfrutar¡±, cuenta.
Lo primero que se encuentra uno en la entrada es la estatua de Jigoro Kano, el inventor del yudo. A su lado est¨¢n las tablas del Budo, los preceptos que tienen en com¨²n todas las artes marciales. Son los principios, el c¨®digo de los guerreros, que se ha ido transmitiendo y que ha quedado como algo de obligado cumplimiento para todo artista marcial. Al lado de las tablas est¨¢n los mandamientos que recopila la llamada Carta del Budo: Budo Charter y Budo Charter for Young People [carta del budo para los j¨®venes] que invita a competir dando lo mejor de uno mismo, respetando al rival, ganando con modestia y encajando con agradecimiento la derrota.
El dojo, el espacio en el que se practican las artes marciales, es considerado en Jap¨®n una escuela de vida adem¨¢s de gimnasio. Es un lugar especial en el que se entrena el esp¨ªritu adem¨¢s del f¨ªsico, y se pide respetarlo y mantenerlo limpio. La carta destinada a los j¨®venes, en cambio, insiste en que las t¨¦cnicas de las artes marciales ¡ªsustentadas en el coraje, la justicia y consideraci¨®n por los dem¨¢s¡ª son el camino para convertirse en alguien ¨²til para la sociedad. ¡°En las artes marciales el sentido del respeto, la humildad, se sienten mucho m¨¢s que en cualquier otro deporte. Son como nuestros mandamientos¡±, concluye Quintero.
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