Sydney McLaughlin bate su r¨¦cord del mundo de 400m vallas
La atleta californiana super¨® en la ¨²ltima recta de la final a su compatriota Dalilah Muhammad, la campeona de R¨ªo 2016 y Doha 2019
El fuego apaga el fuego, le roba el ox¨ªgeno, explican los bomberos, y el hierro se afila con hierro, dicen los afiladores y afirma Sydney McLaughlin, 21 a?os, Los ?ngeles, California, que acaba de batir su r¨¦cord del mundo de los 400m vallas en la final ol¨ªmpica: 51,46s, 44 cent¨¦simas menos que los 51,90s que ella misma hab¨ªa fijado como plusmarca mundial hace un mes en Oreg¨®n.
Es el tercer r¨¦cord mundial que se bate en seis d¨ªas de atletismo en los Juegos de Tokio, la ciudad que responde a las expectativas. Como el de triple salto de Yulimar Rojas el domingo (15,67m), lo consigue una mujer, una profesional del atletismo desde ni?a a la que entrena Bob Kersee, el t¨¦cnico de la eterna y dulce Allyson Felix. Como el de los 400m vallas de Karsten Warholm (45,94s) el mediod¨ªa anterior, y su pelea con Rai Benjamin, lo consigue una rivalidad, un duelo entre las dos mejores de la historia. Y en Tokio ya nadie se asombra.
McLaughlin, que ya fue ol¨ªmpica en R¨ªo a los 17 a?os, es de hierro como de hierro es tambi¨¦n Dalilah Muhammad, de Nueva York, 10 a?os mayor, anterior plusmarquista y campeona ol¨ªmpica en R¨ªo, que agarra la final como si fuera la ¨²ltima carrera de su vida, el ¨²ltimo desaf¨ªo, y muere en la d¨¦cima valla.
? ?Atenci¨®n a esta carrera hist¨®rica!
— RTVE Deportes (@deportes_rtve) August 4, 2021
Sydney McLaughlin se lleva el oro de los 400 metros vallas tras batir su propio r¨¦cord del mundo. En segunda posici¨®n qued¨® Delilah Muhammad que tambi¨¦n hab¨ªa conseguido batir el anterior r¨¦cord del mundo. #TokyoRTVE4A https://t.co/5TL3V98UKM
Hierro contra hierro. Chispas. Fuego.
Y de las chispas nace la luz. La inmolaci¨®n. Muhammad, la mayor, ha buscado recuperar su r¨¦cord y lo ¨²nico que ha conseguido es llevar de la mano a la joven, a McLaughlin. Se ha sacrificado. Ha guiado toda la carrera, desde la salida, a McLaughlin, que, incluso, tropieza un poco en la novena valla, y en la d¨¦cima valla ve c¨®mo la que la segu¨ªa se pone a su altura, y, m¨¢s fresca, m¨¢s fuerte, en la ¨²ltima recta, los ¨²ltimos 40 metros que se hacen infinitos para quien quiere ganar, la adelanta. ¡°Estoy absolutamente encantada. Qu¨¦ gran carrera¡±, dice McLaughlin. ¡°Vi a Dalilah delante de m¨ª con una valla para acabar y solo pens¨¦ que ten¨ªa que hacer mi carrera. Las vallas nunca empiezan hasta la s¨¦ptima. A partir de ah¨ª, lo di todo¡±.
Como Benjamin la v¨ªspera, tantas cosas se repiten sobre la pista que rebota en Tokio, el calor (32 grados), la humedad (67%), tambi¨¦n Muhammad (51,58s) habr¨ªa batido el r¨¦cord del mundo anterior, tambi¨¦n queda ins¨®litamente segunda. Y Femke Bol, la fenomenal neerlandesa de 21 a?os, tan peculiar y efectiva su forma de correr, tan largas sus piernas, logr¨® una marca (52,03s, nuevo r¨¦cord de Europa, superando los 52,34s de la rusa Yuliya Pechonkina desde 2003), que le habr¨ªa dado la medalla de oro en todos los Juegos Ol¨ªmpicos hasta Tokio, 20 disputados. ¡°Como en los hombres, cualquiera de las tres primeras habr¨ªa ganado cualquiera de los Juegos Ol¨ªmpicos anteriores¡±, dijo Muhammad, gentil derrotada. ¡°Estoy muy orgullosa de formar parte de esta historia y m¨¢s orgullosa a¨²n de mi compa?era de equipo Sydney¡±.
Tambi¨¦n saltaron chispas en el anterior gran duelo entre las estadounidenses, entre la ni?a prodigio McLaughlin, la Shirley Temple del atletismo podr¨ªa decirse, o la Judy Garland, y la atleta madura Muhammad. Tambi¨¦n hubo fuego, y luz. Y all¨ª bail¨® Muhammad, a quien McLaughlin empuj¨® hasta la victoria con un primer r¨¦cord mundial (52,16s). McLaughlin, la prodigio, le lleg¨® a cuatro cent¨¦simas y le qued¨® el peso tremendo de las expectativas del mundo frustradas, porque el mundo siempre quiere que gane la m¨¢s joven, la m¨¢s excepcional. Y McLaughlin super¨® todo, y ya m¨¢s madura, a¨²n muy joven, alcanz¨® el ¨¦xito que los dem¨¢s le hab¨ªan pronosticado y exigido.
Para ello, explica, se pas¨® la primavera corriendo los 100m vallas, sobre obst¨¢culos m¨¢s elevados (siete cent¨ªmetros m¨¢s altas son las vallas de los 100m que las de los 400m, que miden 76,2 cent¨ªmetros), porque Kersee, el marido de la plusmarquista mundial de heptatl¨®n Jackie Joyner, y cu?ado, as¨ª, de Florence Griffith, la elite t¨¦cnica de la velocidad en Los ?ngeles, quer¨ªa que ganara en fuerza, en ritmo, en velocidad. ¡°Siente el ritmo de ir m¨¢s r¨¢pida¡±, le pidi¨® Kersee, como si fuera un maestro de baile. Y veloz sobre las vallas bail¨® la ¨²ltima danza.
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