Estados Unidos bate a Serbia y LeBron deja claro qui¨¦n manda

Cuando su carrera se agota, LeBron James parece pose¨ªdo de un apetito cada vez mayor. Al borde los 40 a?os, el Rey persigue su tercer oro ol¨ªmpico, el quinto seguido para Estados Unidos, convertido en el l¨ªder sin discusi¨®n de su equipo. Con la bandera en la ceremonia de inauguraci¨®n sobre el Sena, con su discurso pol¨ªtico y, claro, con el bal¨®n en las manos. Sus 21 puntos, siete rebotes y nueve asistencias coronaron el rotundo triunfo del conjunto que entrena Steve Kerr ante Serbia, que no es ninguna modesta, sino la subcampeona del mundo. Le acompa?¨® al frente de la estad¨ªstica Kevin Durant (23 puntos), y enfrente emergi¨® Nikola Jokic con otra hoja de servicios a la altura: 20 puntos, cinco rebotes y ocho asistencias.

Serbia amaneci¨® respondona con un 10-2 a favor. La fase de preparaci¨®n ya hab¨ªa ofrecido algunas se?ales a los estadounidenses de que no todo ser¨ªa coser y cantar como hab¨ªa vaticinado Durant, asegurando que la meta era ganar cada d¨ªa ¡°por 40 o 50 puntos¡±. Lo comprobaron pronto. El conjunto de Pesic dominaba el rebote, una faceta que en ocasiones marca la voracidad de los equipos y el sacrificio de su defensa. Tambi¨¦n ah¨ª se aprecia la mirada diferente de los dos mundos sobre su deporte. Si en la NBA se premia el ataque y la colecci¨®n de puntos por encima del tajo atr¨¢s, sobre todo en la fase regular del campeonato, en el universo FIBA no hay edificio que no se cimente primero en la base.

Estados Unidos reaccion¨® pronto y mantuvo el mando del encuentro pero sin despegarse a grandes distancias. Jokic conservaba los pu?os en alto contra Anthony Davis y Embiid. Serbia luc¨ªa una buena circulaci¨®n de bal¨®n y una tarea gremial. Era Jokic al servicio del equipo y no al rev¨¦s, una bendici¨®n cuando se trata de un jugador tan inteligente. El armaz¨®n no puede contener sin embargo al Rey James cuando roba y enfila el aro. Es uno solo pero parece una estampida.

La secuencia suele repetirse. A una bofetada en un Mundial le sigue la redenci¨®n en unos Juegos. En el campeonato del mundo compite la selecci¨®n de Estados Unidos. En la pasarela ol¨ªmpica desfila el Dream Team. Como si fueran organismos diferentes. A las estrellas de la NBA les agita mucho m¨¢s el ego un oro que otro. El grupo de Kerr fue cuarto en el pasado Mundial despu¨¦s de tres derrotas, frente a Lituania, Alemania y Canad¨¢. Los Juegos son otra cosa y desde aquella fabulosa final de Pek¨ªn 2008 contra Espa?a no ha mordido otro metal que el m¨¢s preciado. El camino hacia la quinta cima seguida arranc¨® contra Serbia y con LeBron dejando bien claro qui¨¦n manda.

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